𝙾𝚋𝚜𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗 [h.s]

Capítulo 10.

Bajé las escaleras y salí al patio. Vi a Emma y Zayn casi follando en la piscina y a Faith tratando de calmar a Louis quien veía a Zayn tocando a su hermana. Caminé hacia dónde Faith y Louis.

— Qué hay. — dije y me senté al lado de Faith.

— ¿Tu lo sabías? — me preguntó Louis.

— ¿Qué? — él hizo una seña hacia su hermana y Zayn. Asentí.

— ¿Y por qué no me lo dijiste? — frunció el ceño.

— Se lo prometí. Además ella me dijo que te lo iba a decir pronto, tardó cuatro meses, pero al final de cuentas te lo dijo ¿no? — saque mi teléfono y empecé a revisar las redes sociales.

— ¿Cuatro meses? — jadeo.

— Espera, ¿no te lo dijo? — abrí los ojos.

— ¡Emma! — su grito causó que Zayn se separara de Emma.

— ¿Qué pasa hermanito? — respondió nerviosa.

— Ven acá, ahora. — respondió serio.

— No seas tan duro Louis, tal vez ella tuvo sus razones por las cuales no te dijo. ¿Vale? Relájate — dijo mi hermana.

— ¿Qué mierda te sucede? ¿Calmarme? ¿Cómo mierda quieres que me calme si mi hermana me ha estado ocultando esto? ¿Eh? ¡No trates de cubrir sus mierdas! — le gritó y yo estaba sorprendida por cómo actuó y con quién lo hizo.

A Faith se le llenaron los ojos de lagrimas, se separó de él bruscamente y entró a la casa. Louis rápidamente se dio cuenta de lo que hizo y trato de pararse e ir tras ella pero lo detuve.

— Cuando te calmes hablas con ella, te enfadaste con la persona equivocada. — lo solté bruscamente y seguí a Faith.

Entre a la sala, no estaba. En la cocina, tampoco. En las habitaciones, ni rastro.
Salí de la casa y finalmente encontré a Faith sentada en la esquina de la fuente tocando el agua con su mano. Me acerqué a ella y me percaté de que estaba llorando. Sin decir nada la tomé en mis brazos, tranquilizandola.

— ¿Quieres ir a casa? — dije luego de un rato. Ella asintió.

— Iré por las llaves y por Emma, ¿me acompañas? — suspiró y se levantó tomando mi brazo. — Vamos pequeña. — soltó aire antes de entrar.

Nos adentramos, tomé mi bolso que estaba en una mesa y salí a la parte trasera. Allí estaba Emma discutiendo con su hermano. Sentí presión en mi brazo y voltee a ver a Faith, definitivamente ella no quería estar aquí.

— Emma, Faith y yo nos vamos a casa ¿vienes? — miré a Louis fijamente.

— Vamos, no quiero estar aquí. — dijo dándose la vuelta caminando hacia nosotras.

— Faith. — dijo Matt tratando de acercarse a Faith.

— No es buen momento. — lo detuve.

Salimos de la casa. Emma había tomado unas mudas de ropa para llevarse a nuestra casa. Cuando llegamos, abrí la puerta con llave y fuimos hacia una de las habitaciones.

— No quiero dormir sola. — dijo Faith susurrando.

— Durmamos juntas esta noche, ¿qué les parece? — sonreí y ambas asintieron.

— Dormiremos en la principal. — era la habitación más grande, tenía un balcón que daba la vista de todo Los Ángeles.

— Pediré una pizza, espero y tengan servicio. — hice una mueca, eran las tres de la mañana y el único lugar que estaba abierto a esas horas era Emilianno's.

— Pide una hawaiana. — rieron las dos. Marqué el número y contestaron pedí dos pizzas grandes, una hawaiana y una 4 quesos. Aparte pedí 15 cervezas, hoy sería una noche larga.

— Listo — subí las escaleras.

— Zoey, ¿mamá no tenía la reserva de whisky y vino aquí? — me miró y lo recordé.

— Si, bajemos a ver qué nos encontramos — sonreí.

Abrí la puerta y todo estaba oscuro, bajamos las escaleras del sótano agarradas de las manos. Escuchaba como Emma rezaba un "Padre Nuestro", Faith un "Ángel de la guarda" y yo queriéndome cagar de risa. Después de acabar las escaleras encontré el interruptor y lo encendí, al instante Emma y Faith se callaron.

— Ya está, miedosas. — abrí el gabinete y me encontré con muchas botellas.

— Mira, mamá tiene el vino Coppola muy bien escondido. — sonreí.

— Es su favorito. — dijo Faith y asentí.

— Bueno, subamos. — tomé la botella y apagué el interruptor.

Nos tomamos de las manos para subir nuevamente, pero se escucho un ruido. Como si hubieran abierto una ventana del piso de arriba.

— No me jodas. — dijo Emma asustada.

— Cállate, esto no puede estar pasando. — Faith abrió los ojos al escuchar murmullos.

— Carajo, sube y pégate a la puerta. — dije a Faith. Era la que iba primera, ella negó con la cabeza.

— Bien, iré yo — dije cagada — Shhh. — cerré el pestillo y me puse de cuclillas a la puerta pegando mi cara a ella.

— ¡AHH! — gritó Emma y yo abrí mis ojos a más no poder.

— Emma cállate, nos van a encontrar — susurre.

— Es que ha pasado una rata por mis pies. — su cara transmitía horror.

— ¿¡UNA RATA!? — gritó Faith, estábamos jodidas.

— Vienen hacia acá. — susurré escuchando pasos apresurados acercarse.

— ¿¡Qué!? — susurró Emma.

— Bajen los escalones, apresúrense. — las empuje por los hombros, en el último escalón se escucho como forcejearon la puerta y después en un movimiento brusco se abrió.
Las chicas y yo gritamos, estando abajo no podíamos ver quiénes eran y ellos tampoco a nosotras.

— ¡¡AHHHHH!! — gritamos.

— ¡¡AHHHHH!! — gritaron ellos.

— ¿Quiénes son ustedes? — Faith habló, Emma estaba temblando y yo estaba asustada de cojones.

— ¿FAITH? — esa voz me era muy familiar.

— ¿Zayn? — asomamos nuestras cabezas hacia la luz y ahí estaban los tres idiotas más grandes del mundo. Louis, Zayn y Harry.

— Carajo, cariño que hacían acá abajo. — dijo Louis bajando las escaleras abrazando a Faith.

— ¿Estás bien? — preguntó Harry acercándose a mi. Asentí.

— ¿Segura? Estás temblando Zoey. — tenía cara de preocupación. Salí de mi shock y me enfurecí.

— ¡SON UNOS IMBÉCILES! — todos me miraron asustados — ¡JODIDOS IMBÉCILES! ESTUVO A PUNTO DE DARNOS ALGO Y USTEDES SE PONEN A JUGAR AL LADRÓN ¡¿QUÉ MIERDA LES SUCEDE?! — les solté un golpe en la cabeza a cada uno. Todos ya estábamos en el sótano.

— Es cierto. — Faith le soltó un golpe a los tres.

— ¡MALDITOS! Por su culpa nos espantamos. — dijo Emma y le dio igualmente un golpe a los tres.

— ¿Auch? ¿Podrían dejar de golpearnos? — dijo Matt mientras se sobaba la cabeza.

— Emma deja de pisarme. — toqué su hombro, seguíamos a oscuras.

— ¿Qué dices? No te estoy pisando. — me miró confundida. Sentí que se movía lo que estaba en mi pie y grité.

— ¡LA RATA! — grité y brinque encima de alguien.

— ¡AHHH! — gritaron Emma y Faith. Alguien encendió el interruptor y vimos a la rata esconderse.