Capitulo 2. Un lugar de locos

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Giré mi cuerpo lentamente, como si una fuerza mucho mayor que mi voluntad me obligara a ello, de espaldas a la puerta y en toda esa oscuridad divisé un par de ojos. Poca era la luz que se filtraba por aquellas diminutas ventanas de cristal cubiertas por una espesa cortina, pero sin duda me permitian ver el brillo inigualable de ese ser, un brillo peligroso de su mirada puesta. Contuve la respiracion tratando de no mostrar debilidad frente a lo que sea que hubiera en esta habitación a la que todos no querian entrar.

Mis pies se movieron hacia atras cuando percibí un movimiento inusual en la diminuta silueta de ese individuo el cual claramente se acercaba a mi, cerré los ojos y espere... Hinata habia dicho que no era nadie peligroso ¿verdad?

—Vaya no me equivocaba, no eres la vaca ¿Que le ocurrió? —resonó su voz en toda la habitación —. Aunque debo de admitir es la primera vez en mucho tiempo que veo a otra persona ¿Podrias ser tan amable de abrir las cortinas?

No se porque pero accedí con un movimiento de cabeza a su petición y me dispuse a correr las cortinas. La luz entró sin tardar inundando toda la habitacion. Cubrí mis ojos con una mano, después de tanta oscuridad la luz me molestaba.

—Ahhh gracias, no sabes cuanto extrañaba la luz del sol. No es muy usual este tipo de privilegio pero... supongo que se debe a ti ¿verdad?

Lentamente fui descubriendo mis ojos ya acostumbrados a la luz intensa para ver como frente a mi, a solo unos metros se mostraba la figura de un joven de negros cabellos.No pude reprimir un suspiro de alivio al ver que no era ningún monstruo, pero mirando mas detenidamente sus facciones bastante delicadas, su delgada anatomía y por supuesto las correas de contención y fuerza que adheridas a sus brazos y piernas como cadenas que le impedian moverse,dudé la razón de porqué tanta restricción si mas que un monstruo el parecia un ángel.

—Esto si que es una sorpresa, ya sentia yo que no se trataba de esa mujer, tu aroma era totalmente diferente pero —en su rostro se formó una angelical sonrisa —. Jamas creí que veria a otro hombre, y muchos menos uno tan guapo. Oye se buen chico y dime: ¿La mujer que te precedió fue despedida? ¿o se murio?

Empezó a reir, su rostro cambió totalmente a una expresion de burla y desprecio, no parecía que hacia unos intantes su sonrisa fuera tan dulce.

—Pobrecita, realmemte no me desagradaba pero que se le va hacer —siguió riendo. Sus expresiones cambiaban a instantes, de momento  reia sardonicamente y a otras solo suspiraba —. Pero me alegra, hacia ya tantos meses que no veia un hombre que ya pense me volveria loco ¿Oye, me liberas? Te prometo que si lo haces te recompensare muy bien —acompañando a esas palabras su lengua se paseó por sus labios delineando con su humedad toda la extension de estos de forma seductora. Todo mi cuerpo se estremeció.

Aun asi no podia dejar de mirarlo, de contemplar la belleza de su rostro delicado y la perfecta mirada de sus ojos, negros como sus cabellos que brillaban intensamente como si de un depredador hambriento que contempla una jugosa presa se tratara.

—¿Acaso eres mudo? No has hablado casi nada.. ¿Podria ser que te asusté? Ohh en serio, o te intimida mi estado. Mis disculpas pero lamento que no tengo otras ropas para lucir, aqui son demasiado extrictos conmigo, hasta ni ver el sol me dejan.

Intente abrir la boca pero los sonidos no salieron, toda mi mente se paralizó y como un cobarde salí de allí. No repare en nada más solo me fui.

Corrí por los pasillos prácticamente vacíos, no podia deshacerme de la mirada de ese chico sobre mi, sus ojos calaban tan profundo en cuestion de segundos. Tuve miedo, no ese que tienes cuando vas a morir, al contrario era uno mucho mas frio, mas destructor... era el indiscutible miedo a ser devorado. Me senti pequeño, indefenso y débil. No era él quien yacía atado sin apenas moverse, habiamos cambiado de lugar con solo intercambiar miradas.

¿Quien carajos era... ese chico? ¿Por que estaba ahi y sobretodo... por qué tanta restricción como si fuera un verdadero loco...

Me detuve en seco, yo estaba en una clinica sanatoria, la bonita manera de referirse a un hospital psiquiátrico... un manicomio, donde habia por sobre todas las cosas locos. Entonces ese chico era uno de ellos. Un verdadero enfermo mental, no como Izuna o Madara, ellos solamente eran recluidos sociales, pero ese chico... el chico de la 306 él....

—Itachi—nii..

Di un brinco por el susto que me habia pegado, no note en que momento llegué al jardín. Exhale liberando mis pulmones un poco, tratando de relajarme y busque al causante de mi susto con la mirada.

—¿Izuna que oscurre?

—Nada, solo te vi, te veias tan pálido que pensé tenias hambre —para mi sorpresa sacó de su bolsillo un pequeño envoltorio y me lo ofreció —Ya se ha derretido un poco pero es chocolate —Le acaricie con dulzura los cabellos al verle tan preocupado y sin dudar acepte lo que me ofrecia dandole a el una parte.

—Gracias, se ve muy rico —me lo lleve a la boca.

—¿Verdad que si? Me lo obsequió el señor del 510 cuando jugaba hace un rato.

—¿El señor del 510? ¿Que hacias en ese nivel Izuna? Sabes que no puedes subir mas allá del tres. —el hospital estaba dividido por secciones y niveles, cada seccion se centraba en un tipo de actividad y cada nivel era para clasificar a los pacientes. El nivel de Izuna era un dos, por lo que no debía subir mas arriba donde claramente los pacientes tenian trastornos mas serios y peligrosos.

—Estaba aburrido y tu no estabas, Madara estaba en su siesta y Hinata no sé, entonces decido explorar un poco pero sin darme cuenta subí hasta alli y como estaba oscuro tropece, entonces ese señor me ayudó y me dio el chocolate. Me dijo que era demasiado lindo,y alguien podria secuestrarme, y que si me gustaría visitarle después. Yo le dije que si y me fui... entonces te vi.

—Espera... —le interrumpi, si mal no recuerdo en ese nivel una vez cubri a alguien y.... senti un escalofrío nuevamente recorrer mi cuerpo, esta vez de alivio —. No vuelvas a subir Izu, es peligroso y si por alguna casualidad te encuentras con ese señor alejate de él.

—Pero... dijo que seria mi amigo.

—Confia en mi, no debes subir alli. También si te vuelves a encontrar con otra persona fuera de tus conocidos no le hables, los extraños son peligrosos —Izuna es demasiado inocente, me alegra que no le haya pasado nada pero... pudo suceder.

Le despedí cuando llegamos a su habitación y me dirigí a la mia. Sin duda debo tener los ojos sobre Izuna, no puedo creer que haya llamado la atención a ese hombre.

Conocido como Orochimaru, paciente de la 510, considerado un trastorno de nivel 5, el mas alto y peligroso de la escala, aquel que solo se le adjudica a verdaderos locos.

Me deje caer sobre la cama sin apenas deshacerme de mi uniforme, mirando el techo pensativo.

—Un nivel 3 ehhh.




Hola!

No soy mucho de escribir este tipo de amuncios o notas, como sea. El punto es que estuve casi un mes sin actualizar y planeo ponerme al día, esta historia fue la primera.Apenas esta iniciando y capaz no sea muy comprensible, si alguien tiene dudas o alguna pregunta estare encantada de responder.

Quiero aclarar nuevamente que todo aqui es ficción, solo los trastornos tienen base real, por lo demás es de mi invención y puede no concordar con la realidad en esos centros de sanidad.

Un saludo y cuidense mucho ^_^

¡No estoy loco! (Uchihacest) by Elizabeth Uchiha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora