¿Una chica en el club?

~I~

—Disculpe, ¿podría regalarme un vaso con agua? — le digo a la azafata que justo pasaba por mi asiento

—Con mucho gusto — dice mostrando sus dientes blancos y perfectamente alineados

Como me hubiera gustado ser azafata, lástima que mi estatura no me lo permitió, tampoco es que sea tan bajita mido 1,60 pero para ser azafata debes medir más de 1,65. Mis pensamientos se ven interrumpidos por el sonido de mi celular, es un mensaje.

XXX: Que sexy te ves en esa foto😈 ya quiero verte 😏
Yo: Lástima :'v no se puede, me fui del país

Río mientras envio el mensaje a Peter, un chico con el que estaba saliendo.

XXX: ¿Qué? 😱 No me dijiste nada
Yo: Vamos... los dos sabíamos que lo muestro no iba para ninguna parte 😅 Hablamos, salimos, nos besamos, nos acostamos y ya está, sin rencores 😘✌🏻

Me mamé

—Su agua, señorita — dice la azafata. Dejo el celular a un lado y recibo el vaso que me está entregando

—Gracias — sonrío, la azafata asiente y se va

No me siento mal por haber dejado Francia, digo si tenía amigos y eso, pero nada del otro mundo, de todas formas no es como que haya tenido opción. Hace un mes, poco después de la muerte de mi padre, mis tíos se contactaron conmigo para decirme que ahora ellos eran mis tutores legales y que debía volver a Japón a vivir con ellos. Lo único malo es que ellos son muy tradicionales y nunca les he caído bien por mi forma de ser, se podría decir que soy un poco directa y despreocupada algo que ante sus ojos está muy mal.

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—Menos mal, ya me dolía el trasero — digo sobándome la zona mientras hago una mueca, escucho como alguien detrás mio suelta una pequeña risa y volteo a ver de quien se trata.

Es un chico como de mi edad, parece ser el típico galán rubio de ojos claros, pero debo admitir que tiene una boca muy linda, me pregunto que tal besará.

—Entiendo, estas sillas no son lo más cómodo del mundo — comenta el chico, mientras vamos descendiendo del avión

—Espera, ¿me entendiste? — digo sorprendida todavía hablando en francés

—Soy mitad francés — dice sonriendo

—Igual que yo — digo devolviéndole la sonrisa — Sólo espero que mi japonés no esté muy oxidado — digo con una mueca

—¿Hace cuánto no venías a Japón? — me pregunta en Japonés

—Mis tíos viven aquí — respondo dudosa en japonés, la verdad no entendí bien la pregunta. El chico rie — ¿No respondí bien, verdad? — pregunto un poco avergonzada, el rubio niega con la cabeza y me repite la pregunta — Ahhh, más o menos 10 años

—Es bastante tiempo

—Sip — digo asintiendo con la cabeza —Bueno, un gusto conocerte

—Igualmente — dice y nos despedimos con la mano

Que agradable sujeto. Me detengo en seco, no le pedí su número. Me volteo a ver si lo veo, pero no logro encontrarlo. Rayos, era un buen candidato para mi lista.

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—Bienvenida — dicen mis tíos con una sonrisa forzada, se los dije no les caigo bien

—¿Cómo han estado?— pregunto con amabilidad para romper el hielo

—Bien — responden al unisono, mientras comienzo a arrastrar mis maletas hacia el interior de la casa —No es necesario

¿Eh?

—¿De qué hablan?— pregunto frunciendo el ceño

—No vas a vivir aquí — responde mi tío

¿Eh?

—Te inscribimos a un internado — dice mi tía — La Academia Mori Mori, hasta hace poco solo era de chicos, pero a partir de ahora van a haber chicas también —dice entusiasmada

—Monta tus maletas al carro, te dejaremos allá — dice mi tío

¿Ehhhh?

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¿A dónde rayos me llevan? Creo que me van a dejar tirada en mitad de la nada TuT Literalmente aquí solo hay árboles, no me sorprendería que nos saltara un venado encima. Dirijo mi mirada a la ventada y comienzo a contar los árboles. Si fuera un árbol me gustaría ser un eucalipto para estar siempre fresca. Andamos un poco más y veo una gran construcción, debe ser ahí. 

—Bueno, es aquí — dice mi tío estacionando el auto y abriendo el baúl

—¿No me van a acompañar? — pregunto aunque ya se la respuesta

—Un profesor te esta esperando más adelante para darte todas las indicaciones — dice mi tía con una sonrisa forzada

—Ah, está bien— digo un poco triste tratando de acongojarlos 

—Puedes visitarnos cuando quieras — dice mi tía ganándose una mirada fulminante de parte de mi tío, ya entendí, mi tío me odia .-.

Me bajo del vehículo con mis maletas y me despido agitando la mano, mientras la única familia que me queda me deja, siento como las lágrimas... se la creyeron jeje la verdad no me importa, de esta forma tendré más libertad.

Camino hasta la entrada de la academia y veo a un hombre con gafas, supongo que es el profesor.

—¿Murakami-san?— dice con una voz gruesa mirándome por encima de sus anteojos y esbozando una sonrisa de lado

—Si— digo asintiendo con la cabeza

—Tengo mucho trabajo, te explicaré rápido como funcionan las cosas aquí — menciona revisando los papeles que tiene en sus manos, yo lo miro atenta — Hace poco hubo una junta y se decidió que las chicas serán admitidas, desafortunadamente no muchos alumnos se transfieren a mitad del año escolar, por lo tanto eres la única chica en la academia por el momento— dice y abro los ojos impactada, nunca he estado rodeada de solo chicos — También debo mencionar que en esta academia es obligatorio que los alumnos participen en un club

—¿Qué clubs tienen? — digo con una sonrisa de lado, soy una pésima deportista

—Tenemos club de fútbol, baloncesto, voleibol, natación, pintura, fotografía y literatura

—El de pintura suena bien — digo sonriendo, pero él me mira y sonríe con ¿maldad? No sé si es mi imaginación

—Es mucho más entretenido el club de fotografía, te lo recomiendo

—¿Cómo me inscribo?

—Sólo firma aquí — dice pasándome una hoja

Bueno, si el profesor me lo recomienda...¿Qué podría salir mal?