Capítulo 1.

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"A veces lo inusual del portador era un obsequio explotador para la raza humana

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"A veces lo inusual del portador era un obsequio explotador para la raza humana."


Hospital San Estuardo, 1655.

Los señores Carins llevaban arrastras a una joven quien gritaba asustada por la tan repentina acción de sus propios padres al entrar a su habitación y tomarla a la fuerza hasta llevarla al coche y encenderlo después para arrancar directo al "hospital" en el que se rumoraba las más terribles y macabras muertes de gente "loca", fuera de sí como los llamaban.

Los truenos y relámpagos eran fuertes. Atemorizaban y alumbraban el camino ancho lleno de lodo.

Ingresaron al hospital. El lugar era una completa mierda. Las paredes cual alguna vez fueron blancas, ahora estaban manchadas de sangre y suciedad, la suciedad a la que al parecer nunca les había importado al no limpiar.

La cerámica estaba despostillada. Se podía visualizar cabello incrustado en ella, basura, la basura de jeringas con sangre, sueros vacíos por doquier y un ¿Dedo? Sí, un dedo cubierto de moscas, gusanos al que chupaban, comían su carne hasta convertirlo en un hueso, un hueso del que podría ser un intento de escape o muerte segura por cualquier paciente valiente, aferrado por salir de los cuatro pisos.

Las suplicas de la pelirroja cesaban en los oídos sordos de la señora Débora y Ángel quienes ya cansados y horrorizados por el compartimento tan extraño de su hija mayor, habían decidido hablar con los doctores en privado para luego poner en marcha la más terrible desición al traerla aquí sin un asesoramiento o haber leído siquiera las diminutas palabras de aquel insignificante papel blanco que podría volverse la condena perpetua para su hija, la niña que una vez fue lo más hermoso en sus vidas al ser padres primerizos después de una guerra.

Ángel, reprimió sus lágrimas. Él debía ser fuerte, fuerte, aunque le haya mentido hace días atrás a su hija menor al decirle que su hermana se iría a pasar unas maravillosas vacaciones con su tía y abuela en un pueblo muy lejano del cual no regresaría en un largo tiempo.

Qué falaz...

Los pasos y los jaloneos eran decididos, firmes y fuertes. Algunos de la planta baja como pudo observar la aludida tras seguir gritando, la miraban con pena y otros gritaban desesperados por salir de sus celdas para ayudarla en que la suelten y no vaya a un matadero en un proceso lento, pero explotador y sin retorno, sin fin para personas como ellos, "locos desequilibrados"

ᵁⁿ ᴺᵘᵉᵛᵒ ᶜᵒᵐⁱᵉⁿᶻᵒ ━━「Carlisle Cullen」⤸ PAUSADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora