De Regreso A Japón |Iwaoi +18|

Parte 3.

Para empezar.
Esta parte tendrá contenido +18 leve (osea no muy potente) así que si no te gusta este contenido pues bye y tenga buena vida uwu.
Pero si te gusta... pues compañera del infierno te invito a leer y espero que te guste.
Es mi primer fanfic con lemon así que no tengan altas expectativas y repito no será la gran cosa ;-;

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En medio de un beso Candente con sus lenguas jugando Oikawa e Iwazumi terminaron en un baño del bar con el castaño contra la pared de este.
Las manos del moreno que ardían en la piel de Tooru tal como el infierno pero se sentían tan satisfactorias como el aire fresco en una oleada de calor, pero sus manos no se quedaban atrás, acariciaban y tentaban los cabellos, el cuello y la espalda de Hajime.

Cada que se separaban para respirar los jadeos se daban a escuchar y el fuego en ambos pares de ojos se veía desde la distancia más lejana.

Joder cuánto querían llegar a más que solo besos fogosos, y el alcohol en sus sistemas y sus amor desde la infancia le iban a dar rienda suelta.

El pelinegro tomo de la cintura a Oikawa y lo arrastró a el cubículo de baño más lejano de la puerta principal; una vez encerrados lo volvió a atrapar entre su cuerpo y la pared fue con tal brusquedad que a él castaño le salió un gemido de satisfacción que el ojiverde anhelo y quería volver a escuchar.

Empezó a mover sus besos de los labios a las oreja derecha y susurrarle
"Me gustan tus gemidos" para luego bajar al cuello entrenerse ahí y después atender la clavícula.

Oikawa Sentía que estaba en el paraíso ante tales juego, inclinaba su cuello para brindar más espacio al tiempo que gemia

- Joder, no sabía que iwa-chan era tan bueno -Pensó pero decidio que no se quedaría atrás, no quería ya solo besos; con sus manos en el duro pecho de Hajime Bajo en una caricia lenta hasta el borde de la camisa y metió sus manos dentro de está, Iwazumi se separó de su cuello para jadear en su oído cosa que prendió más a Oikawa y ahora paso sus caricias a una zona más al sur

-Ahhhh -Suspiro extasiado Hajime por la caricia- O-Oikawa~

-¿Que... pasa... Iwa-chan~?¿Te gustó? -Dijo con burla y empezó a darle más caricias.

Hajime decía el nombre entrecortada mente del setter y este seguía dando caricias sobre su pantalón hasta que decidió abrirlo y acariciar el boxer del oji oliva, el cual gruño con fuerza y puso su mano sobre la melena chocolate para darle una fuerte jalada.

-T-Tooru -gimio cuando liberaron su miembro erecto.

Oikawa empezó a darle algo de labor al trozo de carne y luego de torturar al moreno un par de segundos que se sintieron horas, el castaño enguyo el miembro masculino causándole un ronco gemido Iwazumi.

- Más -murmuro ante los movimientos y la intensa mirada chocolate, el tenerlo así, de rodillas entre sus piernas... Maldición necesitaba más, mucho más.

De pronto los movimientos fueron detenidos por qué escucharon la puerta abrirse. Iwazumi tenía algo de frustración el tener que pausar o en el peor de los casos detener la placentera acción del argentino.
Pero se llevó su sorpresa al sentir como Oikawa se seguía moviendo en su miembro, le tocó llevarse una mano a la boca para reprimir sus gemidos y gruñidos mientras que la otra acariciaba a Oikawa.

-M-mm T-Tooru~ más lento... Nos van a descubrir -dijo en susurros a el hombre entre las piernas. Oikawa hizo oídos sordos y de hecho fue más rápido y más profundo hasta hacer venir a Hajime- Maldito, te dije que fueras más lento, no que me hicieras venir -Dijo con una sonrisa.

-No parecía que quisieras que me fuera mas lento Iwa-chan -dijo después de separarse del trozo de carne y tomar aire, seguido se levantó del suelo y se acercó al oído del moreno- me parece injusto que tú ya te vinieras y yo aquí con ganas.

El moreno vio a la parte baja de Tooru y vio el bulto que deseaba salir cosa que lo hizo sonreír.

Cuando creyeron que ya no había nadie más se acomodaron la ropa y salieron a velocidad del local, para suerte el apartamento de Iwazumi no estaba tan lejos y con un taxi se resolvió. En este iban a una distancia muy cercana en cal cuál ambos se daban caricias furtivas de la mirada del conductor; llegaron al destino y pagaron al taxista una vez en el ascensor del edificio se volvieron a besar con pasión para luego entrar al hogar del pelinegro y continuar con lo que empezaron.

.Fin.
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Gracias por leer, después subo un par de extras uwu.