"Seré la gobernante del Infierno" la idea me traía desubicada. Luego de mi charla con Mrs. Satán me asignaron una habitación
Ahora, dueña y señora del Camposanto, los muertos se reunía, aclamando mi presencia. Mis vestimentas se tornan oscuras y una bata encapuchada cubría mi piel, en mi mano izquierda apareció una guadaña bordada por rosas marchitas y un filo deslumbrante...
Debía escoger un fiel sirviente que me acompañase en la eternidad. La elección no era sencilla, caminar por el lugar y así conocer a todos. De está manera me sería más fácil al selección...
No podía decir que me sentía triste, ni tampoco feliz. Estaba rara, nunca pensé que podía sentirme tan desubicada. Mis pasos me llevaron hacia un bosque. Podia y sentir como las diferentes criaturas. Uno en especial me llamó la atención. Una serpiente negra de casi cinco metros, pero lo que más me llamó la atención fueron sus brillantes ojos rojos. Estaba herida, parecía que había sido atacada por algún animal. Sus heridas eran profundas, me acerqué a ella y me inqué de rodillas. Coloqué mi mano libre en su dorso y restregando su propia sangre a todo su extensión, comenzaron a cerrar sus heridas. No sabía lo que hacía, solo que sentía que debía hacerlo.
- Oh, vaya no sabe cuánto le agradezco. ¿Cómo podría compensarle lo que usted ha echo hoy por mí?
- Bien, que te parece servirme por la eternidad.
- Es un honor.
- Tu nombre a partir de hoy es Kiara (di un toque de mi guadaña en el suelo convirtiendo la serpiente en humano). Podrás controlar la sangre, esa será tu fuente de energía.
La piel blanca, los ojos rojos al igual que sus labios. Cabellera tan oscura como la negra noche. Kiara, se inclina a mis pies.
- Levántate (Doy un toque con la guadaña en el suelo y vestimentas oscuras aparecen en el cuerpo de Kiara). Sígueme, volveremos, todos conocerán hoy a su nueva ama y señora. La Reina de los muertos.
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DarkWorld
Ficção CientíficaLo complicado era inexplicablemente claro y viceversa. Todo era confuso y no podía dejar de pensar. Creo que eso fue lo peor. Ahora ya no me queda nada, ni fuerzas para luchar. Se me ha derrumbado el mundo, ya nada tiene sentido. Solo me queda una...