De camino al edificio, me encuentro con una chica extraña que no deja de mirarme, como si esperase a que yo le dirigiera la palabra. Lleva el cabello corto, irregular y teñido de una rara tonalidad rosa. Ella se quedo de pie, observandome entrar. Cuando me di vuelta, noté que no despegaba su mirada de mi. Sus ojos verdes me analizaban de tal forma, que me sentí incomodo. Asi que se lo hice saber, sosteniendole el contacto visual en todo momento, a la espera de que ella se alejara.
Sin embargo, no pasó. Y una fuerza desconocida me tenía plantado en mi sitio. Apenas nos separaba la puerta de cristal que daba acceso al edificio. Vi que ella se llevaba las manos a los labios, como si intentara reprimirse, pero, asi y todo, pude leer facilmente lo que gesticulaba.
"Sasuke kun"
Imposible. La miré, aún más extrañado.
¿Cómo es que sabía mi nombre? ¿Quién era?
Me decidí a salir para encararla, y ella, al ver mi determinación, retrocedió, entre ansiosa y temerosa.
-¿Quién eres?
Teniendola cerca, noté algo más. Ella tenía una larga cicatriz en el brazo y una más ascendiendo por su pierna. Llevaba botines negros y una falda exageradamente corta.
Separé los labios para indagar cuando las palabras de Naruto inundaron mi mente.
"Una chica intentó suicidarse"
-¿Te conozco?- me estaba desesperando ante su expresión de dolo.
Finalmente ella negó con la cabeza. Dio media vuelta y se alejó en dirección contraria. Conforme se iba, fui notando el rastro de lagrimas que impregnaban la tierra bajo sus pasos.
***
Naruto demoró demasiado en llegar al lugar del encuentro, ya empezaba a desesperarme cuando lo vi subir los últimos escalones, agitado y despeinado, portando aquella sonrisa despreocupada mientras me saludaba con el brazo.
-¿En dónde estabas?- no era su obligación decírmelo, pero no pude evitar sentir molestia al deducir que se estaría viendo con alguien a mis espaldas.
Naruto se limitó a sentarse a mi lado, calmo y con mirada distante.
-Quiero que me hables sobre la chica que intentó suicidarse- le pedí, evitando que respondiera a mi primera interrogante.
Los ojos de Naruto ensombrecieron por unos instantes.
-¿Por qué quieres saberlo?
Le conté sobre la extraña chica de cabello rosa que había estado observandome, y no pude identificar la estela de emociones que destilaron por su trigueño rostro.
De lo que si me pude percatar, fue de la expresión de alarma en su gesto cuando le dije que ella me había llamado por mi nombre.
Lo vi titubear, indeciso entre decir algo o quedarse callado.
-Me gustaría tener una cita contigo en un parque, de noche, asi sería más romantico. De veras.
Se estaba yendo por la tangente. Era eso, o realmente no había nada más por decir.
-Bien- suspiré, al menos le había convencido de salir conmigo. Iba a besarlo cuando Naruto me interrumpió para darme algo. Se trataba de una hoja arrugada de papel. -¿Qué es esto?- la abrí para leer pero se trataba de un croquis.
A Naruto le brillaron los ojos. No supe si de emoción o de tristeza. De pronto me era difícil leerle.
-Es un mapa- me explicó- señalando el recorrido que había dibujado con tinta negra. Se veía borroso. -Lleva a un almacen abandonado. Quisiera que fueras alguna vez para buscar algo que perdí.
Me invadieron las dudas. Asentí y lo guardé en el bolsillo.
-¿Por qué no vamos los dos?- inquirí, besando su cuello. Naruto suspiró sonoramente contra mi oído.
-Porque es un favor que quiero que me hagas.
-¿Qué hay allí?- quise saber, deteniendo mis besos para mirarle a los ojos. Su mirada era transparente, pero enigmatica.
-Haces muchas preguntas, Sasuke- me silenció con un beso.
***
Dos noches más tarde, tuvimos nuestra primera cita. Fue en un parque, y fue por la noche. En ocasiones pensaba que Naruto me condicionaba demasiado. Yo sabía tanto y nada de él.
Sabía que era huerfano, que estaba de vacaciones y que su padrino se encontraba de viaje. Que se sostenían economicamente gracias a la renta de departamentos del edificio que Naruto custodiaba. Sabía también que me quería, tal vez no de forma platonica, pero si sentía algo por mi. Lo notaba en sus besos y en sus miradas, en la tristeza que solía embargarlo cuando nos despediamos.
-Esas estrellas tienen la forma de un bote de ramen- señaló las contelaciones, yo sonreí. Estabamos recostados en el cesped, sobre el rocío nocturno.
Lo tomé de la mano y, por un segundo, me perdí contemplando el firmamento. Era una noche perfecta.
-Te quiero, Sasuke- me susurra al oído antes de acurrucarse contra mi pecho.
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Memories.
FanfictionDespués de mudarse, Sasuke empieza a ver a un melancólico y misterioso chico. SasuNaru.