THE BOSS [Wong YukHei]

#2

"Luego de una intensa búsqueda, el grupo de investigación no ha podido dar alguna pista sobre el paradero de la señorita Nala Roberts, hace exactamente un mes que desapareció sin dejar ningún rastro. Sus familiares más cercanos no han aportado mucha información ya que se encuentran afectados, pero son sus amigas quienes no han descansado al estar confiadas que la joven sigue viva, causando un gran alboroto en la prensa. En pantalla pueden ver los números de la policía para que puedan dar alguna información si llegan a saber algo de esta chica, esperamos que todo esto se resuelva y pueda volver sana y salva junto con sus seres queridos, les pedimos que por favor se cuiden y realicen sus denuncias a las autoridades si fueron testigos, su información es muy valiosa"

[Nala]

Poco a poco abro mis ojos, volviéndolos a cerrar cuando veo como sigo despertando en el mismo maldito cuarto que no entiendo por qué me trajeron siendo que se equivocaron de persona.



Siendo sincera, tampoco sé cuánto tiempo llevo encerrada mientras días tras días escucho como esas personas de allá afuera han podido conseguir el dinero, pero en ningún momento hablan sobre mi libertad, por lo que he intentado escaparme hasta por la ventana del baño que está conectado con el cuarto, pero nada ha resultado.

En el transcurso de este tiempo, pude escuchar también como los guardias que perdieron esos papeles, fueron torturados hasta la muerte por el "jefe" quien en verdad no sé quién es ya que, con suerte puedo escuchar la voz de las sirvientas cuando abren la puerta y deslizan la bandeja con comida la cual es muy deliciosa, de hecho, estoy en un cuarto muy grande y lujoso el cual tiene una hermosa vista hacia el inmenso jardín el cual siempre está solitario.

De repente, me levanto del suelo cuando escucho como alguien gira la manilla de la puerta, dejándome ver cómo es una de las sirvientas, sintiéndome un poco mejor al poder ver a alguien más luego de todo este largo tiempo que llevo encerrada.

-Perdone señorita Nala, vengo a buscarla para que vaya a almorzar-baja la mirada como si tuviera miedo de mí.

-...¿Por qué me están dejando libre? - hablo confundida, agradeciendo a mi abuelo quien me enseñó mandarín desde muy pequeña.

-No puedo responder esa pregunta, la orden que me dieron es que tengo que llevarla al comedor- empiezo a seguirla por un largo y amplio pasillo, bajando por una de las dos escaleras que son inmensas hasta una especie de recibidor, observando maravillada a mi alrededor al parecer como si estuviera en un castillo de lo tan lujoso que es todo.



-...¿En dónde estamos? -

-El jefe me dijo que no podía brindarle ninguna información-

-¿Y qué más le dijo sobre mí? ¿Acaso es una trampa para tomarme desprevenida y asesinarme? -

-No señorita, el jefe nos prohibió hacerle algún daño, si tratamos de atacarla, él se encargará de torturarnos hasta la muerte- habla tranquila mientras caminamos a lo que yo quedo sorprendida del miedo que le tiene infundido en sus pobres empleados.

A medida que seguimos nuestro camino, observo a más de un guardia custodiando el interior y exterior de la mansión, hasta que llegamos a un comedor amplio, por lo que nos acercamos a una mesa muy larga donde me indica el lugar que tengo que sentarme, al hacerlo, me encuentro con una cantidad variada de comida, pero ni siquiera me da tiempo de darle las gracias cuando veo como estoy sola.