Corazón de Ángel

Capitulo 34

La respiración errática del ángel se tranquilizó apenas un poco cuando esos dedos volvieron a entrometerse en su interior, ya había eyaculado, pero seguía duro y más sensible que anteriormente.

—Katsuki n-no puedo... Por favor, está bien así. S-solo mételo.

—Y el pervertido se supone que soy yo—Se inclinó para besarlo, Izuku se aferró al cuello del demonio disfrutando del beso—. No quiero lastimarte.

—¡Puedo hacerlo! ¡Ah! Puedo, Puedo recibirte Katsuki.

Su voz era suplicante, lo necesitaba tanto como el demonio lo necesitaba a él, saco sus dedos dejando un incómodo vacío en el interior del chico, tomo la cadera del ángel y lo acerco a su pene, volvió a rozarlo y comenzó a hacer presión con la punta de su pene, se abría paso lentamente.

Bakugo busco las manos del ángel y colocándolas a la altura de la cabeza del mismo, entrelazo ambas manos mientras se despegaba de un beso para ver su rostro, a cualquier mueca de dolor en el chico se detendría, Izuku entendió sus acciones de inmediato, se mordió el interior de las mejillas evitando alguna mueca, realmente no quería que se detuviera.

La cola del demonio se enredó en la cadera del ángel para mantenerlo en su lugar, empujo más su cuerpo y su glande logro entrar en el ángel, la sensación ahí ya era maravillosa no podía imaginar cómo se sentiría el resto, su calor y como lo apretaba y succionaba era lo mejor que jamás había sentido, sobretodo porque era del ángel de quien se trataba.

Izuku apretó con fuerza las manos del demonio al sentir como se introducía lentamente, era grande, era mucho más grande que sus dedos el dolor de inmediato se hizo presente, soltó un jadeo inclinando su cabeza hacia atrás, Katsuki se detuvo un poco y aprovecho para besar su cuello y su pecho, sus besos eran más demandantes, mas necesitados y temía perder el control, todo lo que el ángel provocaba en él definitivamente terminaría por acabar con su raciocinio, las marcas de sus chupetes y ligeras mordidas en el cuello contrario desaparecían en segundos después de hacerlas, algo que le daba tranquilidad, no deseaba marcarlo de aquella forma.

Volvió a iniciar con su movimiento, enterrándose más en ese lindo trasero, y pese a escuchar los jadeos y gemidos del ángel no se detuvo hasta que estuvo completamente dentro de él, con solo eso sentía que se vendría en cualquier momento, las paredes del ángel lo aprisionaban de una manera tan deliciosa que ni siquiera lo habría podido describir.

—Joder ángel, que culo tienes...Te aseguro que voy a querer enterrarme en ti todos los días ¡Mngh! si, así me gusta, estas tan apretado aquí.

— Katsuki—Se sentía completamente avergonzado ¿Cómo podía decirle cosas tan obscenas? las caricias y besos del demonio no habían cesado en ningún momento, le hacían sentirse tan deseado, sobre todo cuando sus miradas se cruzaban, el demonio comenzó a mover su cadera de forma circular sin salir de él—. ¡Agh! ¡Katsuki no!

El demonio dio un respingo y se detuvo, despego sus labios del cuello del chico y se acero a sus labios dejando un tierno beso y mirándolo fijamente.

—¿Te lastime? Yo...

—¡No! No es eso. No es por eso—No lo había lastimado en absoluto, Katsuki solo ladeo un poco la cabeza aprovechando para besar su mejilla estaba un poco confundido—. E-es que, S-si te mueves me voy a venir otra vez.

Izuku estaba avergonzado, se sentía tan bien tenerlo dentro que no podía resistirlo, Bakugo sonrió con orgullo, su cola se aferró a su cadera con más fuerza aún.

—Pequeño bastardo no te duele, te sientes bien y eso es justo lo que quiero—Tomo sus labios, su beso era más pasional y más desenfrenado, el ángel tendría que ahogar todos sus gemidos en la boca contraria.