Evie Coleman es la sensación de International School of Bucharest, es linda, inteligente, su familia es sensacional y su hermano mayor es un sexy jugador de futbol, es la chica perfecta de un mundo perfecto.
¿No parece ser increíble aquella chica?
¿...
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Al llegar a casa se formó tal alboroto que nuestros vecinos irrumpieron pensando que había ocurrido un accidente.
Después de haberles aclarado que no se trataba de algo malo –obviamente sin mencionar el pequeño detalle de que Matt se había perdido– por fin pudimos disfrutar de un momento en familia, incluso mi pequeño parecía… feliz.
Ahora me preparo con toda la energía del mundo para ir a la escuela y aprobar el examen de matemáticas que había olvidado por completo y que no estudie absolutamente nada de ese tema…
¡Oh mierda! ¡El examen de matemáticas!...
¡Oh mierda! ¡La escuela!
Me levanté de mi cómoda cama como si de un rayo se tratase y me dirigí a darme un baño que duro cinco minutos antes de salir de nuevo hacia mi habitación con media toalla sin cubrir mi cuerpo.
Me vestí con lo primero que encontré, lo cual resulto ser una falda de mezclilla y una playera con el logo de mi banda favorita: Queen; y unos tenis blancos. Obviamente que mi ropa interior también va incluida.
Bajé lo más rápido que pude hacia la cocina y metí el libro de historia a mi mochila mientras tomaba una manzana y veía a mi hermano bajar igual que yo hacia la mesa donde estaban sus llaves y verme con pánico en su expresión.
―¿También te levantaste tarde? ―me preguntó con su voz agitada.
Asentí.
―Soñé que me preparaba para ir a la escuela ―bufé―, pero resulta que solo era eso; un estúpido sueño.
―Lenguaje ―me recrimino mi papá mientras entraba a la cocina con una taza en su mano y me lanzaba una mirada de reproche.
Rodé los ojos y corrí hacia la puerta principal con mi hermano detrás de mí.
―¡¿Desayunaron?! ―pregunto mi mamá bajando las escaleras.
Joseph estuvo a punto de negar cuando lo jale de un brazo para que saliera y yo pudiera responderle a mi mamá.
