Capítulo 23. "Dong Ho"

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—Descansad chicos —dije a Jimin y Hoseok, cerrando la puerta de mi habitación.

Había sido otra larga noche de trabajo, los tres volvíamos agotados. Tumbada en la cama, como era costumbre al volver del Min's, escuchaba un pitido en los oídos por el alto volumen de la música. En un principio me resultaba molesto, pero después de más de dos años trabajando allí me había acostumbrado.

Acababa de comenzar el tercer curso en la universidad. Mi vida se había vuelto tranquila viviendo con mis dos amigos: trabajaba más tiempo en el local, las notas iban bien y no tenía que preocuparme excesivamente por el dinero.

Con el paso del tiempo y la convivencia, Jimin se había convertido prácticamente en un hermano para mí. Pasábamos gran parte del tiempo juntos, en casa o en el trabajo. Últimamente su compañía se había vuelto incluso más frecuente, ya que estaba recibiendo clases de baile por su parte para que lo apoyara en las actuaciones con pareja.

Hoseok había ampliado sus lugares de trabajo, ya no se limitaba solamente al Min's, sino que también participaba en una compañía de baile.

En cuanto a Busan, para mí se había convertido en un recuerdo borroso. Durante en el año anterior había ido una sola vez y porque necesitaba ver a mis abuelos.
Intentaba no pensar mucho en ellos ya que la culpa me carcomía el pecho por no estar a su lado, pero no me había quedado otra opción debido a mi madre. De mi grupo de amigos poco quedaba, cada uno se concentró en su camino. Misuk y Jin prácticamente vivían juntos, Yoongi comenzó a salir con otra gente y Namjoon se había alejado poco a poco desde que inició una relación, por supuesto, de Taehyung no había sabido nada desde el día en que lo vi con Suji en la puerta de aquel supermercado. Con la única que mantenía el contacto de vez en cuando era Misuk, en el fondo sabíamos que nos teníamos la una a la otra si algo sucedía, pero nuestras vidas ya no tenían nada que ver por lo que no teníamos apenas tema de conversación.

En cuanto a mi madre, había estado bastante tranquila en los últimos meses, o eso creía, ya que no había hablado con ella para nada.

Podríamos decir que mi núcleo cercano de personas estaba entre mis compañeros de piso y universidad. Entre estos últimos, Ne se había convertido en una persona importante para mí, era como Misuk en nuestros mejores momentos. Por otra parte, estaba Dong Ho, quien era muy atento conmigo, en ocasiones, quizá demasiado para mi gusto y tranquilidad. Desde el incidente de aquella noche dos años atrás en la que me asaltaron, siempre que me tocaba volver sola del bar se empeñaba en acompañarme a casa. Eso significaba que cuando me tocaba trabajar, él se prestaba en el local y estaba pendiente de las conversaciones que tenía con Jimin y Hoseok con la excusa de que "sabía cómo eran los chicos y solamente quería protegerme si alguno tuviese malas intenciones conmigo". En clase se preocupaba de que tuviese todos los apuntes, haciendo uso de un mansplaining cargante.
En ocasiones se tomaba la confianza de venir a mi casa con comida para llevar con la intención de invitarme a comer o cenar. Este tipo de situaciones eran incómodas para mí, puesto que me resultaba muy violento decirle que se fuera, así que no era capaz de hacerlo, pero tampoco consentía que él me invitase a comer. Hay hombres que cuando invierten dinero en una mujer piensan que de alguna forma la están "obteniendo" o "comprando" y no estaba dispuesta a que él pensase que tenía algún tipo de derecho sobre mí; así que siempre le pagaba mi parte.

Sin ir más lejos, al día siguiente se dio de nuevo una situación de este tipo.

—Ahí tienes otra vez a tu acosador —dijo Jimin después de contestar el telefonillo.

Se metió en su habitación y cerró la puerta. No soportaba a Dong Ho, así que desaparecía cada vez que él venía.
En parte lo entendía. Algunas de las veces yo también haría lo mismo, resultaba cansado que me prestase tanta atención. Para colmo, ese día estaba muy cansada y no me apetecía ver a nadie, pero, para no herir sus sentimientos intenté recibirlo lo mejor que pude.

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