Noche para dos I

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Tercera persona

“Se que estás despierto Son, deja de fingir que roncas ¡Tú jamás has roncado!” Son tuvo que aceptar su terrible derrota, todo lo que pasó anoche le pareció un sueño hasta que recordó que Pin dijo que iba a cortejarlo. A plena luz del día veía las cosas con otra perspectiva, quién le asegura que perder la amistad con su amigo no sería un completo desastre, y si permitía que esto se convirtiera en romance quién le decía que siempre estarían juntos, como amigo de Pin tenía la confianza de saber que podía quedarse a su lado toda la vida, pero como una conquista podría ser desechado y botado en cualquier momento. Son no quería eso. Subio su asiento y volvió a poner el cinturón de seguridad para después mirar a Pin con desagrado. “Te crees muy listo” Pin quitó por unos segundos la mirada de la carretera para observar de reojo la cara de Son.

“No voy a seducirte en plena carretera y menos con las manos en el volante” Odia que sea un creído, aunque secretamente también envidia la seguridad que siempre tiene para enfrentar la vida, a Pin no le importa perder, lucha a pesar de las adversidades sin importar el resultado o las consecuencias, Son no era de esos, él prefería ver los pro y los contra, era meticuloso en cada circunstancia y veía los posibles problemas con lupa, era abogado, indagar hasta el último detalle era su trabajo y su pasión. Ambos ex-amigos era polos opuestos y en sus carreras no podía ser de otro modo.

“Que te hayan acendido a detective no te quita lo novato Pin” se cruzo de brazos enfocando su atención en la carretera, ya estaban en camino conocido, todavía se pregunta ¿cómo fue posible que Pin se perdiera? Detuvo su análisis por escuchar al egolatra a su lado “ Ve lo de esta forma mi Ángel, tendrás un novio que te dará protección las 24 horas del día” su guiñó no hizo más que enfurecer a Son.

“Olvidas que soy abogado, se como defenderme. Tú y yo no seremos nada. ¡Ni amigos!” el menor antes de responder cambio de carril, un camión de carga le impedía la visibilidad “¡Buen punto! No quiero un amigo que al mirarlo me lo quiera llevar a la cama”

“¡Ay callate por favor!” tapo su cara. “Mmm.. Abogado, se a puesto algo rojo” sus burlas sirvieron para darle valor al responder “¡De coraje! Querrás decir. Si está es tu forma de cortejar, déja, te informo, que no funciona conmigo”

“Mi ángel, cuando empiece a cortejarte ni cuenta te darás...” ya no soportó sus bromas y comenzó atacar “«Tu ángel» va enseñarte el camino al infierno gracias a tus malas bromas”

“Me encantaría mostrarte yo mismo el infierno, pero ahora no puedo, estoy manejando” buscó algo para golpearlo o golpearse por seguirle el juego, Pin prendió las intermitente para orillarse en medio de la carretera “No puedes entrar al infierno cuando las llaves las tengo yo. Ángel travieso” esa última parte casi la ronronio.

“¡Eres un baboso!” el menor se fue riendo la mitad del camino con un Son trangandose las ganas de hacer lo mismo, al llegar fueron regañados como niños pequeños, para Plan que los dos se perdieran fue muy raro.

“¿Van a decir que no traían navegador?” Son enseguida señaló al menor acusatoriamente “ Lo hubiéramos tenido, sí tu hermanito hubiera dejado que usaramos mi carro. Pero no. Su maldito cacharro es una antigüedad” el menor frotó sus oídos con la mano.

“Estás dañando mis oídos con esa afirmación. Mi bebé es un clásico, no lo ofendas...” Plan achicó los ojos sin dejar de tocar su barbilla parado a mitad del pasillo.

“¿Y que pasa con sus celulares?” sus preguntas no hacían más que poner nervioso a Son, se sentía como uno de sus clientes cuando no querían revelar su verdadero crimen. Pin respondió por él “No tenían señal”

“Van a decir que los dos no tenían señal en los nueve hoteles que visitaron y que por cierto no hubo habitación” Pin le había contado nuestra odisea una vez que Plan abrió la puerta. Ahora que Plan lo decía todo sonaba muy extraño para él también, pero realmente eso paso. ¿O no? Trato de explicar a su modo.

Perdiendo una AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora