¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ｔｉｅｍｐｏ ｊｕｎｔｏｓ 意ぅや
La ciudad se encontraba llena de movimiento por parte de muchas personas, quienes iban de un lado al otro, un día que se podría describir como algo muy ordinario, menos para una persona.
- ¡Ford! ¡Lamento mucho haberte hecho esperar! -dijo con un pequeño bochorno y media sonrisa en el rostro- ¿llevas mucho tiempo esperando?.
- Descuida, cariño. -respondió con una sonrisa dulce- acabo de llegar- mintió al haber llegado antes de la hora acordada, pero sólo para poder ver a su linda pareja-.
Como todo un caballero, el chico Pines dejó que su acompañante entrara primero a la cafetería en la que ambos estudiarían para sus exámenes que ya estaban a la vuelta de la esquina. Decidieron sentarse en una mesa cerca de la ventana, tomaron asiento en los cómodos sillones color hueso con marrón y admiraron la decoración del local.
Un momento después una camarera tomó sus órdenes y se fue con una sonrisa, dejándolos solos otra vez. Stanford estaba frente a su pareja e intercambiaron una pequeña sonrisa.
Actualmente ambos están en una carrera universitaria que les apasiona, así que no es problema el tema del estudio, o por lo menos no es demasiado duro debido al amor que le tienen a lo que hacen. Comenzaron a sacar de sus mochilas sus materiales de estudio y después de unos minutos llegó la misma chica de antes a darles sus aperitivos.
Pasó el tiempo y pudiste ver el rostro de concentración del contrario en aquel libro, era una de las facetas que más te gustaban de él y decidiste mirarlo por un momento, Ford pareció sentir tu curiosidad y levantó su vista con algo de confusión.
- ¿Qué sucede?
- Nada, sólo me gusta mucho tu rostro -recargaste una mano en tu mejilla y sonreíste- eres muy guapo.
La cara del mayor con lentes era todo un poema, desvió la mirada hacia su derecha y una pequeña gota de sudor resbaló por su frente, la sangre se acumuló en sus mejillas y balbuceaba.
- Eso es jugar sucio.
Una pequeña risa salió de ti, haciéndolo avergonzar más. Ford también sonrió al verte felíz y tan sólo negó con su cabeza, acarició tu mano con cariño y cerró los ojos mientras comenzaba a reír tímidamente.
Sin duda el tiempo se iba volando cuando estaban juntos, y eran momentos que Stanford atesoraría por mucho tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
