Pasaron 10 minutos y el albino ingresó a la habitación con ropa en mano... Se la dio a Shadow y luego el contrario se metió al baño que estaba dentro del cuarto... Empezó a ponerse la ropa y se dio cuenta de lo incómodo que era usar ésta ya que era pegada.
—Suspira— En serio me siento incómodo usando esto... Pero no seré malagradecido con Silver... Tendré que acostumbrarme a esto —Suspira pesadamente
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— Shadow ¿Ya vas a salir?
— Ya casi
— Bien...
En eso el azabache sale del baño y se muestra ante el contrario, quien lo vio asombrado.
— wow te ves increíble... No creí que te fuera a quedar tan bien mi ropa jaja
— Jeje —Rió nervioso, pues su armadura al menos era espaciosa, mientras que esa ropa lo hacia sentirse atrapado o con poco espacio
— Bueno, en 5 minutos viene Mephiles, así que prepárate que en cualquier momento viene
— De acuerdo
— Espérame solo voy por un abrigo y mis llaves
— No hay problema
— Si en caso viene Mephiles le dices que en 5 minutos llego, ya que no me acuerdo dónde dejé las llaves
— Tranquilo, yo se lo diré si ese es el caso
— Gracias —Entra a su habitación
— Bien... Será mejor que vaya afuera, a lo mejor viene el esposo de Silver y le podré dar el mensaje
Pasaron 3 minutos y el oji-ámbar no salía aún, mientras que con el oji-carmín... Estaba afuera cuando de la nada ve una cosa extra rara y que venía super veloz... De la nada se detuvo frente a Shadow y un erizo parecido a este bajó de esa cosa, haciéndolo levantar la guardia [Era el carro de Mephiles xd)]
Al estar a la defensiva Shadow sacó su espada que tenía detrás de la espalda... Porque ¡Vamos! Puede que no tenga su armadura puesta pero tampoco es que vaya a dejar su querida espada, especialmente siendo experto en manejarla.
— ¡¿Quien eres?! —Mencionó colocando su espada en el cuello del contrario
—Levanta las manos— ¡Wow! ¡wow!... ¡Cálmate! —Gritó con un poco de pánico
— ¿¡Cómo sé que no intentarás hacer algo contra mi!?
—Sale de la casa— Ey Shadow ya encontré mis llaves ahora solo que venga mi Meph-... —Mira a Shadow— ¡Ah! ¡Shadow no le hagas nada! ¡Él es mi esposo! —Gritó un tanto asustado
— ¿Qué? —Mencionó confundido
— ¿P-podrías calmarte un poco por favor? —Mencionó nervioso el de vetas verdes
