OCHO

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—Bien, joven Kim, vaya al asiento vacío junto a la señorita Taeyeon.

Al escuchar mi nombre y las palabras del maestro, giré la cabeza y vi cómo el asiento antes vacío a mi lado ahora era ocupado por el chico nuevo.

—Hola —dijo él.

—Hola —respondí. Sonreímos al mismo tiempo.

Qué extraño.

Volví la vista al frente, donde noté que varias chicas me fulminaban con la mirada. El maestro indicó unas páginas para copiar y, como el castaño no tenía libro, terminamos trabajando juntos. Era un poco incómodo, pero lo sobrellevábamos en silencio… hasta que él decidió romperlo.

—¿Puedo saber tu nombre? —preguntó en voz baja, solo para mí.

—Taeyeon. Kim Taeyeon —respondí. Él asintió.

—¿Cuántos años tienes?

—Los mismos que tú. Diecisiete.

—¿En serio? —sus ojos se abrieron, incrédulos—. Pensé que era el único de esta edad en este grado.

—Yo lo era… hasta que llegaste tú —contesté sin entusiasmo.

—¿Te molestan mis preguntas? —inquirió. Negué con la cabeza.

—Disculpa si te hago sentir incómoda. No soy muy sociable —me excusé.

—No, para nada. De hecho, eres la única de este aula que no me incomoda —sonrió. Yo asentí, devolviéndole la mirada.

Qué dulce chico.

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El timbre anunció el receso matutino. Salí del aula con rumbo a la clase donde estaban Jimin y Jarol. A medio camino, sentí cómo unos brazos se posaban sobre mis hombros. Me zafé de inmediato, lista para golpear al imbécil que se atreviera a tocarme.

—¡Taeyeon, soy yo! —Namjoon alzó la voz, apresurado, mientras sujetaba su muñeca.

—Lo siento —dije, soltándolo.

—¿Por qué tan agresiva hoy? —me miró de lejos, masajeando la zona afectada. Sonreí de lado.

—Es que después de lo que pasó hace unos días estoy más precavida. Además, no reconocí ese perfume que llevas. Pensé que eras cualquier imbécil —respondí, y él rodó los ojos.

—Sí, claro. ¿Y qué chico se te va a acercar con ese carácter? Ni una chica se atrevería —bufó.

—Cierra la boca —le ordené. Él levantó las manos en rendición y siguió detrás de mí hasta la cafetería.

/*/

En clase de inglés, la puerta se abrió dejando entrar al mismísimo “moja bragas”. El maestro lo miró, pero continuó con lo suyo. Jungkook barrió el salón con la mirada hasta detenerse… no en mí, sino en el chico sentado a mi lado. Avanzó hacia nosotros con una sonrisa amplia, y el castaño se levantó para darle un abrazo de “hombre”.

Qué drama.

Tras su efusivo reencuentro, el maestro envió a Taehyung a sentarse y Jungkook salió del aula. Terminé mis ejercicios y me levanté para que el maestro los corrigiera. Cuando me dispuse a volver a mi asiento, su voz me detuvo.

—Señorita Kim, usted será la encargada de poner al día a su compañero en mi materia.

Asentí, pero antes de dar un paso, me volvió a llamar:

—Ah, y también le pedí que ayudara a Jeon. No veo mejoras en sus notas, así que si él no aprueba, usted tampoco.

—Entendido —respondí, tragándome la molestia.

—Eso es todo.

—Viejo del diablo… —susurré al sentarme. Tae me miró divertido y soltó una carcajada baja. Yo sonreí.

Cuando el maestro se fue, nos quedamos esperando al siguiente. Pero la puerta no mostró a un profesor, sino a Yoongi… entrando en cámara lenta para mis ojos. El corazón me latía con fuerza. Sin darme cuenta, aferré la manga de la camisa de Tae. Él me miró confuso, pero yo solo podía ver a Yoongi.

—¿Estás bien? —preguntó Tae. No respondí.

—Hola, compañeros. Solo paso a avisarles que el maestro de matemáticas no vendrá hoy porque nació su hija… —Yoongi seguía hablando, pero mis oídos se cerraron. Solo veía sus labios rosados, sus ojos profundos, sus pestañas largas y espesas.

Y como siempre, lo bueno duró poco.

—Taeyeon, Yoongi te está hablando —me sacó Tae de mis pensamientos.

¿Yoongi… hablándome a mí?

—Hahaha… sí, disculpa. ¿Puedes repetirlo? —balbuceé.

—El maestro me pidió que te pusiera de moderadora, ya que eres la más diligente de tu clase —dijo, tendiéndome unos papeles.

Si me levanto, seguro me caigo.

Tae se incorporó y tomó los papeles por mí. Le agradecí con la mirada.

—Eso es todo. Que tengan un buen día —dijo Yoongi, mirándome antes de salir. Recién entonces respiré.

/*/

Las clases habían terminado, pero yo seguía con tareas pendientes. Tenía que ayudar al “moja bragas” en inglés. Por suerte, Taehyung también asistiría.

Hablando del rey de Roma… ahí estaba.

—Oye —lo llamé. Él giró hacia mí con una sonrisa.

Esa sonrisa… ¿dónde la he visto antes?

—Solo para avisarte que hoy tú y Jungkook deben venir a mi casa para la tutoría de inglés. A las tres de la tarde está perfecto. ¿Qué dices?

—Bien —asintió—. Nos vemos más tarde, señorita Kim —dijo con un tono innecesariamente sensual.

Lo observé alejarse, embelesada.

Pero… ¿qué demonios?


Esto es todo por hoy bebés nos leemos.

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Bye😘

sugar-tgaste9 🖤💫💜

ᴍʏ sᴇxʏ ʙᴏʏ ||ᴊᴊᴋ || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora