Wei Wuxian aquella madrugada había regresado al cementerio, los templados vibratos de los árboles y todo a su alrededor se encogieron en murmullos frescos, trazos de huesos estaban esparcidos a lo largo del camino.
Como bien lo sabía, este era el cementerio para todos aquellos que en vida hicieron cosas ruines y desafiaron a la ley, en cuestiones del dictamen en Yunmeng, los cuerpos de los despiadados se aglomeraban separados, del cementerio para las personas comunes
Por ello, nadie con dos dedos de frente se atrevería a entrar a estas altas horas de la noche
A un lugar donde se respiraba un aire pesado e inundaba una densa energía resentida, con eso en mente Wei Wuxian buscó sin ningún apuro el artefacto de metal que había lanzado hace una noche atrás tan despreocupadamente, en un intento de apaciguar al hierro crepitante que era Jiang Cheng cuando se enojaba, ahora, cuando todo el mundo descansaba y él usualmente dormía hasta las altas horas de la madrugada
Era su única oportunidad de no ser atrapado por cualquiera, al comienzo se distrajo con algunas cosas y varias ideas se le formularon en cuestión de segundos, parecido a una intensa lluvia dentro de su cabeza, que se volvía más efímera convirtiéndose en una torrencial
De pronto, algo destelló, desde lo más remoto del cementerio.
Al llegar, despegó sin cuidado la mano empuñada que le obstruía verlo con claridad, cuando pudo sacar el artefacto por completo, se lo guardó dentro de su frondosa manga.
Solo entonces Wei Wuxian se confió y volvió a susurrar con los labios entrecerrados.
La energía de este tipo de artefacto era apenas una minúscula fuerza de toda la que podría obtener si lo mejoraba, desde aquellos días en la cueva XuanWu no había podido abstenerse a seguir la idea de crear algo con lo cual pudiera obtener el total control
Una idea un poco más descabellada de lo que quería probar, pero sumamente más ventajosa.
El hierro de la daga maldita fue fundido y muy pronto con sus habilidades incrementadas, el circulo metálico estaría listo.
Crujidos volvieron a resonar a su alrededor, Wei Wuxian solo pudo admirar a la luna en lo más alto del cielo, que lo sentenciaba en silencio, observando como el circulo negro del iris en sus ojos se vaciaba en un carmesí asfixiante.
El lugar a la mañana siguiente fue atendido con discreción, ya que a ninguno de los habitantes les importaba lo que le sucediese al cementerio de los criminales.
No hubo noticia alguna y todo quedó sepultado bajo tres metros de tierra.
*
Esta tarde Wei Wuxian se la pasó gran parte del tiempo escribiendo notas, dejando cachivaches regados, desechando talismanes incompletos y mejorando alguno que otro artefacto a medio terminar.
Jiang Cheng por su parte, pasaba con mucha delicadeza un pañuelo de seda por todo el grosor de Sandu, limpiando cuidadosamente cada minucia
Wei Wuxian bajó la pluma de tinta cuando sintió los dedos de su mano comenzar a entumecerse hasta acalambrar parte de su brazo, su espalda sintió un espasmo de dolor por pasar mucho tiempo erguido y se dejó caer perezosamente al suelo
- ¿Cuántas veces tienes que limpiar a Sandu? -
Jiang Cheng no le prestó atención y alzó la hoja inspeccionando los brillantes reflejos de su rostro
- Nunca es suficiente. -
A Wei Wuxian no le importó mucho y soltó otro largo bostezo
- ¿Por qué no limpias a Suibian? No te he visto limpiarlo. Debes de ser cuidadoso con tu propia espada, tenle un poco más de consideración -
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Infalible Egoísta
FanficJiang Cheng se tiende aguantar cualquier cosa, lo que sea, nada le importa si no es referente a una nueva forma de cultivar o como ser el mejor en todo. Puede contenerse tanto como lo desee, justo como sus padres indirectamente le han inculcado desd...