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Insultos y risas podían escucharse en los pasillos del colegio, sollozos leves que no podían escucharse por el escándalo del grupo que se reían del de ojos verdes.

El chico de cabello peculiar salió corriendo en la primera distracción que encontró, entro a un salón vacío y colocó el seguro, se alejo de la puerta y choco contra el escritorio del profesor, sus sollozos se escuchaban un poco más fuerte al estar solo el

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— Acenix .– Se escuchó de fondo nombrando a un chico de cabello gris teñido.

Alzó la mirada de su escritorio y divisó a un chico de ojos color violeta llamativos y cabello castaño oscuro. Al ver a ese chico sonrió de manera leve.

— John .– Se levantó de su asiento y fue donde el para abrazarlo.– Te extrañé .– Dijo para aferrarse más al abrazo.

El mayor río enternecido, acarició los cabellos grises del menor y beso su cabeza.

— Yo también gatito .– Se separaron del abrazo y se sentaron en el suelo, el menor ahora estaba en un momento de paz junto a su único y querido amigo de ojos violeta.

Ya no se preocupaba por las risas burlonas de sus compañeros de colegio. Ambos chicos se quedaron platicando un rato, el de cabello teñido sonreía sorprendentemente después de lo sucedido minutos atrás.

Annque el de cabello castaño no estaba del todo satisfecho con esas sonrisas y risas del menor, quería hacer algo mas para que el menor dejara de sufrir en aquel infierno, no aguantaba el ver todo lo que sufría desde las sombras, no soportaba el verlo llorar, simplemente no quería verlo de esa manera.

— ¿Todo bien, John? .– pregunto al ver al de ojos violeta mirando a la nada, este solo suspiro y miro al menor.

— Acompáñame a una isla de perdidos y solitarios .– Comentó en forma de susurro pero lo bastante alto como para que el peligris escuchara haciendo que se quede confundido.

— ¿John? .– vio como su amigo se levantaba de su lugar lo que lo confundió más, el castaño se puso enfrente del menor y sonrió.– No tengas miedo .– se agacho a la altura del peligris.– seremos una gran familia, de bichos raros.

— Como tu y yo

A

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Burlas, risa, nada es diferente, molestar a quienes no pueden defenderse para seguir en lo alto del "estatus" social escolar.

Sollozos y jadeos se escuchaban en uno de los baños de aquella institución, nuevamente tenía un labio roto y un moraton en su ojo derecho.

Se escucharon unas risas sonoras en todo el cuarto de baño.

— Y así es como te vuelves el rey de la escuela .– Dijo en un tono de superioridad, dio una risa bastante molesta desde el punto de vista del castaño-rubio quien se encontraba en el suelo aguantando sus lágrimas.

— Nos vemos, Perra .– Se despidió con una sonrisa egocéntrica, se escucharon pasos alejarse de el menor.

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El solo se quedó inmóvil esperando escuchar el portazo de la puerta del baño para asegurarse de poder estar en paz y así paso, al escuchar el fuerte ruido de la puerta cerrando se, no dudo en suspirar y echarse a llorar.

Se levantó del suelo con algo de dificultad tomándose de los lavabos que habían allí, se miro al espejo divisando sus heridas y sus lágrimas humedeciendo sus mejillas. Abrió la llave de lavabo con sus manos temblorosas, casi no tenía fuerza alguna.
Se escucho el eco del agua caer en el baño, el de cabello castaño junto ambas manos formando un recipiente improvisado y las acercó al agua para llenar sus manos y luego arrojarla a su cara para limpiarla un poco.

Se quedó mirando como el agua caía en el lavabo, alzó la vista para encontrar su reflejo y el de otro conocido, al verlo no pudo evitar sonreír y voltear para verlo a él y no a su reflejo.

— ¡Trolli! .– Corrió hacia un chico pelinegro con ojos azules para abrazarlo.

Increíblemente no sentía ese dolor en su estómago de momentos atrás, no le dolía nada, no sentía tristeza, sus lágrimas habían cesado y sus sollozos habían dejado de sonar.

— Hola mascotita .– Saludo y correspondió al abrazo con una cálida sonrisa.

— Te extrañe trolli, ¿Dónde estabas? .– Pregunto alejándose un poco de su mayor, el contrario rió y despeinó al pequeño.

— Yo también te extrañe cachorro .– Su sonrisa se volvió un poco más débil y suspiró.– Y ya sabes, tuve unos cuantos asuntos pendientes, lamento no haber estado contigo .– Explico algo desanimado y triste.

Esa disculpa no podía curar las heridas del menor, pero al castaño no le importaba en ese momento abrazo al más alto por centímetros y sonrió.

— No te disculpes, está bien ¿Si?, Estoy bien si estás conmigo .– Dijo en un tono suave y feliz, lo que hizo que el contrario sonriera de nuevo pero con un nudo en la garganta.

— Mikel .– Nombró, el castaño estaba por separarse del abrazo y prestar atención pero el azabache no le dejo.

— Conozco un lugar donde los Heridos y Rotos viven como Reyes y Reynas de la Tragedia .– Dejo que el menor se separada de su abrazo para verlo directamente a los ojos.

— Solo Raros, Como Tu y Yo.

M

⇝ҒᎡᎬᎪᏦՏ ♪ [#CᴏMPᴀS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora