Día 28
Hoy fue un día diferente, deseaba colisionar con tu presencia una vez más.
No he permitido detener la curiosidad por revisar que aún permanezcan nuestros recuerdos grabados.
A veces es tan fácil soportar la soledad con más melancolía.
Se agota mi paciencia, ruedo y ruedo en horas donde nisiquiera los animales más salvajes están al acecho, más mi sufrimiento es tan hondo y la realidad tan cruda y despiadada que me arroja al horror de vivir sin ti una velada más.
Aún sigo abasteciendome de artículos que solo 2 personas podrían necesitar, eso me hace pensar que estás cerca.
Sino al menos espero que si un día enloqueces y decides sorprenderme seas tú quien resulte impresionada al descubrir que como de costumbre siempre te dejo tu plato puesto en la mesa.
Mi hogar siempre será tu hogar.
Irónico, como un pez muriendo en el agua.
Mis logros no adquieren relevancia si no estás tú para disfrutarlos conmigo.
¿Quién soy yo sin ti?.Mi promesa de amor eterno si fue sincera y aunque la tempestad de nuestro orgullo nos arranca la oportunidad de mantener un minúsculo grado de fe jamás dejará de circular la sensación de tus labios sobre mis recuerdos.
Mi alma pregunta por ti.
Y ¿cómo oso yo decirle que no te encuentro, donde encontrar el valor necesario y confesarle que te he perdido?.
Neruda puedo escribir los versos más tristes más sin temor a equivocarme estaría dispuesto sin ánimo de ofensa a sus palabras que tanto contribuyen a despejar mis pensamientos que tanto me atormentan hasta el punto de que he llegado a no poder diferenciar lo que es una vida vacía a una vida sin ti, me jugaría la poca voluntad que me queda, apostaría mi último aliento a que no vivió una pesadilla tan larga cuya meta existencia infinita procrea la misma escena una y otra vez en mi subconsciente.
Me concentro, cierro los ojos cual ser que sabe que está a punto de desfallecerse, me rindo, no ante la vida sino ante tus pies.
Haz lo que desees con mi alma pero por favor haz algo.No para de llover.
Mi cuerpo ya no reconoce el frió, el calor solo conoce el miedo.Un miedo que muerde mis entrañas, que me escupe a la cara la penitencia que me toca cumplir, un bucle de cadenas perpetuas donde la única información que se me atribuyó fue la simpleza de para ella nunca fuiste real.
Y ese pálpito querido amigo seguirá siendo vector de mi delicada existencia.
Quisiera ser ateo de la desgracia y no creer que es cierto dicha carga que me arrastro.
Esconder mi miedo y mi falta de capacidad de tolerarlo en una copa sin fondo.Es cierto que a veces lo consigo.
Otras solo aumentan la llama de rabia que más que impulsarme a olvidarte solo me empujan a necesitarte y no hasta que balbuceo en sollozos ¿Por qué yo?¿Por qué a mí? No recuerdo que el castigo me fue otorgado por yo haber otorgado este castigo a mis pasados.Me dormiré una vez más repitiendome a mi mismo y tratando de que esta vez mañana será otro día esto también tendrá que pasar.
