Quattro

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Los cuatro viejos amigos ya lograban ver la grande y vieja escuela que solían frecuentar años atrás, y eso no los animaba mucho. Hace tan solo minutos atrás Yoongi y Jimin se habían arrepentido de haber aceptado, mientras que Taehyung y Seokjin por algún motivo estaban emocionados, cosa bastante extraña para los otros dos ya que la clase de estos era un completo desastre.

El lujoso auto de Park había llamado la atención de todos los presentes, justo como sus amigos esperaban que fuera. Ahora se encontraban buscando un parqueo, cosa que fue bastante difícil ya que al parecer fueron muchas personas a aquella reunión.

–Hoseok dijo que nos está esperando en la entrada, vamos.

Cuando el rubio iba a salir un cierto castaño lo tomó del brazo impidiendo su acción.

–Mucha suerte.

El mayor levantó una ceja confundido, pero Taehyung solo sonrió y soltó su agarre. Jimin no hizo mucho caso y salió del auto junto a los demás.

La mirada de todos, exactamente todos, sin excepción alguna, cayó sobre ellos. Todo aquel que pasaba al lado de los cuatro chicos se le quedaba mirando hipnotizado y seguían con la mirada cada paso que daban.

La suave brisa de aquel día movía delicadamente el pelo de cada uno, haciendo que baile en el aire y se vean con una aura angelical. Y por si no fuera poco, sus pieles al parecer brillaban cuando se exponían al sol.

–Les dije que esa crema iba a funcionar.

Los tres miraron al mayor sonreír triunfador al ver que habían captado la mirada de todos y que aquel producto que había comprado sí funcionaba. Por un momento tenía miedo de que termine dañando de sus amigos, pero por suerte funcionaba a la perfección y sus pieles brillaban, así a lo crepúsculo.

–¿Dónde está Hoseok? –Preguntó Taehyung una vez que llegaron a la entrada de la escuela, donde se encontraban solo ellos y otras dos personas más fumando.

–¿Taehyung?

Los cuatro chicos se giraron en dirección a dónde se dirigía la voz, encontrándose así con la pareja.

–Hoseok y Namjoon, cuanto tiempo.

Todos sonrieron al volverlos a ver y se saludaron uno por uno. Cuando llegó el turno de saludar al rubio, tanto Hoseok como Namjoon abrieron los ojos sorprendidos.

–¿¡Jimin?!

–Hola a ti también, Nam.

La pareja se miró entre sí y trataron de esconder la sonrisa divertida que tenían, pero no funcionó. Jin y Taehyung conectaron cables y entendieron la razón por la cual reían. En cambio Jimin y Yoongk seguían igual o más confundidos que antes.

–P-perdón. –Se excusó Hoseok. –Es solo que recordé algo.

El rubio asintió tratando de no pensar más en eso.

–Aunque no todos estábamos en la misma clase vengan a la mía, así estamos juntos.

Todos asintieron sin decir nada y siguieron al castaño, quién iba de la mano con su novio.

–Los demás siguen fuera. Igual mejor porque no soporto a ninguno y de todos modos siquiera hay algo en específico programado.

Se sentaron uno cerca del otro y comenzaron a hablar de cosas banales. Poniéndose al día sobre sus cosas y preguntando en que se ocupan, también recordando anécdotas viejas.

–¿Tú no estás en pareja, Jimin? –Preguntó Namjoon.

Negó.

–Ahora que lo pienso mi última pareja fue-

–¡Ya te dije que no!

–Pero Jungkookie~

Jimin se vió interrumpido al escuchar unas voces que venían del pasillo y se acercaban a donde estaban ellos. El rubio miró con los ojos abiertos a Yoongi cuando escuchó "Jungkookie". El pelinegro solo abrió ligeramente la boca. Se había olvidado completamente que ellos compartían clases en un pasado.

–Jungkookie, solo quiero ver a tus amigos y después me voy! Esto es lo que hacen los novios, Jungkookiee~

Todos dirigieron su mirada hacia la entrada de la clase, viendo a una chica de baja estatura tomando a cierto pelinegro de los brazos.

–Jungkook. –Llamó Hoseok ganándose la atención tanto del nombrado como de la chica que no se le despegaba.

Este miró a su amigo quién le hizo señas disimuladamente para que viera a los demás. El pelinegro se sorprendió de ver nuevamente algunos de sus compañeros, hasta que su mirada cayó sobre cierto rubio y solo deseó que la tierra lo trague en ese instante.

 El pelinegro se sorprendió de ver nuevamente algunos de sus compañeros, hasta que su mirada cayó sobre cierto rubio y solo deseó que la tierra lo trague en ese instante

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