¿Hermanastro?

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Alzando mi vista al cielo, casi poniendo mis ojos en blanco, mientras salía de la cafetería seguido por mi hermanastro mayor que yo, abultó mis labios y miro la hora. Se puede decir que aún nos quedaba descanso, y eso quiere decir que aún tengo que llevar la  capucha de la sudadera cubriéndome del sol, no quiero acabar con quemaduras que van a tardar años en curarse. Bueno, mejor dicho unos cuantos meses, el proceso es menos largo que el de un humano, pero sigue siento muy pesado, más que nada porque a penas te puedes mover.

— Perdona también por no ser una persona fija, pero tú eres un vago y nadie te dice nada. Eres molesto

Meto mis manos en mis bolsillos después de colocarme bien la capucha de la sudadera, al ver como los rayos del sol se filtran por las ventanas del pasillo. Hasta que noto que se detiene, con la cabeza baja y apretando ligeramente su mandíbula, antes de hablar.

— Ya lo sé, gracias por recordarlo, inútil

Gira sobre sus pies, sin siquiera mirarme y se encamina hacia la puerta del edificio. Era un dramático empedernido, era algo natural en él, de hecho hay veces que ni se acuerda de mi forma de ser y de insultar a cada cosa de este problema, cosa que hace que los poemas que escribí sean algo diferente a de ir verdad, y como para no serlo, soy una combinación extraña de un poeta antiguo y uno sacado de la generación Z.

No me cuesta mucho encontrar a Hoseok, el olor a tabaco y su figura delgada sentada en la escalinata lo delatan demasiado, sobretodo porque se está pegando a la sombra para evitar quemaduras innecesarias. Aún con mis manos en mis bolsillos me siento cerca de él evitando el sol en la medida de lo posible.

— Tampoco hace falta que te pongas así... Solo quería molestarte un rato... ¿Sabes?

El niega con la cabeza antes de dar otra calada al cigarrillo que tiene entre los labios. Lo despega un poco cogiéndolo con sus dedos para poder hablar mejor.

— Me da igual, di lo que quieras... Suficientemente amargado estoy ya

Siento como una vez más al ser yo mismo la que pifiado, de una forma muy estrepitosa, había cagado, por no sé cuanta vez con mi hermanastro. Sí así de genial soy.

Muerdo mi labio inferior ante sus palabras y mi mirada se baja a mis pies, sacando mis manos de mis bolsillos y cruzándolas abrazando mis piernas.

— Perdón aún sé cómo tratarte, hace poco que nuestros padres están juntos... —por la postura no veo a Hoseok, mis flequillos laterales lo tapan de mi vista—. Mi madre murió hace bastante y nunca he tenido un hermano, además de que vivo entre las paredes de esa casa. Siento de verdad ser así Hoseok.

— ¿Sabes? No me arrepiento de haber matado a la mía en su momento, era una maldita puta que quería hacer daño a tu padre y a ti... Pero, la extraño en cierta manera... —da otra calada al cigarro—. Tenía una aventura con mi madre... Se me hace de imbécil decirlo pero sí, la tuve. Creo que solo intentaba encontrar una escapatoria a lo que después me hacía hacer y el como me jodia la vida después

— Ya... Mi padre tampoco era muy allá... Pero nunca tuve el valor de hacerle nada por eso las marcas que tengo aún en el cuerpo... —susurro—. Va siendo hora de entrar. ¿No?

— No quiero ir a clase. ¿De que me sirve ir? Me he tragado esa clase muchas veces ya...

Aún diciendo eso, tira su cigarro una vez ha terminado, metiendo sus manos en sus bolsillos con una especie de sonrisa en los labios. Yo no puedo hacer otra cosa que mirarlo de forma extraña y arquear una ceja, mientras me levanto siguiéndolo, obviamente después de hacer un sonido poniendo mi lengua contra mis dientes y riendo.

— Bienvenido al mundo, yo tampoco quiero ir, pero si no lo hacemos empezarán con sus historias, y en vez de ser protagonistas personajes ficticios, seremos nosotros

Entramos de nuevo en el edificio, hasta que tengo que separarme de él por la carrera y el curso diferentes. Le dije a mi hermanastro que me esperara a la salida porque era el profesor que más se tardaba en explicar y me despedí de él entre pequeñas risas, que se apaciguaron al entrar en mi aula y ver a la chica sentada en uno de los lugares, dejándome dos opciones, o es de mi edad (bueno la edad que aparento tener) y se ha mudado hace poco, o es un curso superior al mío. Pocas personas cursaban esa asignatura y por ello nos juntaban.

Al ver como se encoge en su silla y es ahí cuando me pregunto si mi mirada intimida tanto como me ha dicho alguna gente. La verdad no lo sé bien, pero no me da buena vibra la situación. Eso sí al haber llegado tarde me tengo que sentar a su lado, porque no hay ni un solo sitio libre que no sea ese.

Digamos que no me sentía cómodo sentándome a su lado, es tímida, y eso me hace sentirme aún más juzgado por el monstruo que soy.

— Siento la escena de la cafetería y el como te ha tratado Hoseok...

Hablo en una media voz susurrada, más que nada para que el profesor no me llame la atención y dejo mi mochila por su lado para poder hablar más cerca de ella sin que parezca raro.

Me pongo recto al rato sintiendo que necesito comer, necesito sangre, y de paso le hecho unas cuantas maldiciones a mi padre por convertirme. Lo único bueno que hizo en su vida fue cargarse a los del consejo. Sé que es confuso pero... Mi madre murió hace mucho, incluso antes de convertirme mi padre se casó con otra mujer (la madre de Hoseok) y de eso pasamos a ser Hoseok y yo solos. Podéis imaginaros lo que paso con nuestros padres, demasiados malos tratos habíamos sufrido ya.

La veo incorporarse por el rabillo del ojo, creo que la ha hecho sentir incómoda al ni siquiera girarme a mirarla cuando le he hablado.

— N-no te preocupes, no pasa nada. Lo mejor es que me hubiera ido yo. Era... Era la que estaba de más en el lugar, pero me bloqueé y... Bueno no sabia que hacer, así que lo siento mucho...

Saco mi bloc de notas en el que apunto frases, me deshago con poemas y a veces dibujo un poco. En este caso me puse a hacer garabatos cualesquiera sobre el papel fino de la hoja.

— No te preocupes, sé lo que es bloquearse...Y perdón por no haberte hablado ni haber dicho nada antes...

—Tranqui, nadie puede obligar a nadie a hacer algo que no quiere

Note como se relajaba al lado mía, como sí haberle dicho eso supusiera un grandísimo alivio para ella, y es que aunque mi deseo de comida se va haciendo más y más grande. Necesito algo o acabaré muy mal. En serio, dos semanas sin comer nada no son suficientes, o me gusta tener que hacerlo, no me gusta nada de nada

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2021 ⏰

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Gota de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora