La piel se me eriza, cuando su voz me habla.
- Te has tardado (su voz intimidaba hasta las piedras, no atinaba ni a respirar). Imagino que sepas quien soy y dónde estás? (las palabras no salían de mi boca, entonces ella prosiguió)
Soy quien gobierna este lugar, algunos me llaman Diablo, otros Lucifer, aunque en su mayoría suelen llamarme Satán Dead's Queen. Bienvenida al infierno.
Mi cara debió decirlo todo, es cierto que quería morir, pero no había pensado que me encontraría después. Y esto es demasiado para procesar. Mi cerebros tenían tantas interrogantes que una pregunta específica no salía de mi boca.- Aquí es donde habitan las almas pecadoras. _explicaba Mrs. Satán desde la comodidad de su trono_ Este lugar encierra a cada uno de sus habitantes en su peor pesadilla y solo enfrentandolo lograría la libertad. Sin embargo nadie lo ha logrado en más de 1000 años.
Su explicación me había dejado descolocada. Sin embargo lo que vino después fue aún peor.
- Debes preguntarte porque no estás viviendo tu peor pesadilla. Pues porque tengo otros planes para ti _se levantó del trono y se acercó a mí_ Serás mi sucesora.
No entendía lo que me decía. ¿Su sucesora? ¿Qué quería decir con eso?
- Como ves llevo mucho tiempo cuidando el infierno y estoy aburrida de todo esto _hizo un ademán señalando todo a su alrededor_ Necesito unas vacías... Y tú me ayudarás.
Su mirada denotaba seguridad, pero estaba loca si pensaba que me haría cargo de su mierda. Prefiero vivir mil millones de veces mi mayores miedos qué obedecerle.
- Pareces muy convencida de ello _levante la mirada desafiante, la reina me doblaba en altura pero no por ello permitiría que me intimidara_
- Se que no te importa lo que suceda contigo, pero se de algo que puede hacerte replantearlo.
Luego de decir eso por mi mente comenzaron a viajar millones de imágenes a una velocidad imposible de entender. De repente todo se detuvo y delante de mí apareció una puerta de hospital, específicamente de un hospital psiquiátrico, y allí estaba, la pude ver a través del cristal, amarrada como un animal, dopada completamente y delirando. Me acerqué, y le tomé la mano y dejando un beso en su frente dejó caer una lágrima. De repente se despierta y entra en una crisis y no para de gritar.
- Mijita, mi niña... no me dejes _sus ojos húmedos por las lágrimas y su mirada fija en mi, era como si pudiese verme, realmente estoy segura de que podía hacerlo, la desesperación en su mirada hacia mí me lo decía. Los médicos entran en el salón para calmarla y más atrás entra ni papá y se sienta a su lado. Comienza a hablarle mientras le pasa la mano por el pelo como intentando apaciguar su dolor_Salí de la habitación, las palabras de mi madre se repetían en mi interior. Me estaba ahogando por el dolor y las lágrimas. Esa imagen había provocado un remolino en mi interior. El que me estaba destrozado por dentro.
Siento un sollozo y al abrir los ojos por segunda vez podía imaginarme que ya no estábamos en el hospital. Era un cementerio, y allí frente a mi lápida estaba mi querido hermano mayor, con la cara empapada y los puños apretados, un pequeño búcaro con rosas blancas y rojas y al lado una velita casi consumida. De un momento a otro mi abuela llega y se posiciona frente a él.
- No la traerás de vuelta, viniendo cada día.
- La dejé sola y ahora ella... _sus lágrimas le impedían seguir hablando_
- Compensa con acciones y estoy segura que ya te lo agradecerá más que esto.
Mi hermano se levantó del suelo y abrazó a mi abuela con fuerza. Luego beso la lápida con mi nombre y comenzó a alejarse, mi abuela hizo lo mismo y ambos se marcharon.
Dejé caer mi cuerpo al suelo, me sentía culpable y miserable. Una frase hizo que abriera mis ojos sobresaltados.
- Princesa, pronto estaremos juntos.
Al abrirlos estaba en el cuarto de mi novio. Él estaba sobre su cama, con un hojilla en las manos, de repente comienza a clavar una y otra vez en sus venas. Intenté apretar la muñeca y parar el sangrado, pero nada sirvió.
Parpadeo por un segundo y aparezco en el templo. Mi corazón late con fuerza, y siento un gran dolor en mi pecho que no me deja respirar. Comienzo a hiperventilar y mi vista se nubla.
- Tus acciones egoístas, han desencadenando todos estos sucesos. En serio creíste que con tu muerte, todo estaría bien, irías al cielo y todo acabaría pero no, no fue así y ahora verás lo que es sufrir de verdad _las imágenes volvieron a aparecer en mi cabeza, repitiendo una y otra vez, cada vez más vividas, cada vez más extensas, cada vez más crueles_
- ¡Aghhhhhh! Detente, haré lo que quieras, pero haz que se detenga _unos segundos después todas las imágenes habían cesado, mi respiración se comenzaba a neutralizar_ Ayuda a mi familia, por favor, haré lo que sea _la tomé por los antebrazos entre súplicas desesperadas, en su mirada se veía la victoria_
- Sé que lo harás _afirmó soltándose de mi agarre_ Para sucederme debes convertirte en Undead, no reencarnarás y tú existencia será borrada de la mente de todos, nadie te recordará y todos comenzarán su vida otra vez.
- ¿Es la única opción?
- Si deseas que tú familia sufra, tengo un par de opciones, un tanto más sádicas _su tono sarcástico me removió pero nada de eso importaba_
Las imágenes volvieron a pasar delante de mis ojos. Mi mamá había salido del hospital y mis padres se habían mudado para una nueva casa, montaron un negocio de café y adoptaron un perro. Mi hermano, se abrió al mundo comenzó a salir un poco más y conoció a una chica, quien paso de ser su mejor amiga a la mujer de su vida. Mi novio, como todos los anteriores olvidó mi existencia, y en el hospital, conoció a una chica que había tenido un accidente, compartieron juntos cuatro meses de hospital y al salir comenzaron una relación. Todos estaban perfectamente bien sin mí, y como había dicho la reina, me habían olvidado como si nunca hubiera existido.
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DarkWorld
Science-FictionLo complicado era inexplicablemente claro y viceversa. Todo era confuso y no podía dejar de pensar. Creo que eso fue lo peor. Ahora ya no me queda nada, ni fuerzas para luchar. Se me ha derrumbado el mundo, ya nada tiene sentido. Solo me queda una...