𝐔𝐧 𝐕𝐢𝐚𝐣𝐞 𝐧𝐨 𝐏𝐥𝐚𝐧𝐞𝐚𝐝𝐨

Capítulo XI

-ASQUEROSO ANFIBIO, LA CARTA DE FLITWICK NO SE ENVIÓ!!- Gritó James pero se desplomó en el piso -Seguramente le van a decir a los idiotas del Ministerio que Sirius está en Hogwarts y lo van a encerrar, torturar o matar, si es que no hacen las tres cosas.

-James tranquilízate- dijo Fred -tal vez estas cosas deben pasar para que se escriba bien la historia además, si nos deshacemos de ella tan temprano no va a ser divertido, agregando el detalle de los centauros y el bebé gigante como era... ¿Grumpee?... si Grumpee.

-Vamos a hacerla sufrir- dijo Frank con una sonrisa maligna -yo pensaba usar unas cuantas bombas fétidas en su oficina, aunque deberíamos pedir ayuda a una de las chicas, ya saben por qué a nosotros tres nos quema hasta ver las fotos de ese lugar en antiguos números del profeta, ellas si se lo aguantan.

-Concuerdo Frank- dijo James también haciendo una mueca que daba el mismo aspecto de la sonrisa de Frank -si generas cicatrices en nuestros padres te las ves con nosotros vieja arpía, ay esto va a ser genial.

-¿Crees que Dominique nos ayude James?- dijo Fred frotándose las manos con malicia.

-No, es muy sensata, pero creo que Roxanne si podría- Respondió James -ya sabes por vengar a tío Fred y tío George por las cicatrices que les dejó a los dos antes de... eso- agregó con tristeza.

—Claro puedo llamar a la pequeña Roxi-rose— dijo Fred con la voz temblorosa

-Genial, pero nos encargaremos de esto luego primero deberíamos ver como le haré para explicar a Bill que salgo con Dominique- Dijo James con voz temblorosa -Saben como reaccionó con lo de Teddy y Victoire, para mi va a ser peor es su última hija chica- le dio un escalofrío al terminar la frase.

Sus amigos trataron, pero no pudieron reprimir estallar en carcajadas, mientras James se hacía pequeño en un rincón del pasillo.

Llegaron al Gran comedor entre bromas e idioteces dignas de esos tres.