~Capítulo Tres~

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Jiang Cheng no deja de mirar las flores con cierta incomodidad. Seguro fue idea de mi hermana. Lo que se le ocurre al ver el elegante ramo de flores moradas, la cuales son de su color favorito, es que Yanli sí había accedido a la propuesta de cortejo del Primer Jade, aunque según el elegante hombre; La Joven Madame Jin había dicho que su hermanito tenía la última palabra. Sí claro, seguramente a mi hermana no le molestaría que en un futuro pudiera tener de cuñado a Lan Xichen.

En este momento se encuentran en la sala de su apartamento, sentados uno frente al otro; a Jiang Cheng le viene a la mente la imagen del momento en el que el criminal es interrogado por la policía en las series y películas de detectives. Sobre la mesita del centro hay dos tazas de porcelana llenas de té caliente, eso era lo único que había en la alacena del joven universitario ya que había olvidado hacer las compras. Aun no me acostumbro a vivir solo. Jiang Cheng mira al elegante hombre frente a él; era muy elegante, demasiado, incluso cuando toma el té no puede dejar de mirar los movimientos que hace para tomar la taza, llevarla a sus labios y beber el caliente liquido dentro de la porcelana sin derramar ni una sola gota.

—¿Qué es lo que quiere saber, Joven Jiang? —Lan Xichen llama su atención.

—Muchas cosas. — Se aclara la garganta y frunce el ceño al notar que el nombrado Primer Jade de Gusu Lan le sonríe, al parecer lo había atrapado mirándolo como un idiota.

—Adelante.

Ambos se miran. Jiang Cheng se remueve nervioso ante la mirada del Lan, le incomoda, pero, también le gusta; toma unos minutos antes de soltar la pregunta que ha rondado en su cabeza desde la primera vez que vio a aquel hombre parado en su puerta:

—¿Por qué...yo?

La sala se vuelve a quedar en silencio; solamente se escuchan los pequeños gruñidos de Jazmín que mordisquea su juguete de manera feroz para una cachorrita de su edad.

—Usted, —Lan Xichen deja la taza de té sobre la mesa, —¿Recuerda el funeral de mi madre?

~~~~~~

Fue la primera vez que lo conocí, en ese entonces yo tenía diez años. Mi madre acababa de morir y yo no quería saber nada de nada, ni de nadie. Estaba muy triste, cuando vi que mi padre había regresado sin mi madre del hospital, supe, en ese momento que ella ya no estaba; ya no la volvería a ver en su cuarto sonriéndome dulcemente, ya no la escucharía cantar cuando trataba de tranquilizarme, ya no nos leería cuentos a mi hermano y a mí, ya no la vería en su balcón leyendo pequeños poemas, ni me acercaría a escuchar su dulce voz, ya no. Todo se había acabado.

Estaba en mi cuarto, tratando de verme presentable para recibir junto a mi padre, mi tío y a mi hermano a los socios de la empresa; ese, según mi familia, era mi deber como futuro presidente de la empresa, lo repetían una y otra vez. Mi nana trató de convencerme, pero no pudo, por lo que llamó a mi tío.

—¡No quiero! —pero, yo seguía sin querer bajar. —¡Ellos nunca vieron a mi madre, nunca convivieron con ella! ¡No saben nada!

—¡No seas irrespetuoso Xichen! Como futuro presidente de la empresa Gusu Lan, debes aprender a responder ante estos casos. —Mi tío ya había perdido la paciencia. —¿Crees que no le duele a tu padre?

Apreté mis puños aguantando las lágrimas. Las ganas de llorar no se iban, estaba molesto y muy triste. Miré con enojo a mi tío.

—No me importa, ¡No quiero bajar! —ya no podía aguantar más, unas rebeldes gotas cayeron de mis ojos.

—¡No llores, Xichen! —Ante la fuerte voz de mi tío dejé de llorar y lo miré sorprendido. —Eres el heredero principal para la presidencia de la compañía Gusu Lan y como tal debes aprender a controlar tus sentimientos. ¿Crees que tu padre no está destrozado? ¿Crees que no le duele que su omega destinada haya muerto? Pero él está allá abajo, recibiendo respetuosamente a cada uno de nuestros socios, agradeciendo el apoyo que nos están brindando en este difícil momento. Lo que está haciendo tu padre es un comportamiento digno del presidente de la empresa Gusu Lan, de la Familia Lan y tú debes ser como él.

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