Lo tomé del rostro con brusquedad, forzándolo a mirarme a los ojos. Estaba furioso con él, conmigo, con todos, con el mundo.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué demonios no era capaz de procesar nada de lo que ocurría, ni de lo que se me decía?
Los ojos de Naruto se llenaron de lágrimas.
-Lo siento- dejé de presionar sus mejillas para rodearlo con ambos brazos. -No hables- le pedí cuando noté que intentaba decirme algo. Titubeaba. -Solo no digas nada.
Lentamente correspondió mi abrazo, apoyando su mejilla sobre mi hombro. Dejé pasar un tiempo considerable en el cual aún me debatía mentalmente. Seguía creyendo que todo era producto de un sueño bizarro, y al cabo despertaría, y todo sería normal.
Pero no fue así. Mis ansias por besar a Naruto se intensificaron, por lo que lo aparté de mi para poder apropiarme de sus labios.
-Si no eres real, ¿Por qué puedo verte?- le increpé, sin embargo, no le permití responder, volví a besarlo, con mayor rudeza esta vez. -¿Por qué puedo oírte?- nuevamente mis labios chocaron con los suyos, dejándome un ligero gusto salado por las lágrimas que seguía derramando. -¿Por qué puedo tocarte y sentirte?- pasé mis manos sobre sus brazos, lo hice suavemente, hasta que mis dedos se entrelazaron con los suyos.
Esto de ninguna manera estaba bien. No había lógica alguna. Quería correr, golpear algo, gritar, pero todo lo que hice fue quedarme allí, sin estar ya seguro de nada, ni de mi propia existencia.
Resignado, derrotado, solté mi agarre de su mano. Naruto se limpió las lágrimas.
-Yo tampoco lo sé, Sasuke, pero es así. Eres el único que puede verme, la primera y única persona con la que puedo interactuar. Antes de que tú llegaras, solo era un...
-No lo digas- lo interrumpí, temiendo que pudiera desaparecer ante la simple mención de lo que era. Traté de serenarme, drené mi mente de los recuerdos del día y me enfoqué en él, solamente en él. En su sonrisa diáfana, en su mirada inquieta.
Naruto era mi vida entera. Si lo perdía, ¿No me desmoronaría yo tambien? ¿No lo estaba haciendo ya?
Inhalé profundamente y caminé por el perimetró de la azotea. Naruto me seguía de cerca, con su mirada llena de genuina preocupación, como si temiera que yo hiciera una imprudencia similar a la de hace un tiempo.
Entonces me detuve, ¿No radicaba allí el problema? había dejado pasar una brecha importante de tiempo. Todo era un rompecabezas en un sentido dolorosamente literal.
Cerré los ojos y forcé a mi memoria a trabajar, pero todo estaba sumido en una densa oscuridad.
-No puedo recordar nada- me rendí. -Mi pérdida de memoria y disociación de la realidad comenzó hace seis meses- la mudanza si la recordaba, muy vagamente pero allí estaba.
Naruto pareció interesado al oírme hablar.
-¿Hace cuanto nos conocemos?
-A veces...a veces siento que te conozco de toda la vida. -vaciló al responder. -Y otras tantas es como si no te hubiera visto antes.
Genial. Estabamos en penumbras de nuevo.
-¿Cómo es que sabes que...?- no quise formular la pregunta por entero, pero sabía que él entendería.
-La primera vez que nos vimos, te dije que salté y me quebré unos huesos- señaló la cicatriz de su rodilla. -Pero no morí. Solo sé que estaba inconsciente y alguien me llevo consigo.
-¿Y el croquis?- lo presioné, inseguro. Aún tenía miedo de que se desvaneciera de la nada.
-Lo hice poco después de aparecer aqui. Tengo el camino almacenado en mi memoria. Sé que alguien me llevo a un almacen, pero no sé nada más.
Su mirada ensombreció nuevamente. Empezó a trazar garabatos en el polvo del suelo con su dedo índice.
-Quería decírtelo antes, pero...
-¿Qué pasará si encuentro tu cuerpo?- me atreví a cuestionar.
Naruto cesó sus movimientos poco antes de finalizar su dibujo. Era un corazón.
-Entonces creo que seré libre. Yo solo no puedo salir de aquí. Creí que no podría hasta que tuvimos aquella cita. Pero, tenía miedo de acompañarte al almacén porque una parte de mi se rehusa a dejarte.
"Una parte de mi"
Sentí una dolorosa punzada en el pecho. No concebía la idea de que nos llegaríamos a separar. Es que...¿me había enamorado de una ilusión?
Era demasiado.
-Creo que yo existo y soy tangible para ti, porque tu así lo quieres, Sasuke- me miró serio.
-En ese caso olvidemos todo. Olvida que esta plática tuvo lugar y podremos seguir como si nada hubiera pasado.
Lentamente, Naruto negó en ademán.
-No sé lo que me pasa. Pero siento que es importante que encuentres mi cuerpo. Cuando estoy contigo me siento bien, y cuando te vas, vuelvo a ser invisible.
-Podemos vivir juntos- sugerí, estaba demente por proponer tal cosa pero no quería perderlo. Desde siempre he sido egoísta.
-No puedes vivir con un espejismo, Sasuke- sonrió con parsimonia, como si nada más le afectara. -Tengo muchas limitaciones. Yo sería como un semáforo que se ha atascado en el rojo y te impide avanzar.
La analogía me causó gracia. En parte estaba en lo cierto. No podía llevarlo conmigo. Me expondría a que mis padres consideraran inexistente la poca cordura que me quedaba.
-¿Crees que existe el cielo, Naruto?- se me ocurrió preguntarle. Desde que lo conocí, había sentido que él era mi ángel guardian. Me había salvado y yo tenía que pagarselo de alguna manera, aunque tuviera que sacrificar mi felicidad actual.
Naruto ladeó ligeramente la cabeza, meditando su respuesta. Más no dejé que me la dijera.
Me puse de pie y sacudí el polvo de mis pantalones.
-Andando- le insté a seguirme. -Tenemos que ir a aquel almacen. Tendrás que guiarme ya que tiré el mapa.
Los ojos de Naruto brillaron.
-¿De verdad me ayudaras?
-Si lo preguntas demasiado, puede que cambie de parecer- bajé las escaleras e intenté resignarme a que en algún momento...lo perdería. Si es que lo había tenido alguna vez.

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Memories.
Fiksi PenggemarDespués de mudarse, Sasuke empieza a ver a un melancólico y misterioso chico. SasuNaru.