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Otro maldito día de escuela. Apague mi despertador y caí en el intento de levantarme a desayunar. 

— Zamiro levántate, ¿Qué diablos haces en el suelo? —Y esa era la voz de mi madre, Greta. 

—Solo le estaba dando los buenos días, Greta. —Mi madre no me llevaba más de 16 años, por lo tanto podía expresarme con ella como si de mi hermana mayor se tratara. 

—Que graciosa Zamy, ahora levántate que tienes que desayunar. Math pasara por ti. 

Math, mi padre. 

Mis progenitores se divorciaron cuando tenía 5 años, aún así nunca he sentido lejos a mi padre, paso cada fin de semana con él y a veces viene para llevarme al colegio. 

—Como sea. 

Greta salió de mi habitación no sin antes recordarme que se me hacía tarde, como todos los días. 
Baje para tomar mi cereal ignorando completamente el desayuno tan nutritivo de mi madre, me niego a comer plantas como ella lo hace. 

—Hoy que es viernes te iras con tu padre así que saldré. 

Yo sabía perfectamente lo que eso significaba. "Tengo otro estúpido novio y saldré con él ahora que te vas para que no lo espantes como a todos" 

Y es que me negaba siempre que ella traía a un chico, generalmente eran mucho más jóvenes que ella. Aunque solo tuviera 31 años.

Tampoco es que tuviera la tonta ilusión de juntar a mis padres, esas fantasías se fueron desde que cumplí 14 años. Ahora solo pensaba en que si la humanidad quería extinguirse solo tendrían que dejar a Greta y Math en una misma habitación. 

Pero eso no significaba que Greta tuviera el camino libre para salir con quien quiera, es mayor pero aún así sus novios nunca me gustan, tengo miedo de que salga lastimada. 

El sonido del claxon me obligo a terminar mi desayuno rápidamente.  

—Hola padre. 

—Buenos días Zamiro. 

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Math acababa de irse dejándome en este estúpido lugar. Camine para mi primera clase mientras intentaba saludar a todos cordialmente. 

Observe todos los lugares ocupados, todos menos uno que se encontraba al lado de ese chico rico. Genial. 

—Hey. 

—Hola Orlando. —Me gire evitando su mirada, no es que el chico me cayera mal, simplemente no quería establecer una agradable charla con nadie. Llevaba 2 meses de clases en los cuales pude percatarme de que aquel castaño siempre estaba sonriendo y siendo amable con todos. Me daba cosa su actitud.  

—Mala mañana, eh. ¡Es viernes, sonríe! 

—Todas las mañanas son malas, por eso prefiero levantarme de tarde. 

—Dejarían de ser malas si comenzaras a sonreír chica linda.—Pico una de mis costillas y ese fue mi fin.

—¡Deja de intentar establecer una conversación conmigo! Hay mas chicos por ahí, déjame en paz. 

—Si eso es lo que quieres... amargada. 

—¿Qué dijiste?—Me gire a verlo. 

—¡Amargada! —Se cubrió con sus brazos, de seguro estaba esperando que le pegara, para su sorpresa solo comencé a reír. 

—Si soy —Sonreí divertida y tome mi teléfono para revisar mis mensajes. Tenia uno de mi madre confirmando su salida con un chico, mi sonrisa desvaneció.

i'll Dry Your Tears.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora