I ~ El tren

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- Merlín, todavía no entiendo porque no te quedaste en tu escuelita de niñas francesas. - Se quejó Draco mientras caminaba por el tren, buscando un puesto disponible. - Me harás la vida imposible.

- ¡Oh vamos Draco, deja de quejarte! - Exclamó Lyra caminando detrás de él. - Eres un exagerado. Estar con tu hermana no es lo peor del mundo. - Escuchó a Draco bufar y rodó los ojos. Siguieron caminando buscando un puesto libre, Draco de vez en cuando empujando a estudiantes y murmurando insultos, Lyra frunciendo el ceño cada vez que lo hacía. ¿Acaso su hermano podía ser más exasperante? 

Cuando por fin encontraron un cubículo libre, se metieron en este y cerraron la puerta. Lyra se sentó al lado de la ventana, definitivamente no quería perderse del paisaje camino a su nueva institución. Draco se acomodó en el asiento enfrente de ella, mirando por la ventana también, viendo a los padres afuera haciendo gestos de despedida a sus hijos desde el exterior del tren. A los pocos minutos se asomó por la puerta una muchacha pelinegra, esbelta y de ojos verdes. Vestía una falda negra, una camisa blanca y una corbata verde. Unas medias blancas y largas y zapatos planos negros. Lyra dedujo que pertenecía a la casa de Slytherin.

- ¡Draco! - Chilló aquella muchacha, dejándole un pitido en el oido a Lyra, quien hizo una mueca de fastidio. - ¡Te extrañe un montón! ¿Por qué no me escribiste tonto? ¡Estuve esperando una carta tuya todo el verano! - Con cada palabra que la ojiverde decía, el dolor de cabeza de Lyra aumentaba. Su mirada se conectó con la de Draco que, para su sorpresa, mantenía una expresión neutra. ¿Como es qué aquella voz fastidiosa no le molestaba en absoluto?. La muchacha se sentó al lado del rubio, apretándolo entre sus brazos. Lyra hizo una mueca de confusión y él solo se limito a parpadear y quitarse a la ojiverde de encima. 

- Hola Pansy. - Dijo Draco sin emoción alguna, manteniendo aún contacto visual con su hermana. La ojiverd- Pansy, volteó su mirada hacía Lyra, quien también volteo a verla.

- ¡Tu debes ser Lyra! - Exclamó Pansy. - ¿Qué haces aquí? No deberías estar en Beauxbatons? - Lyra solto una pequeña risita ante la mala pronunciación de la pelinegra. Draco la fulminó con la mirada, su hermana optó por taparse la boca con su mano y aguantar las carcajadas. - ¿Qué es tan gracioso? - La expresión de Pansy cambió rápidamente a una llena de odio. Lyra la vio unos segundos más, silencio reinando en el pequeño cubículo.

- Nada. -  Dijo finalmente la rubia. Pansy frunció su ceño.

- No me respondiste la pregunta. ¿Qué haces aquí? -. Su voz llena de veneno. Lyra la vió con mala cara y permaneció en silencio. - ¿Te expulsaron tan rápido? Creí que durarías más. ¿Tan malas son tus notas? - Lyra rodó los ojos.

- Eso no te incumbe. - Le dijo mirándola directamente a los ojos. 

- ¿Por qué tan a la defensiva Malfoy? ¿Tan grave fue lo que hiciste? - Una sonrisa falsa se abrió paso en la cara de Pansy. 

- Oh créeme, me expulsaran de esta si no cierras la boca por cometer asesin- El silbato anunciando la partida del tren interrumpió a Lyra, quien se sobresaltó por el ruido que la tomó desprevenida. Pansy le dedicó una sonrisa burlona y Lyra le devolvió una mirada de fastidio.

Después de que avanzara un poco el tren, Pansy inició una animada conversación con el rubio sentado de su lado, el cual no mostraba mucho interés ante las palabras de la pelinegra. Lyra se encontraba muy concentrada observando el paisaje e ignorando las palabras de la ojiverde, la cual estaba presumiendo sus perfectas vacaciones en París. La conversación murió rápido, por la falta de atención de Draco, y Pansy terminó por salir de ahí.

- Pensé que nunca se iría, que novia tan fastidiosa tienes Draco. - Habló Lyra segundos después de que la puerta se cerrara, volteando su mirada hacía donde se encontraba su hermano.

- No es mi novia. - Dijo Draco, en un tono frío y acusador.

- Como digas. - Se encogió de hombros. Draco rodó los ojos.

- Iré a cambiarme. - Avisó Draco levantándose de su asiento, bolso en mano, e inmediatamente saliendo del cubículo. Lyla suspiró y devolvió su atención al paisaje. Grandes y verdes montañas iluminaban sus ojos, el cielo pintado de un lindo azul. El sol ya brillante en el horizonte.

• • •

El sol se estaba empezando a ocultar. El cielo se pinto de unos hermosos colores naranja, lila y amarillo. Lyra, ya cambiada, se encontraba apreciando una vez más el paisaje, el sueño se empezaba a apoderar de ella. Había sido un viaje largo el cual no pudo dormir ni un segundo. Draco se encontraba comiendo una manzana, sentado enfrente de ella. Draco y su estúpida obsesión con las manzanas verdes, pensó Lyra. 

Pasó una media hora y la rubia no logró conciliar el sueño. No sabía si era por los nervios que sentía por empezar de nuevo en su nueva academia, o por el malestar que sentía por el viaje, al ser su primera vez en tren. Llegó a la conclusión de que era por ambas opciones.

- ¿Y si no quedo en Slytherin? - Susurró Lyra, alzando la mirada. Sus ojos buscando consuelo en los de su hermano. Pero no lo encontró.

- Eres una Malfoy, perteneces a Slytherin. - Dijo secamente el rubio. Lyra decidió ponerle fin al asunto, volteando su cabeza hacia la ventana.

En un abrir y cerrar de ojos se encontraban afuera del tren. Unos mil alumnos se encontraban caminando de allá para acá, compartiendo abrazos y regalos. Lyra observó a lo lejos a un hombre de casi 3 metros llamando a los alumnos de primer año. Caminó detrás de Draco tratando de no perderse entre la gente, lo cual le resultó muy difícil porque el rubio parecía ignorar su existencia. Soltó un suspiro pesado y siguió caminando. 

Vaya año iba a tener.

𝑷𝑹𝑬𝑱𝑼𝑰𝑪𝑰𝑶𝑺 [𝑭𝒓𝒆𝒅 𝑾𝒆𝒂𝒔𝒍𝒆𝒚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora