ᴍʏ sᴇxʏ ʙᴏʏ ||ᴊᴊᴋ ||

CUATRO

Esto tiene que ser una broma… una muy mala. No lo puedo creer. Solo defendí mi comida de esas asquerosas y ahora tengo que encargarme del estúpido busca culos de Jeon. ¿Este día no puede ir peor?

—Oye, hola. ¿Sabes quién soy, verdad? —dijo el muy estúpido, con tono burlón, llegando a mi lado.

—¿Es en serio? Escúchame bien una cosa, idiota —me giré sobre mis talones para enfrentarlo—: mantente lejos de mí, a menos que sea para preguntarme sobre la clase del maestro de inglés. Y sí, lamentablemente sé quién eres: eres el mojabragas de esta escuela, y por tu culpa tengo este gran golpe en la cara —le solté con rabia entre dientes, en medio del desolado pasillo.

—Sabes… me gustan las de tu tipo, pero tranquilízate —dijo acercándose a mí—. Yo no fui quien te pegó ni te dejó así, entonces no es mi culpa. Además, sé que sabes quién soy —sonrió con suficiencia. Ya entienden por qué no lo soporto—. Eso de mojabragas no me sonó a insulto —dijo mientras avanzaba hacia mí.

—Ya te dije que no te me acerques —dije, retrocediendo los pasos que él avanzó—. No te tengo miedo, que te quede clarísimo, Jeon. Ya te lo dije y no te lo volveré a repetir —di media vuelta y lo dejé ahí parado como el imbécil que es.

—Lindo trasero —dijo. Le mostré mi dedo del medio y solo lo escuché reír.

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De camino a casa pasé por una farmacia a comprar una pomada para el golpe en el rostro. Me duele hasta el hueso, esa maldita me pegó muy fuerte. Quedé con Jarol para ver una peli en casa. Me prometió que vendría más tarde.

Estoy en mi habitación terminando un trabajo que la molesta maestra de arte nos dejó. En eso escucho el timbre sonar. Seguro que Jarol ya está aquí. Bajé las escaleras para ir hacia la puerta principal.

—¿Qué diablos haces aquí? —gruñí al verle. Lo que me faltaba: que este viniera hoy.

—Hola para ti también, linda —soltó sarcástico Jungkook—. He venido porque quiero que me expliques un tema de la clase pasada, para poder hacer la tarea —dijo en tono inocente. Rodé los ojos y le hice espacio para que entrara.

—Pasa —me puse a un lado de la puerta.

Cerré la puerta detrás de mí y me encaminé hacia él, quien observaba la casa como si fuera un escáner.

Estúpido...

—Bien, puedes sacar tu libro y mostrarme qué quieres que te explique… claro, luego de que termines de escanear mi preciada sala —solté con falsa amabilidad.

—Claro —tomó su mochila, sacó su libro y lo puso sobre la mesita del centro de la sala. Ojeó el libro un momento y se detuvo.

—Es este de aquí —dijo, enseñándome una página de ejercicios de inglés.

Me acerqué a él y me senté a su lado. Tomé el libro en mis manos y revisé los ejercicios.

Esto tiene que ser una broma. Esto es algo súper básico. Es verdad que es un idiota.

—¿Es esto? —pregunté, y él asintió—. Tiene que ser una broma. ¿No prestas atención nunca en clase? —Él solo me sonrió.

—Subiré a mi habitación a buscar mis apuntes. Quédate aquí, ya vuelvo.

Subí las escaleras y entré a mi habitación. Busqué el libro que estaba sobre el escritorio. Me di la vuelta para volver abajo con el imbécil.

—Tu habitación es bonita. Es muy tú —dijo desde el marco de la puerta. ¿¡Pero qué!?

—¡Qué susto! —dije, agarrándome el pecho. Ese gilipollas me ha dado un buen susto.

—Te dije que te quedaras abajo. ¿Eres estúpido o te haces? —dije, y él solo se carcajeó.

—Vamos, linda. ¿Qué chica no quisiera que yo estuviera en su habitación? —dijo con su alto ego.

—Hola, me presento: yo no quiero que estés en mi habitación —dije con sarcasmo—. Ahora sal de aquí, vamos abajo.

Pasé por su lado para salir de la habitación, pero no lo pude lograr, ya que él tomó mi brazo y tiró de mí hacia él. Cerró la puerta detrás de mí y me estampó contra ella, quedando yo atrapada en medio. Todo eso con un movimiento rápido y preciso que no le costó nada.

—¿Qué crees que haces, joder? ¡Aléjate! —puse mi mano libre sobre su pecho para tratar de quitármelo de encima, pero no funcionó.

—¿Qué sucede, chiquita? ¿Te incomoda que estemos en esta posición? —dijo con su voz sensual que me hizo temblar en mi lugar.

—¿De qué hablas, Jeon? Aléjate. No me interesa tu cercanía. Si solo viniste para molestar, puedes irte —dije, mirándolo a los ojos, al igual que él. En sus ojos vi una pizca de decepción, pero luego sonrió—. Tengo mucho trabajo escolar que terminar. Por favor...

Iba a pasar por el lado donde no reposaba su brazo en la puerta, pero al notar mi intención lo movió rápidamente para bloquearme.

—¿Por qué eres tan difícil? Joder... —me miró a los ojos. Su semblante cambió a uno más serio. Este idiota... ¿qué se cree? Miró mis labios. En sus ojos se veía su intención. Yo subí lentamente mi rodilla, lista para pegarle a su “amigo” allá abajo...

Pero me detuve al escuchar el timbre de la casa resonando por todo el lugar, haciendo eco. De lo que te libraste, Jeon. Él se quedó quieto al escucharlo y aproveché para empujarlo una vez más.

Salí de la habitación para abrir la puerta a quien fuera que estaba tocando. Al abrir, me encontré con una Jarol muy feliz, como siempre.

—¡Hola, hola, amiga! ¿¡Me extrañ...—su diálogo fue interrumpido por ella misma, ya que al mirar detrás de mí se encontró con un Jeon sonriente.

—Yo ya me voy —susurró en mi oído, detrás de mí—. Lo pasé genial, Taeyeon. Volveré a terminar lo que empezamos. Si me necesitas, sabes dónde vivo, ¿verdad? Adiós, Jarol —saludó a mi amiga.

—¡Ya vete, idiota! —salió por la puerta luego de escuchar mis palabras y desapareció de mi vista. Cerré la puerta detrás de mí, justo cuando Jarol, con una cara de confusión total, entró.

—Kim Taeyeon, tienes mucho que contar.

—Ni lo menciones.

안녕하세요

Mis amores espero que les allá gustado este capitulo...si es a si dénmele mucho amorcito  a esta historia

No olviden de votar y comentar.

nos leemos pronto 

bye

Sugar-taste9 🖤💫💜