¿Casarme?

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-Mira yo no quería que esto pasara-Dijo mientras lo veía alejarse.

-¿A dónde vas? no puedes escapar de tus sentimientos-

-Lo siento-Dijo mientras lo vi saltar he irse de tejado en tejado.

-De repente vi como unos gatos que llevaban uniforme se acercaron a mi corriendo, intente correr hacia Haru pero este cada vez estaba mas lejos y cuando quise darme cuenta esos gatos uniformados ya me habían atrapado, lo único que pude hacer fue gritar tanto como alcanzaba mi voz para que Haru me escuchase lo mas mínimo, pero fue un intento fallidos.

Aquellos gatos me vendaron los ojos y me sentaron en una especie de capsula, pude escuchar a ellos hablar en su idioma pero yo, apenas podia entenderlos solo pensaba en Haru, sentía miedo y una rotunda impotencia que invadía hasta el ultimo centímetro de mi peludo cuerpo.

-Ya hemos llegado-dijo uno de los gatos que me sujetaban.

Sentí como se detenía aquella capsula y me agarraban de los brazos para que no pudiese escapar, me quitaron la venda y pude contemplar un mundo realmente hermoso plagado de gatos, me pusieron un collar de oro al rededor de mi cuello y me dijeron que caminara, lo único que podia hacer de momento era obedecerles ya que no quería que me hiciesen nada malo, caminemos sin descansar por un hermoso jardín lleno de bellos gatos de ojos verdes que me miraban fijamente, dé repente no se como podia escuchar perfectamente lo que decían:

-¿Ella es la futura princesa?-

-¿Es la esposa del príncipe?-

-La prometida del principe es bastante bella-

-¡Que rara es esa gata!-

Hablar, hablar y mas hablar sobre mi, claro que si estaba en boca de todos, no sabia que pasaba pero, empezé a recordar la historia que me contaba mi abuelita de niña y si estaba en el reino de los gatos? solo cruzaba los dedos porque no me pasara nada, entremos en un gran castillo en forma de gato  las puertas eran de oro los pasillos se envolvían en un aroma de hierba gatuna irresistible y al fin me llevaron a ver al gran rey:

-bienvenida chise-

-Yo no me llamo chise-

-Pues apartir de ahora te llamaras chise-

-Pero, no quiero-

-vaya veo que me trajeron a una rebelde como esposa, miau-

-Perdona?!? como que esposa-

-No se, si te han contado pero te llevamos espiando desde que eras niña sabemos tu don para hablar con nosotros los gatos y tu serás quien reine este maravilloso Reino Gatuno!-

-De eso ni hablar no me pienso casar con un gato viejo, gordo y apestoso!-

-Como has dicho?!!!?-

vi como aquel gato gordo se me acerco con una sonrisa algo aterradora y anormal:

-No se si sabes a quien le habla mocosa soy el gran rey Toko! el líder de los gatos-

-A si si, el viejo de los gatos-dije entre risas.

-Serás mocosa!!-

vi como entre aquellos gatos salía un gato blanco apuesto, bien uniformado y con una capa que llegaba hasta el suelo, me cogió la mano y me dijo:

-bienvenida chise tu eres la nueva esposa de mi padre verdad?-

-No, te confundes-dije sonrojada.

-Aunque eres un poco joven para mi viejo padre-dijo mirándome de arriba abajo.

-Y dale con viejo que yo no soy viejo-dijo el rey Toko frunciendo el ceño.

-Padre y porque ella no se casa conmigo? ella tendría un gran puesto y reinaría como princesa de este reino de gatos-

-Um, vaya no lo había visto así que pícaro-dijo entre risas algo molestas.

-Por supuesto tendríamos nuestra noche de bodas, luna de miel gatuna y el gran baile ceremonial-dijo aquél apuesto gato.

-Lu...luna de miel?!? boda?!?-dije mientras tambaleaba.

-cogedla que se cae!-dijo toko.

Sentí las manos de aquel gato tan sorprendentemente guapo pero, ¿Qué estaba diciendo?                 ¿me estaba enamorando de un gato? cada vez me estaba convirtiendo más en una gata y no debía dejar que eso sucediese recuerdo las palabras de Haku aun.

-No te dejes llevar por tus sentimientos-

-¿como dices?-


Le clave mis garras a aquel gato en su brazo y salí corriendo de aquel lugar por patas mejor dicho, pero aquel gato tan apuesto me perseguía mientras gritaba:

-¡Chise! detente! no vas a lograr nada si huyes-

-Cállate! déjenme en paz yo solo quiero volver con Haru!-

Aquel gato se sorprendió al escuchar el nombre de Haru, pero no lo detuvo-

Comencé a correr sin rumbo alguno por un inmenso jardín rodeada de flores blancas y hierba gatuna, fue entonces cuando sentí una embestida por detrás que hizo que cállese al suelo y haciendo que el quedase encima mía:

-No! déjame marchar a mi mundo!-

-De que hablas chise?-

-Quiero volver a ser humana!-

Mientras decía eso mi cuerpo iba cambiado poco a poco a mi forma original de humana pero no del todo, aquel gato quedo totalmente sorprendido al verme:

-Ya veo, por eso me resultabas algo extraña, esas orejas tan bellas y esas patas tan finas no podían ser reales-dije mirándome con aquella mirada tan penetrante.



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El Reino GatunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora