~Te contare una historia~

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-No se ni como empezar ciertamente querida,me siento un poco incomodo.

Fueron las palabras del hombre,sentado frente a su interlocutora.

La joven mujer sonrió con displicencia.

Esperaba que no fuera difícil.
Esperaba en verdad que los rumores fuesen falsos.

-No tienes por que,sabes que puedes confiar en mi...

Contestó con la voz modulada y amable.

-No lo creo,pero aun así debo hablar...¿cierto?

Ella asintió y el hombre respiro hondo.

-En fin...esta es la historia de cuando conocí al amor de mi vida...de mi cuento de hadas.
Aun que quizás tu perspectiva varíe un poco de la mía...

ella asintió mirándolo en completa seriedad.


-Todo se queda aquí,estás en confianza,puedes hablar conmigo.

El hombre asintió con la cabeza.

Y después soltó un suspiro de resignación.

Respiro profundamente y comenzó su relato.

-Comenzo en mi tierra natal,Italia...y pues,el lugar exacto ya debes saberlo,así como mi estatura...mi peso...

Divagaba eso era parte de lo que ya le habían comentado,así que tendría que regresarlo al cause con la mayor sutilesa posible.

-Basta,nunca sera lo mismo lo que otros digan de ti a lo que tu puedas confiarme.
La información siempre es mucho más confiable de primera mano.

Le dijo con amabilidad y el hombre pestañeo,aturdido.
Su cuerpo ya se había acostumbrado a recibir estrepitosa cachetadas cuando no decía lo que los demás querían escuchar.

-Bene.

El sonrió y volvió a paralizarle por un momento el corazón, era sencillamente arrobador.

-Vivía cada día más deprimido que el dia anterior,era un tipo frío aburrido en cuanto a la perspectiva occidental o de cualquier persona que gustará de divertirse.

Dijo en un tono que parecía burlarse de si mismo.

Aquello intrigo sobremanera a la mujer con quién hablaba.

Ese hombre era un enigma complicado.

-Pero...pero en mi fuero interno anhelaba sentir,sentir algo que no fuera tristeza y hastío por todo,me dedicaba escribir artículos acerca de las múltiples obras de arte monumentos y museos de Verona y de Venecia para una revista de gente culta que los turistas solían utilizar como itinerario de viaje.
Viajaba de aquí para allá cada semana o cada día buscando más y mas cosas sobre las cuales escribir la empresa lo financiaba yo no tenia un lugar al cual llegar por las noches así que me daba lo mismo estar en mi frío apartamento que a kilómetros de el...era igual estar en un hostal de mala muerte que en un hotel de 5 estrellas para mi...me encontraba trabajando en Florencia cuando la conocí...

Su mirada cambio.

Esa eterna expresión de sufrimiento en sus ojos se dulsifico como si hubiese caído miel en sus recuerdos.

Raphaelo,el monstruo de la sonrisa dulce®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora