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☆꧁𝕮𝖔𝖓𝖘𝖙𝖊𝖑𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘꧂☆
Ambos regresaban del bosque en Gravity Falls después de que Stanford te llevara a conocer a la codorniz inquisitiva (llegaron a la conclusión de que sí podría ser pariente del canario de exclamación), se tomaron su tiempo para hallarla y al ver el cielo te diste cuenta de que estaba comenzando a anochecer, conforme iban caminando los colores oscuros pintados de azul estaban ya sobre ustedes.
- Bueno, supongo que salimos a tiempo.
Te detuviste y te pareció extraño verlo frente a ti mirando el cielo con las manos sobre su cintura y una sonrisa de victoria en su cara.
- ¿A tiempo? Creo que ya deberíamos regresar, no quiero que estés cansado.
- ¿Le hablas de cansancio a quien anduvo huyendo por las noches de un ser de caos? Quería mostrarte algo, ¿vienes?.
- ¡Por supuesto!
No sabías con exactitud a dónde te guiaba Stanford pero disfrutabas que la noche no fuera fría y que el pueblo fuera tan pacífico-o por lo menos en ese momento-. En poco tiempo llegaron a una colina, desde ahí se podía apreciar la torre de agua con el grafiti de un muffin o explosión y el puente donde albergaba el molde de una nave espacial, pero lo que más se notaba en ese lugar era el cielo despejado con las estrellas que parecían sonreírles con su brillo.
- ¿Qué te parece?
- Ford, esto es hermoso.
No podías verlo pero él estaba muy felíz de verte admirar el cielo, podía compartir algo lindo contigo y por alguna razón le gustaba ver esa faceta tuya, captabas su atención.
- De todas las dimensiones, el cielo de aquí es mi favorito durante las noches.
Tomaron asiento en el césped que debido a la noche ya perdía su color verdoso, se quedaron en un silencio cómodo en el que ambos admiraban ese regalo del universo. Pudiste darte cuenta de que tu mano izquierda estaba cerca de la mano derecha de Ford, un pequeño tono rojo se pintó en tus mejillas y agradecías que tu acompañante estuviera ocupado mirando el cielo, varias preguntas te llegaron a la cabeza de si podría ser incómodo para ambos el tomarse de las manos, volviste a concentrarte en mirar arriba y poco a poco tu cara bajaba su calor.
- ¿Tienes alguna constelación favorita?
Su voz sonaba tan tranquila, era muy cálida. Respondiste a su pregunta señalando una de las constelaciones en el cielo y él asintió con la cabeza.
- Es bonita, las mías son la Osa mayor, Orión y William.
- El arco de Orión...
Algo que te tomó por sorpresa fue que Ford colocó su mano sobre la tuya, al principio te sorprendiste y no te atrevías a mirarlo para que no te viera avergonzadx. Al verte así, Stanford se avergonzó y torpemente te pidió disculpas por incomodarte, iba a quitar su mano pero ahora tú tomaste la iniciativa y sonreíste diciéndole un "descuida, no me desagrada para nada". La comodidad se fue creando en tu cuerpo y percibías que a quien tenías a lado también lo experimentaba.
Comenzaron a hablar de lo que se les iba ocurriendo y las risas con algunos sonrojos adornaban el momento. Agradecieron de que no estuviera Mabel con ustedes o con sus palabras ya estarían del mismo color que el suéter carmín de Ford.
