1. Barrio

2K 256 116
                                    

—Ay asco —se quejó Doyoung cuando pisó una cáscara de mango. —No debí hacerle caso a Jungwoo, este atajo está del nabo.

Doyoung aunque no quisiera comenzó a caminar por aquel lugar, estaba oscuro y solo una lámpara medio servía, había un señor tirado en la banqueta y para no meterse en problemas mejor se fue por el otro lado.

—Ay Diosito, que no me salga un naco, please —y por precaución escondió sus accesorios de oro.

Estaba a nada de emprender de nuevo su rumbo pero los ladridos de un perro lo asustaron, aquella bestia lo acorraló en una esquina de un callejón.

—¡Órale pulgas! Ya te dije que a la gente no se le ladra —un chico de cabellos castaños y con un paño en su cabeza se acercó hasta la bestia y la cargó, después dirigió su mirada hasta Doyoung. —Ay virgencita de Guadalupe, que güerito tan guapo.

—No te me acerques, naco.

—Me llamo Johnny, pero tú puedes decirme papi —el chico alzó las cejas y Doyoung salió corriendo de aquel callejón.

—Iugh, iugh, iugh... —se fue repitiendo hasta que salió de ese barrio.

—¿Ya ves, pulgas? Lo dejé impresionado con mi belleza —el chihuahua ladró dándole la razón a Johnny. —Ay güerito, vas a caer.

De fresas y cholosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora