Elemento Primigenio

¿Quién eres tú?

NARRA MAKOTO

Es casi la una de la tarde y ya me encuentro muy cerca de la fuente central. Estoy vestido bastante informal; sudadera negra, pantalón de chándal oscuro y sin tenis. El lugar en cuestión, es en una gran fuente en el centro de una plaza, en ella hay una estatua conformada por los cinco vertebrados; un lobo como mamífero; un tiburón como pez; un cuervo como pájaro; una serpiente como reptil; y una rana como anfibio. Es una estatua bastante estrafalaria pero que demuestra el trabajo del escultor de hacerla.
Al llegar comienzo a dar vueltas buscando al zorro blanco hasta que veo una baja silueta con una sudadera negra que tenía colocada la capucha sobre su cabezay un pantalón vaquero negro, también va descalzo. Su cola; blanca con la punta en un degradado que va desde el negro hasta el rojo, siendo roja la punta de la cola; se encuentra en pleno movimiento impaciente. Me acerco y le toco el hombro a lo que el se gira rápidamente y al verme coloca una sonrisa rápida en su cara.

-Hola Makoto -estira su mano-

-Hola Arctic -le doy mi mano y las estrechamos-

-¿Vamos a mi casa entonces?¿O prefieres quedarte a tomar algo en algún bar?- me pregunta de forma amable moviéndose hasta estar a mi lado-

-Mmmm... Tú casa me parece buena idea. Ayer vi como los entrevistadores casi te asaltan al salir del pabellón, y pienso que si ven al gran biólogo Arctic, junto al famoso detective Makoto se armaría un buen revuelo -digo riendo levemente mientras el gira su cuerpo hacia uno de los ramales de la plaza-

-Entonces sígueme -dice caminando tranquilamente mientras comienza a hablar- ¿Qué tal estás hoy?¿Tienes algún caso en el que actuar?

-Bien, no me quejo; y no, por ahora no hay algún caso que me requiera. ¿Y tú?¿Seguirás investigando el gen P? -le pregunto girando mi cabeza para mirarle- 

-No lo se. Creo que ese gen no tiene mucha más que ofrecer. Seguro que hay más genes poco conocidos que hacen cosas más guais -comenta con emoción en su voz- Pero con el dinero que conseguí con los premios y todo eso por el descubrimiento tengo suficiente para un descanso largo... Aunque solo pensé en unos meses de relax. Y ver si encuentro a ese alguien especial.

-¿Alguien especial? -le pregunto girando la cabeza con curiosidad-

-Alguien con quien formar una familia -digo sonriendo- No quiero estar solo toda la vida -dice con un leve sonrojo en sus mejillas que, la verdad, le hace ver muy tierno- 

-Bueno, la verdad yo también estuve pensando en eso estos últimos años. Pero dejaré que pase lo que tenga que pasar, no me preocupa mucho por ahora. Ciertamente quedar solo en un futuro no es algo que me agrade, pero quien sabe lo que me depara el destino. -digo mirando hacia delante-

-Opino igual la verdad... -dice con un tono de voz algo más bajo de lo normal- ¡Por cierto! Ya llegamos -comenta girándose hacia un portal negro bastante adornado-

-Con qué vives aquí... 

La casa es bastante normal. Nadie diría que aquí vive un rico científico famoso. Es sencilla, muy parecida a la mía, quizá un poco más grande. Abre el portal, entramos al patio y luego a su casa por la puerta principal.

-¡Mama!¡Ya estoy en casa! 

Espera... ¿Todavía vive con sus padres? Raro para su éxito pero tampoco es que importe mucho.

-Perfecto hijo, yo iré con tu padre a hacer unas compras y despué... -conforme habla su voz se nota más cercana, además, se nota que es una voz amigable y y tranquila- Veo que traes un invitado

En ese momento la madre del zorro ártico que tengo a mi lado sale de una habitación mostrando su inmaculado pelaje blanco. Sus orejas más pequeñas y redondeadas que los zorros rojos habituales la hacían parecer algo pequeña, pero era fácil ver que, aunque era más baja que yo, era más alta que su hijo. Sus ojos, curiosamente de distinto color, el derecho amarillo como su hijo, y el izquierdo morado ambos combinan perfectamente con su hermosa sonrisa. En general su cuerpo y cara no parecían de alguien muy mayor.