cinco

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Tragó pesado, mientras jugaba con sus dedos. ¿Por qué lo había invitado; siquiera? Solo fue un impulso.
Pero estaba realmente agradecida de que haya accedido a su alocada petición.
Jugaba con los bordes de sus papeles; ahora acomodados por orden numérico.
Y revolvía con su mano libre el café recién servido.
Sentía como el humo que provenía de la taza de cerámica golpeaba suavemente su nariz; percibiendo una calidez tan relajante, sonrió inconscientemente.
Estaba esperando a aquel cobalto, el cual había ido al baño del local.
Lo vió regresar, y una sonrisa amistosa se posó en sus labios.

- Ya estoy -pronunció llegando y sentándose en la silla- Gracias por invitarme

- ¡N-No es nada! -su corazón latía algo rápido, se maldijo por lo bajo- Es lo menos que podía hacer; en serio me salvaste de que mi jefe me corte el pescuezo, y-ya sabes, el trabajo y todas esas cosas, son muy exigentes y por eso.. -aclaró su garganta, intentando no balbucear tanto- es lo menos que puedo hacer... -musitó por lo bajo algo apenada.

- Oh... -murmuró.

Sus nervios aumentaban. Quizás estaba hablando demasiado. ¿Y si eso lo molestaba? Maldita sea, por qué lo había invitado en primer lugar.
Lo vió tomar un sorbo de su café, ¿Acaso no se estaba quemando?

Miró el suyo por unos segundos; si tomaba un sorbo no debería comenzar una incómoda conversación, pues no sabría como.
Agarró valor y tomó un largo sorbo de aquel líquido hirviente.
Sentía como pasaba por su garganta, y su faringe se quemaba brutalmente.
Tragó pesado intentando no hacerlo notar, pero una lágrima involuntaria salió por su ojo derecho. La limpió rápidamente, el cobalto parecía estar perdido en la vista de la ventana; la cual estaba detrás suyo.
Y era entendible; el paisaje de aquel pequeño local era hermoso, de hecho; por eso este era su lugar favorito.
Volteó su vista a la ventana anteriormente nombrada, dejando deleitar sus ojos con aquel paisaje.

- Me llamo Sonic; por cierto -Rápidamente giró a verlo cuando el cobalto habló.

- ¿Sonic? Es un lindo nombre -se limitó a responderle en un tono amable.

- Gracias -sonrió suavemente- y...?

- ¿yy...? -lo miró sin entender.

- ¿Cómo te llamas? A menos que prefieras mantenerlo en el anonimato -le guiñó un ojo, de una forma juguetona.

Sus mejillas estaban más rojas de lo que deberían; ella podía sentirlo.

- ¿Estás bien? -preguntó incrédulo al verla roja.

- Uh? Si, sí, sí... solo.. el café estaba algo caliente -mintió torpemente- Me llamo Amy, un gusto

- Lo mismo digo, Amy -soltó risitas- Por lo que he visto sueles venir seguido a este lugar

- Oh, sí! De hecho suelo venir aquí para todo, comer, hacer trabajos... la vista es muy agradable como supongo que te has dado cuenta -le sonrió, ¿desde cuando era tan confiada?-

- Tiene una vista preciosa desde aquí; es probable que te robe el lugar -comentó a modo de broma, mientras daba un sorbo a su café-

- ¡Sobre mi cadáver!

Y así comenzó una bonita plática entre ellos.

【🥠】

Ambos ya habían entrado en confianza, podrían decirse que eran conocidos casi amigos.
La conversación era fluida, bastante agradable y claro, tenía sus toques de humor.
Habían estado charlando por unas, cortas para ellos, dos horas casi, las tazas ya estaban vacías.
Así que pasó la camarera a recolectarlas, dejándoles las dichosas galletas de la fortuna.

Amy intentó no darle muchas vueltas al asunto, aunque estaba curiosa, prefería leerlas en la privacidad.

- ¡Uy, galletas de la fortuna! -comentó, entusiasmado- ¿Las abrimos?

- Oh, eh, bueno, yo la abro después, no te preocupes -Intentó cortar el tema.

- Andaa no seas así, que te mueres por abrirla tanto como yo

Y luego de un poco de ruegos; la eriza cedió no muy convencida a leer aquellas galletas.
Ambos la abrieron y leyeron en voz baja.

❝Por más que las cosas en el amor se vean muy cuadradas, siempre puedes cambiar la perspectiva para que se vean como un círculo.❞

Su cara de confusión era muy notable.
A pedidos del contrario leyó la pequeña nota en voz alta.

- ¿Qué crees que signifique?

- ¿Quizás es que no debes rendirte con quién quieres? No sé, yo no escribo estas cosas -dijo no muy convencido.

Le cobalto; por su parte, leyó su nota

❝A veces la persona que tienes no es la persona que quieres.❞

- Creo que eso tiene más sentido que mi nota -soltó risitas y se llevó un pedazo de la galleta a la boca.

- Supongo; aunque no sé realmente a que puede aplicar...-

El celular del erizo comenzó a sonar. Se disculpó y atendió.
La rosada solo podía escuchar la conversación de parte del antes mencionado.

- "¿Hola?" -...- "Oh, sí" -...- "Al final me quedé en el restaurante que te dije la otra vez" -...- "Sí, una nueva amiga" -le sonrió a la eriza; la cual sonrió como respuesta- "Claro que sí; voy para allá" -...- "¡Besos!" -colgó la llamada con una pequeña sonrisa y apagó el móvil.

- Yy... ¿quién era?

- Mi novia

⟦░幸运饼干░⟧

Segunda semana y ya los horarios se me mezclaron-

c h u c h a :(

  ⃟ཹ։❀ ⁏ Las galletas de la fortuna 彡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora