i'll Dry Your Tears.

02

Siempre creemos que nuestra vida es la peor, que nadie nos entiende o simplemente nos quejamos de cosas que no tienen tanta importancia. Lo descubrí cuando luego de aquella salida —con el chico castaño de padres ricos— me hice su amiga. 

Tal vez solo me concentraba en llamar la atención que no necesitaba, pude comprenderlo ese día. Salí de mi casa tarde, como de costumbre. La única diferencia es que Orlando ya me esperaba a fuera. 

Estuvo llorando todo el día pero intentó disimularlo. 

—Mis padres se fueron a Canadá. —Las lagrimas comenzaron a descender por sus mejillas.— Siempre me dejan solo Zamy. Estoy cansado de quedarme con mi nana, no me molesta, ella es muy buena, pero solamente quiero sentir el amor de padres. Ese del que tanto hablas.—

Detuvo su coche frente a mi casa, sacó el seguro y desvió la mirada. No quería que lo viera mientras lloraba. 

—Vamos a tu casa, es jueves. La tarea puede esperar.— Seguía sin mirarme, él no quería estar solo, pero tampoco quería ser una carga— No es por lastima, Johnny. —Un suspiro salió de sus labios y se giró para verme. Solo le llamaba por su nombre cuando era un momento serio o estaba molesta.

—Vamos —Una sonrisa forzada se formó en su delicado y pálido rostro. Encendió el motor y comenzó su camino. 

Minutos después ya nos encontrábamos frente a su mansión. 

—Nunca me acostumbrare a lo grande que es tu casa.— Ambos ingresamos a la casa, estaba tan vacía que nuestras pisadas hacían eco. 

 —Llevo 16 años aquí y tampoco me acostumbraré. —Ambos sonreímos mientras corríamos a su habitación. Estaba tan cansada que me acosté en su cama y me dormí. 

Unos sollozos me levantaron. Johnny estaba llorando, otra vez.

 —Johnny... —Susurre mientras tallaba mis ojos, no tenía idea de por cuanto tiempo estuve dormida. —Ven, tranquilo. —Se acurrucó en mis brazos mientras seguía sollozando. 

Un sentimiento nuevo llegó a mí, jamás había tenido la necesidad de querer proteger a alguien, pero solo veía a Orlando y quería meterlo en una cajita para que nadie le hiciera daño. 

—Ellos no me quieren. —Mi corazón latía más rápido con cada palabra. No era una sensación agradable, no quería sentirla, pero ahí estaba. 

—Ellos te aman, Johnny. Hay muchas personas que lo hacen. —Intente limpiar sus lagrimas pero él bajaba la cabeza. —Nunca bajes la cabeza, por nadie. Eres fuerte. Eres el gran Johnny Cooper. Recuérdalo siempre. 

—Te quiero muchísimo, gracias por dejarme llorar en tu hombro. Ya te manche con mis mocos.— Una mueca de asco se formó en mi cara. Ambos comenzamos a reír.  

En ese momento volví a experimentar una nueva sensación. Él estaba riendo. 
Me sentía tranquila, me sentí completa. Yo le ayudé, hice que riera en un momento triste. 

— i'll Dry Your Tears. —Susurre con una sonrisa. 

—Me too. —Respondió de igual forma. 

❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿

El castaño se esta dando un baño. Aprovecho los minutos para avisarle a mi madre que estoy con él porque se siente mal. Greta me responde que lo entiende, ella quería mucho a mi amigo, Orlando sabe como ganarse a las personas. 

El sonido de una canción me devuelve al lugar, la puerta del baño es abierta y Johnny baila alegremente mientras seca su cabello. Mi sonrisa se convierte en una mueca cuando lo observo completamente y noto que no trae toalla. 

—¡Johnny! —Todo se congela, puedo ver en cámara lenta como corre hacia el baño nuevamente.

—Zamiro, perdóname. Dios, que vergüenza, por un momento olvide que estabas aquí. —Sale nuevamente con una bata de baño. De vergüenza no tenía nada, porque siguió bailando al ritmo de su canción favorita mientras yo no podía ni verlo a los ojos. 

Sin duda sería una imagen muy difícil de olvidar. Y tenía razón, hasta la fecha recuerdo perfectamente todo lo que pasó la primera vez que Orlando me abrió su corazón. 

╔════════════════════╗

Podemos dejar de preocuparnos por cosas que no tienen importancia, a veces personas cercanas nos necesitan mucho más de lo que crees. 

╚════════════════════╝