Capítulo 3

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Matthew estuvo un tiempo abrazado a su hermana hasta que ambos escucharon la puerta de la casa abrirse y cerrarse de un portazo

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Matthew estuvo un tiempo abrazado a su hermana hasta que ambos escucharon la puerta de la casa abrirse y cerrarse de un portazo.

El niño miro a su hermana unos segundos para después ponerse de pie y dirigirse corriendo a su habitación, encontrándose en el pasillo a Sorina y pasando a lado de ella sin mirarla, dejándola desconcertada.

―¿Alguna vez le caeré bien a tu hermano? ―le pregunto a Evie mientras se adentraba a la habitación de la rubia con dificultad gracias a las dos grandes bolsas que llevaba en ambas manos.

―Sabes que no es personal ―dijo Evie mientras alzaba una ceja mirando a su amiga con una sonrisa burlona―. ¿Por qué tanta comida? ―cuestiono acercándose a su amiga para observar el contenido de aquellas bolsas de plástico.

―Son dos botes de helado obviamente de chocolate, cinco bolsas de frituras (las mejores de la tienda, si me dejas agregar), cuatro latas de soda ―conto Sorina sacando toda la comida que llevaba y poniéndola en la cama de Evie, quien miraba sorprendida la cantidad de chuchería que había comprado su amiga― un paquete de galletas con chispas de chocolate, crema batida y una pizza que viene en camino ―al terminar se encogió de hombros y miro a su amiga con una sonrisa―. No es tanto.

Evie dejo soltar un <<ajá>> mientras tomaba la crema batida antes mencionada por su amiga y llevarse un poco a su boca.

―¿Encontraste una buena película?

―Más bien un maratón ―contesto tomando su computadora para mostrarle a su amiga la pantalla― ¿Te parece Divergente o prefieres Cincuenta Sombras de Grey?

Sorina lo pensó un momento.

―Veamos primero Divergente ―ante la mirada curiosa por parte de su mejor amigo agrego:― Me quedare a dormir, si no te molesta.

Evie sonrió.

―No me molesta, tranquila.

Antes de que la castaña pudiera contestar ambas escucharon la puerta de en frente de la habitación de Evie abrirse y cerrarse seguido de unos pasos apresurados.

Enséñame A VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora