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El beso, el abrazo
((♡))

Probablemente deberían estar practicando, también por supuesto ensayando, pero solo eso no se antoja ahora.

Los cinco decidieron volver a casa luego de un largo rato de repetir la coreografía y tomar clases de canto. Pidieron el día; era difícil considerando que su regreso está a la vuelta de la esquina, pero siempre es bueno descansar para dar lo mejor de ti al día siguiente.

Era emocionante, tantas cosas con tan solo tres años desde su debut y con nuevas experiencias en puerta, nuevos conocimientos y nuevas canciones que todos tenían planeadas. Beomgyu siendo uno de ellos.

¿Tenía cosas pensadas? Sí, una canción para ser más precisos, una bonita melodía para aquel chico que adora y le roba suspiros desde hace largos y varios meses. Solo Kang Taehyun podía ser digno de perturbar su paz y darle sentido a las letras al azar en su libreta, realmente esperaba que esta vez la aceptaran y se la pueda dedicar como siempre ha querido.

Así que con esa idea en mente, tomó de nuevo su guitarra, checo que Soobin no estuviera espiando por la puerta y colocó su bolígrafo detrás de su oreja; él es único que lejos de estar de ocioso se halló inspirado en componer y darle forma sus nuevas letras y pistas. 

Beomgyu, como tal, no le gusta eso. Siente que es un típico cliché escribir canciones de amor y hacer como si el mundo fuera rosa, pero para su mala suerte cayó en el embrujo de su bonito novio y ciertas cosas tomaron otro sentido. Tenía muchas ganas de escribir cómo se sentía tan querido por aquel bello muchacho que lo volvía loco sin pensarlo; además era complicado. No se puede tener una relación entre compañeros porque el mundo lo puede tomar a mal, ni hablar de las relaciones heterosexuales, donde hacer eso era caer en el infierno —aunque tampoco es como si ellos no peligraran algo—. Tener una vida personal es tan comprometedor para el público, que mantenerlo en secreto es un gran problema para el —actual— peliverde, tiendo que ser, Beomgyu, aún más listo para cuidar su relación con Taehyun. 

Así que puso manos a la obra cuando su cerebro aprobó las acciones luego de una gran reflexión.

Los acordes se acomodan en una línea y daban un ritmo lento, era suave, como si alguien te contara un secreto en un susurro no tan perceptible que seguía siendo bonito.

Sonrió y siguió por largo rato, inmerso en su mundo olvidando al resto de sus compañeros de casa, y claro, los golpes fuertes en su puerta llamándolo.

—¿Beomgyu?

Alzó su rostro para encontrar la voz, Taehyun, con una campera enorme que cubre sus cabellos y parte de sus ojos. Su cabecita asomándose por un pequeño espacio —supone es una forma de no molestar—  y sus ojos risueños, que por más que conozcan esa habitación no se cansan de buscar algo nuevo.

Aleja su instrumento moviendo sus manos para invitar al menor a pasar, lo hace y se acomoda cerca de él en la cama de Yeonjun —el actual compañero de cuarto del mayor—. Beomgyu frunce el ceño, se pone de pie para atraer su mano y finalmente sentarlo en su regazo como —según el verde— debió de haber sido desde un principio.

Taehyun no muestra ninguna incomodidad, era costumbre que alguno de los dos esté en las piernas del otro. Se mueve para lograr ver los ojos de su novio y sonríe cuando confirma que tiene toda su atención.

—¿Y?, ¿cuál es el nuevo tono Hyun? —le pregunta.

Taehyun baja su gorro relajado y los mechones de color negro empiezan a caer frente a sus ojos, Beomgyu incluso abre un poco más los suyos con asombro.

—¡No es justo!, ¡te lo cambias cuando yo ya no tengo ese tinte!

—Técnicamente yo no lo escogí.

—Tú sabes que eso es mentira.

El azabache ríe, pues tiene razón.

Beomgyu niega molesto y para "vengarse" empieza una mini guerra de cosquillas. Risas y más risas por un largo rato. Es dichoso los pequeños tiempos donde Beomgyu es un niño, buscando divertir a Taehyun y el azabache le responde de la misma forma. La imagen que están creando es una confirmación de eso.

Gracias a que Choi se internó en sus pensamientos perdió el hilo de lo que hacía, siendo ahora él, el atacado con cosquillas en su barriga.

—¡Taehyunie! —gritaba en medio de las carcajadas.

Pararon momentos después cuando el menor perdió el interés de apretar a su hyung y se acostó al lado de él en el colchón.

Ninguno de los dos hacía algo. La cabeza de Taehyun encima del brazo del Beomgyu, ambos mirando el techo y coexistiendo en ese lejano silencio que se envolvía a vainilla y chocolate. Soobin estaba cocinando.

La respiración del mayor cambio a ser rápida cuando una frase atravesó su cabeza. «¿Será buena hora de decirlo?», los dos veinteañeros solo llevan unos meses de relación, aproximadamente nueve; pasaron la etapa de la luna de miel, la etapa de celos asegurados y la confirmación de una posible relación larga... entonces... ¿Ya podría ser hora?

Cerró sus ojos agarrando confianza y volteó su rostro para darse a la sorpresa de que el chico ya lo miraba.

Kang le sonrió marcando su hoyuelo derecho, acercándose lo envolvió en un abrazo... para besarlo.

Besarlo. Sin ser petulante, ni querer tomar el control, solo una pauta establecida de mucho cariño y calidez... adoración.

Correspondió encantado con el contacto  moviendo su mano a los sedosos cabellos negros, su otra mano, en la cintura del pelinegro, tan chica que puede desaparecer entre átomos. Balbucear sonrisas torpes y risitas. Taehyun lo convertía en un peluche suave y fácil de doblar.

El azabache se separó juntando sus frentes en el acto mantenido esa sonrisa sin vergüenza que Beomgyu tanto le gusta.

—¿Sabes que me he enamorado de ti verdad? —soltó.

El viento que se colaba por la ventana creando la atmósfera más agradable se cortó por la mitad, furiosamente avergonzado de la confesión.

—¿Y tú sabes que yo te amo?

Al final la cortina se cerró y el beso que los acompañó segundo antes... se volvió a robar toda la atención.


fin♡
—280121
Gracias por leer.

Hugs and Kisses;; cbg+kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora