—¡Tamaki, aquí, AQUÍ!— La voz aguda de una kouhai me sacó de mis pensamientos.
Giré la cabeza y la vi corriendo hacia mí. Su uniforme estaba desarreglado, y el cabello, normalmente ordenado, caía en mechones alborotados sobre su rostro. Parecía nerviosa, como si le hubiera tomado toda su energía reunir el valor para acercarse.
—Senpai...— Dijo con una sonrisa tímida, pero algo en sus ojos me inquietó. Había emoción, sí, pero también una tristeza que no lograba descifrar.
—¿S-sí...?— Despondí, incapaz de ocultar el temblor en mi voz. Hablar con chicas siempre había sido un desafío para mí, y su repentina aparición no ayudaba en absoluto.
—Tamaki-senpai...— Bajó la mirada al suelo, apretando los puños con fuerza.
Un largo silencio se extendió entre nosotros. La vi tomar una profunda bocanada de aire antes de alzar la cabeza. Sus mejillas estaban completamente sonrojadas.
—¡Me gustas! ¿Saldrías conmigo?—
El mundo pareció detenerse. No sabía qué decir, ni siquiera sabía si había oído bien. ¿Alguien acababa de confesarme sus sentimientos?
Mis pensamientos se amontonaron desordenadamente mientras trataba de reaccionar.
—Y... yo...— Comencé, pero ella levantó una mano, interrumpiéndome.
—Sé que no me conoces mucho y que casi no hablamos— Continuó rápidamente, como si temiera que la rechazara antes de terminar. —Pero me gustas desde el primer día que te vi... No podía quedarme con este sentimiento dentro más tiempo.—
Noté que sus ojos brillaban, como si estuviera a punto de llorar. Me sentí mal por ella, pero al mismo tiempo, no sabía cómo manejar la situación.
—Solo recházame ya... sé que lo harás— Murmuró, bajando la cabeza.
—Lo siento...— Respondí torpemente, sin saber qué más decir.
Para mi sorpresa, en lugar de derrumbarse, levantó la cabeza con una sonrisa decidida.
—No importa— Dijo, con una voz llena de determinación. —No me rendiré, senpai. ¡Haré que te enamores de mí!—
Sus palabras me dejaron sin aliento. Nunca había conocido a alguien tan valiente, tan... directa. No pude evitar devolverle una sonrisa tímida.
—¿C-cómo te llamas...?— Pregunté, tratando de desviar la atención de mi creciente nerviosismo.
—Soy TN, de la clase 1-A— Respondió con una sonrisa radiante.
Antes de que pudiera decir algo más, otra voz irrumpió en la escena.
—¡TN!— Gritó Mina desde el pasillo, agitándola con energía.
—Me tengo que ir, senpai. Nos vemos después— Dijo TN, haciéndome un gesto con la mano antes de correr hacia Mina.
La observé mientras se alejaba, y una extraña sensación se instaló en mi pecho. No sabía qué pensar de todo esto, pero algo en su sonrisa me dejó con una pequeña chispa de curiosidad.
Con Mina
—¿Qué tal te fue?— Preguntó Mina, lanzándole una mirada divertida.
—Creo que bien... aunque no me aceptó— Respondió TN con un suspiro.
—¿"Bien"? Chica, eso no suena nada bien— Dijo Mina con una sonrisa burlona, cruzándose de brazos.
—Bueno, no me dijo que no definitivamente. Solo dijo "lo siento", pero... no me rendiré.—
—¡Eso es espíritu!— Exclamó Mina, dándole una palmada en la espalda. —Oye, ¿vienes esta noche a mi cuarto? Jirou, Momo y Uraraka están organizando una pijamada.—
—Lo siento, para otra. Tengo... cosas que hacer— Dijo TN, intentando sonar casual mientras desviaba la mirada.
—¿"Cosas"? ¿Qué cosas?— Mina arqueó una ceja, pero rápidamente añadió: —Está bien, no importa. ¡Hacemos una videollamada más tarde!—
—Claro, me encantaría— Respondió TN, con una sonrisa cansada.
Mina notó el brillo ausente en sus ojos, pero decidió no insistir. En su lugar, rodeó a TN con un abrazo cálido.
—Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?—
—Sí... lo sé— Murmuró TN, bajando la mirada al suelo.
Dos semanas antes
El hospital estaba silencioso, excepto por el sonido de los monitores y las pisadas ocasionales de los médicos. TN estaba sentada en una pequeña silla frente al escritorio del doctor, jugueteando con sus manos mientras trataba de calmar sus nervios.
—Señorita TN, tengo los resultados de sus análisis— Dijo el médico, con una expresión seria. —No sé cómo decírselo...—
El corazón de TN se aceleró.
—Por favor, dígamelo de una vez— Respondió, esforzándose por mantener la calma.
El médico suspiró y bajó la mirada hacia los papeles que tenía en las manos.
—Tiene una enfermedad terminal. Le quedan, como mucho, diez meses de vida.—
El aire salió de sus pulmones como un golpe.
—¿Qué...?— Balbuceó, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar.
—Sé que es difícil de asimilar, pero quiero que aproveche el tiempo que le queda para hacer todo lo que desee— Dijo el médico, mirándola con empatía.
TN tomó el informe con manos temblorosas. Las lágrimas comenzaron a caer en silencio mientras leía las palabras que confirmaban la sentencia.
—Esto es injusto— Murmuró, apretando los papeles contra su pecho. —Soy tan joven...—
—Lo siento mucho.—
—No, usted no lo entiende... ¡No es usted quien va a morir!—
El médico no respondió. Sabía que no había nada que pudiera decir para consolarla.
De vuelta al presente
TN caminaba en silencio junto a Mina hacia los dormitorios.
—Mina...— Susurró de repente.
—¿Sí?—
—Tengo una amiga... tiene una enfermedad peligrosa. Le quedan diez meses como máximo.—
Mina se detuvo y la miró con seriedad.
—Wow... pobre chica.—
—¿Tú estarías mal si me pasara algo así?— Preguntó TN, sin mirarla.
—¡Por supuesto que sí!— Exclamó Mina, tomando sus manos. —Eres mi amiga, y te quiero mucho. Siempre estaré contigo, pase lo que pase.—
TN no respondió, pero sintió que un nudo en su garganta se deshacía, al menos un poco.
Continuará.
![](https://img.wattpad.com/cover/255948111-288-k87062.jpg)
ESTÁS LEYENDO
"La flor en invierno" Tamaki & Tu
Fiksi Penggemar¿Conoces la leyenda de la flor Naupaka? En esta leyenda la diosa del fuego de la isla, Pele, separa a dos amantes. Sus hermanas protegen a la pareja, convirtiéndolos en dos medias flores: una mitad en las montañas, la otra mitad cerca del océano. S...