Una luna llena flotaba en el cielo, su luz fría y pálida bañaba un despejado claro en medio de un bosque. Corría ya la media noche, por lo tanto cualquiera que anduviera a esa hora por aquellos desolados parajes debía tener una muy buena razón en mente.El pueblo más cercano se encontraba tan lejos que intentar llegar a pie sonaría como un disparate para cualquiera, pero la realidad era que el hogar del muchacho de pelo blanco se encontraba tan cerca que podría llorar de la alegría. Mucho tiempo había pasado desde la última vez que estuvo en casa, desde que vio a su familia.
Recordar los eventos que lo llevaron a alejarse de su hogar inevitablemente llenaba de furia su mente, una rabia y un odio insoportables lo golpeaban con violencia dándole la impresión de que su sangre hervía.
―Solo el cambio es absoluto. Incluso tú, bastardo, no puedes huir de él…
Apretó sus dientes haciéndolos rechinar, casi botar chispas. Un regusto ferroso se esparció por su boca calmando momentáneamente su sed de sangre. Siempre que pensaba en aquél “Ser” que lo había hecho pasar por todo este sufrimiento sus emociones se desbordaban, era muy difícil controlarlas.
Lo único que sentía por ese “Ente” era un odio intenso, tanto que lo quemaba, y una intención asesina constante. Matarlo era uno de los objetivos que se había propuesto y que acosaba su mente casi de continuo.
Por su culpa había sido alejado a la fuerza de su amada familia, de sus queridos amigos. Había sufrido en una tierra extraña por tanto, tanto tiempo; hasta que finalmente había logrado volver después de muchos sacrificios. No podía perdonarlo.
Por años había vivido acostumbrado a una relativa normalidad, su familia estaba ahí, sus amigos estaban ahí. Eso había sido robado, y si bien estaba cerca de recuperarlo, estaba seguro de que las cosas inevitablemente serian diferentes. No podía ni empezar a contar las cosas que cambiarían con su regreso, él lo sabía… aquello a lo que llamaba “normalidad” ya no existía.
Una sonrisa audaz se formó en su rostro, si bien todo aquello era cierto no ganaría nada con deprimirse en ese momento. Primero debía ocuparse del problema que tenía enfrente.
Su mirada se posó sobre la figura de un muchacho. Estaba parado a unos metros de él.
Cuando lo vio, su expresión se distorsionó de ira por un momento, sus pupilas temblaron violentamente mientras se estrechaban. Sus ojos normalmente negros parecieron teñirse de carmesí mientras apuñalaban con furia al joven frente a él.
Su cuerpo tembló pidiéndole que se lanzará y acabará con la vida de aquel muchacho, pero todas las experiencias que había acumulado hasta el momento lo contuvieron de hacer tal cosa. Su viaje había sido largo y tortuoso, tiempo había pasado desde que luchar con la mente revuelta por la furia casi había hecho que lo mataran en varias ocasiones. La madures que había adquirido por medio del sufrimiento logró calmar sus desbordantes emociones, y lo mantuvo enfocado en su objetivo.
Con sus emociones al margen finalmente, la silueta de joven se volvió más clara. Pudo detallar bien sus rasgos.
Era un muchacho aparentemente de su edad con una contextura fuerte, tenía el pelo de un color rojo apagado, similar al de la sangre seca. Sus ojos tenían un tono similar, eran afilados y lo atravesaban igualmente destilando desprecio y hostilidad. El ambiente a su alrededor era imponente y opresivo, definitivamente no podía tomarlo a la ligera. Y sobre todo, el uniforme de “Hunter” que estaba utilizando permanecía en sus recuerdos como el modelo usado por Rangos bastante altos.
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Keikko's Supernatural Tales
FantasiaLuego de pasar la mayoría de sus días pacíficamente junto con sus amigos y familia repentinamente Akihiro Shinto, un joven aspirante a "Keikkos Hunter" es visitado por un extraño ser que se llama así mismo "Dios Absoluto" el cual le dice que ha sido...