—Itachi, Itachi, Itachi
—¿Que pasa Izuna?
—Estoy sangrando, mira.
—Ohh estas sangran-Sangrando?! —abrí los ojos asustado. Desde ayer me encontraba un poco ido, no muy lejos de por cierto, pero si lo suficiente para no prestar atención a casi nada en todo lo que llevaba de día —¿Como te lo hiciste Izuna? —pregunté yendo abuscar el kit de primeros auxilios que tenia.
—Con papel, estaba haciendo origami y entonce vi el papel manchado de algo rojo, supongo que me pinché con algo —me respondió. Dudó que sea con papel, no suelo darle nada que pueda causarle heridas por lo que debió ser algo más.
Tome su mano herida con cuidado para atender el dedo que sangraba.
—¿Te duele Izu?
—No, soy un hombre, no me duele.
—Ohh que adulto te has vuelto —le dije. Escuche su risita, por lo que supuse le hizo feliz. A Izuna le gusta mucho cuando le celebras algo por mas pequeño que sea, el es feliz solo con eso.
Revisando sus dedos note un inusual color cerca de las uñas, la piel de Izuna es bastante pálida y delicada, cualquier cambio se nota con facilidad.
—Izu has estado comiendo toda tu comida?
—Si toda —respondió.
—Y los medicamentos? Te han causado algo nuevo como sueño, cansancio o dolores.
—Mucho sueño, ayer me dormí muy rápido. Hinata no pudo terminar mi cuento.
—Ya veo. Bien ya terminé —acomodé la blandita con un dibujo de estrella eran sus favoritas.
—Gracias Itachi, te quiero mucho —me abrazó y besó mi mejilla con cariño, siempre solía hacerlo era algo muy personal de nosotros desde que empecé a estar a su cargo. Lo que solía causar celos muy obvios a cierto individuo por razones diferentes.
Izuna regresó a sus origamis, mientras yo le observé por largo rato. Me preocupaba el estado de sus manos, no era algo muy extraño pero cuando niños como el que tomaban una medicación muy fuerte presentaban cambios por mas minusculos que fueran era preocupante. En cuanto terminará el descanso buscaría su ficha necesitaba comprobar algo.
Hinata llegó a mi campo de vision, era hora de la medicación para algunos de sus pacientes por lo que me acerqué a ella.
—Hinata-san —le llamé —. Necesito pedirte algo tu llevas mas tiempo que yo aquí.
—Claro que sucede?
—Es Izuna, acabo de notar algo que me preocupa —le dije preocupado mirando de reojo al mencionado entretenido con sus hojas de papel.
—¿Que notaste? —me preguntó dejando a un lado sus cosas.
—Hace unos minutos me enseñó una herida que se hizo haciendo origami —tanto como yo Hinata se sorprendió —. Entonces cuando le revise noté algunos hematomas alrededor de sus dedos, algunos no son muy visibles pero se ven. Izuna toma una medicación bastante fuerte para tratar su cuadro clínico, siempre lo creí exagerado para un niño de su edad. No lo necesita.
—Comprendo. Te preocupa que su nivel de plaquetas haya bajado. Yo también lo he notado, pero no conosco la causa —me dijo con respecto a la medicación —. Cuando recibimos a Izuna el tenía una desnutrición muy severa, sufrió muchas recaidas anemicas y habia veces en que se desmayaba sin razon alguna. No conosco mucho a su familia, solo sé que son muy influentes. Tu mejor que nadie conoces que tipo de medicamentos se le administran, y las dosis. No quiero ser entrometida o suponer cosas que pueden no ser pero es muy visto en estos lugares la sobremedicacion por causas exteriores.
—Gracias Hinata.
—Ten cuidado Itachi, no debes involuctarte demasiado con los pacientes, muchos de ellos tienen razones para estar aquí. No te dejes hundir demasiado o no podrás salir.
—Agradesco el consejo —le dije. Ella quizás tenía razón y debia dejarlo todo como está —. Regresaré con Izuna.
No era muy difícil de creer, que sucedieran esas cosas aun en estos tiempos.
No puedo, simplemente no puedo dejarlo asi, Izuna es solo un niño inocente que necesita cariño, no merece con todo lo que vivió una sobredosis que dañe su salud. Pediré un análisis de samgre completo y dependiendo del resultado pensaré que acciones tomar. Mientras tanto —miré la tablilla donde el horario de mis pacientes y sus medicamentos dictaba el proceder— haré por mi cuenta su tratamiento.
—Izuna ven aquí —le llamé pidiendole que me acompañara al baño.
—Ya hice pis Ita no tengo ganas.
Sonreí ampliamente por sus plabras. No puedo comprender como alguien no puede no querer a este niño.
—¿Quieres que vaya a tu habitación esta noche, te hare compañía hasta que ye duermas?
—¿En Serio? —sus ojitos brillaron.
—Si, es en serio —le dije.
—Si, si quiero. ¿Y vas a dormir conmigo? No me gusta dormir solo cuando está oscuro.
—Esta bien, pero no puedes decirle a nadie más, ni a Hinata-san. ¿Entendido?
—Entendido.
—Esta bien, ahora regresa a jugar, yo iré después.
Esperé que se fuera para pensar con claridad lo siguiente que haría. Izuna se comportaba como un niño y podría parecer como uno por su diminuta anatomía, pero no sobrepasaba los trece años y eso para mi era suficiente para no permitirle sufrir.
Eché agua en mi rostro para aclarar mi mente, aunque realmente no lo necesitaba mucho, ya todo estaba claro... y con respecto a eso también.
Abrí aquella puerta con un sentimiento totalmente diferente a la ultima vez que dejé ese lugar. Como la primera vez una oscuridad absoluta reinaba en esa habitación, el silencio de la tarde y el sonido de su respiracion tan pausada casi melódica calmaron mis nervios. Terminé de entrar cerrando la puerta detras, no sería bueno que me descubrieran, porque yo no debería estar ahi... no estoy ahí.
—Veo que has regresado —resonó su voz rompiendo el silencio —. Dudé si volveria a verte pero, me alegra saber que me equivoqué.
—Debería preguntar como lo notaste? —dije acercandome a él.
—No sé, eso depende.
—¿Depende? —cuestiné deteniendome a menos de un metro frente al.
—Si, de muchas cosas —sonrió. Pude escuchar a esa distancia un suspiro.
—¿Cómo qué? Si me dices quizá pueda... no sé, ser amable.
—Eres tan interesante Itachi-kun —me dijo sorprendiendome—¿Cómo se tu nombre? Ahh es un secreto... pero si quieres descubrirlo has algo por mi. —este chico es único, solo llevo una noche de conocerlo y su voz revoluciona todo mi cuerpo —.Hace mucho tiempo que no tenía a un hombre tan cerca... ¿Te atreves? No te comeré... bueno eso depende de ti —sonrió. Mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad lo suficiente para perderme en el fulgor de sus ojos negros. Jamás vi unos ojos como esos, unos que fueran capaces de quemarme con una sola mirada.
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¡No estoy loco! (Uchihacest) by Elizabeth Uchiha
FanfictionItachi trabaja como practicante en un centro de salud mental .A pesar de que fue advertido sobre uno de los pacientes y que no debía nunca hablarle, su curiosidad le llevo a conocer al chico que habitaba en 306.Un ninfómano ,un hombre invisible, cle...