Memorias Culpables

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NARRA MAKOTO

Ha pasado un mes desde el asesinato del jaguar llamado Sebas. Hasta el momento solo hubo dos muertes más, la gata que vino para decir el asesinato del jaguar y un guepardo. Tras esos asesinatos concluimos que el asesino tiene algo en contra de los felinos, así que estamos vigilando a algunos de empresas, fábricas y trabajos cercanos. El asesino lleva días sin atacar, la gente debe de haber dejado de pasar por el lugar, lo cual es bueno pero a la vez malo, porque el asesino cambiará de lugar. Por ahora tampoco hemos conseguido muchas pistas. Todos trabajamos a pleno rendimiento, incluso Arctic no ayuda de vez en cuando.
Hablando de Arctic, él y yo nos hemos acercado mucho este último mes, incluso podría llegar a decir que... ¿Me gusta? Quizá si... Nos vemos cuando podemos antes o después de que yo empiece a investigar. Él es muy distinto a otras fursonas que haya conocido, siempre que voy con él tiene una sonrisa, es alegre y divertido. Aún sigo pensando que él y yo nos conocemos de algo pero aún no descubrí lo que.

-A ver... No debo olvidarme que mañana quedaré con Arctic para ir al festival y.. -oigo mi teléfono sonar- ¿Uh?¿Quién s...¿¡Mama!? -respondo a la llamada- Hola ma.

-Hola Mako ¿Qué tal en tu nueva casa?

-Muy bien, sencilla y pequeña perfecta para uno y para dos. Pero vivo solo así que para mi está bien.

-Hijo tienes que buscarte un compañero o un chico para que viva contigo. Una pareja.

-Con calma... -sin saber porque cuando dijo compañero la imagen de Arctic pasó por mi cabeza- Aún tengo mucho que vivir como para centrarme en la pareja.

-Pues deberías controlar las salidas con Arctic. La prensa está a la orden del día y ya hay rumores de que sois más que amigos -me dice mi madre haciendo que me sorprenda-

-¿En serio? Espero no haberlo metido en líos con la prensa...

-Seguro que no. Bueno al tema; he estado limpiando y ordenando tu antigua habitación y me encontré una carta que no llegaste a abrir. Parece que tiene unos años. -comenta esperando mi respuesta-

-Mmm... me has dado curiosidad. Iré a visitarte para leerla. A fin de cuentas hoy es sábado y dijeron que este fin de semana podía descansar. Te haré la visita y mañana quedaré con Arctic.

-Esta bien, te esperaré con algunas galletas. Chao hijo, ve con cuidado.

-Si mama, ya no soy un niño. Hasta ahora -cuelgo el teléfono- Mmmm... Mi madre está a las afueras, si cojo el autobús estaré allí en una hora... ¿Qué será esa carta? Ya tengo otro misterio entre manos, menos mal que este se resolverá rápido.

Rápidamente me pongo ropa cómoda para irme. Salgo de casa, cerrándola con llave y espero al autobús que, milagrosamente, llegó a su hora. Me subo y coloco música en mi móvil para luego ponerme los cascos y distraerme un rato.

Tras una hora de trayecto bajo y camino un rato hasta llegar a la casa de mi madre. Toco la puerta y rápida, como siempre, me recibe diciendo que pase.

-Veo que te ha costado visitarme en este tiempo -dice riendo suavemente-

-Bueno, es lo que tiene mi trabajo, moverme mucho. Aunque creo que esta vez me quedaré aquí, así podré visitarte de vez en cuando.

-Me alegra oírlo. ¿Quieres leer la carta primero o prefieres charlar primero?

-Charlemos un poco, presiento que si leo la carta estaré distraído.

-Como digas -dice con una amable sonrisa-

Ambos nos movemos por la casa. Una vieja casa de madera pintada, bastante rústico. Algunas cosas están cambiadas a como lo recuerdo, aunque tampoco es difícil, al fin y al cabo me fui de casa cuando fue el caso de Quimera.. Unos... 12 años. Los cuadros, las fotos, todo sigue donde estaba pero hay muebles distintos... Es como convivir entre el pasado y el futuro. Al llegar al salón este seguía exactamente igual a como recordaba mismas fotos, mismos cuadros.

Elemento PrimigenioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora