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Paz y tranquilidad era lo único que sentía, estaba en mi lugar especial, donde nadie me interrumpía, donde nadie me molestaba, solo podía escuchar como la leve brisa de otoño movía suavemente las hojas de los árboles del parque en el que me encontraba, en minutos sentí como mi rostro se empezó a mojar, había empezado a llover así que abrí mis ojos y me levanté.



Solía venir aquí y recostarme en un árbol a leer y olvidarme del mundo que me rodeaba aunque solo fuera por unos minutos.



Mi vida no era mala, tenía buenos amigos, una familia que amaba y un trabajo decente pero por alguna razón siempre me encontraba sola en este parque a las afueras de la ciudad queriendo desaparecer de la vida de todos.



Tomé mi bolso y mi abrigo del suelo y corrí hacia mi auto que había estacionado no muy lejos, pero la lluvia logró mojarme por completo antes de que pudiera resguardarme.



Me encamino por la carretera hacia mi departamento, las calles están mojadas por la lluvia y todos a mi alrededor ensimismados en sus mundos, suena mi teléfono y veo en la pantalla que es Adam, no se si contestarle o no, hemos estado viéndonos desde hace meses y sé que está enamorado de mi pero no logro verlo como algo más que un polvo casual, probablemente no debí acostarme con él en primer lugar pero después de haber bebido unos tragos en una fiesta no pude contener las ganas y ahora se ha vuelto algo regular cada vez me siento sola. Contesto la llamada...



-¿Hola?- digo sin más.

-¡Sam! ¿Qué haces? Veámonos hoy, paso por tu casa.-

-No lo sé Adam me siento un poco cansada, apenas voy saliendo del trabajo.- Mentí, nadie sabía que me gustaba pasar mi tiempo en el bosque a solas.

-¡Oh vamos Sam! Sabes que sé cómo quitarte el cansancio- Dijo en un tono coqueto -Además, hace tiempo que no nos vemos y ya me estás haciendo falta- Su tono había cambiado y se que lo entristecía el que lo rechazara tanto, quería dejar de jugar con él, sabía que lo estaba lastimando pero ya qué más daba otra noche juntos además necesitaba ese polvo.

-Está bien, nos vemos esta noche en mi departamento- Y colgué sin esperar su respuesta, a veces podía ser una verdadera perra con él pero algo en mi me decía que de esa manera él dejaría de buscarme aunque la verdad creo que estaba logrando todo lo contrario.



Seguí el camino hacia mi casa mientras no dejaba de pensar, ¿En qué momento los hombres se volvieron tan aburridos, cuando dejaron de usar a las mujeres y nosotras empezamos a usarlos? Yo había tenido varias relaciones a lo largo de mi vida y cada una de ellas peor que la anterior, es que acaso ¿Yo nunca había conocido a un hombre que valiera la pena?, mi padre había sido una basura con mi madre así que ¿Qué podía esperar de los demás?.



Antes de llegar a mi casa decidí pasar por mi biblioteca favorita, aparte del parque la biblioteca era uno de los lugares donde más disfrutaba estar, entre libros e historias maravillosas que jamás me sucederán a mi pero igual amaba leer, casi muero cuando me enteré que iban a vender el lugar pero después Alice, la chica que trabajaba en la recepción me dijo que el nuevo dueño había decidido mantener la biblioteca.

Giré mi auto en dirección al estacionamiento del centro comercial, la biblioteca se encontraba a un costado, era un lugar con un encanto único y acogedor el edificio era antiguo lo que hacía que resaltara más al lado del nuevo centro comercial.



Me miro en el espejo antes de bajar a pesar de haberme mojado con la lluvia no me veía mal o eso pensaba yo, mi cabello rubio estaba recogido en un moño bajo, mi maquillaje gracias al cielo seguía intacto, vestía una camisa blanca, una falda gris de cuadros y unas botas negras, a veces debía vestirme formal para ir a la oficina y si debía hacerlo sería a mi manera, no me gustaba mucho seguir las reglas además apenas tenía 28 años y con un cuerpo al que debía sacarle provecho, no iba a vestirme como una bibliotecaria aburrida, lo siento Alice.



Cojo mi bolso y bajo del auto, seguía lloviendo y había olvidado mi paraguas en casa así que corro en dirección a ese maravilloso lugar, al entrar me tomo un momento para disfrutar el aroma de los libros, saludo a Alice quien se encuentra en su lugar como de costumbre y sin perder tiempo me dirijo a mi sección favorita del momento ''Erótico''.

Mientras ella no lo sepaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora