ONZE

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Después de dos semanas, la universidad se encontraba más tranquila, algunos comenzaban a olvidarse de lo que había pasado días atrás con aquellos cuerpos que aparecieron sin explicación alguna. Hasta la fecha, los investigadores de cada uno de los casos, no encontraban ni la más mínima pista que pueda llevarlos al culpable... o culpables.

Amélie se sentía más aliviada, camino junto a su novio hacía la mesa central de la cafetería donde comerían su almuerzo sin preocupaciones. La chica le sonreía a su novio por lo feliz que comenzaban a llevarse después de múltiples discusiones por diferentes razones, los dos se encontraban fastidiados y hartos de la universidad, causando que por más mínimo que fuera, se irritaban.

La universidad dio la cara para dar un aviso hace algunos días sobre lo que había sucedido con los cuerpos, donde explicaron que no tenían absolutamente nada que ver y esperaban que pronto fueran solucionados de manera justa. Por el lado de Amélie, seguía sin poder creer que compañeros de su misma clase hayan desaparecido y después aparecieron en pésimas condiciones, lamentablemente.

Parecía ir todo en cámara lenta, los universitarios de diferentes facultades caminaban de un lado a otro, sonreían, comían un rico almuerzo, se divertían y bromeaban, pasando un buen día de escuela, al parecer. Hasta que inconscientemente, Amélie alzó la mirada en dirección a una de las puertas del plantel. Su entre cejo se frunció de inmediato, miró de pies a cabeza a esa persona que vestía totalmente de negro y mantenía un rostro de rencor, entonces, se percató de lo que sucedería a continuación.

— ¡Taehyung, vámonos! — Alcanzó a gritarle cuando se escucharon los primeros disparos, toda la comunidad estudiantil comenzó a gritar del temor y la desesperación, algunas bombas de gas lacrimógeno fueron lanzadas perdiendo un poco de la visibilidad para poder escapar antes de que aquella persona le dispara a todos los que se le cruzaban.

Amélie corrió junto a Taehyung hasta llegar a la cancha de básquetbol, la chica le señaló la habitación donde resguardaban todo el material necesario y se encerraron por completo. Ella sollozaba pero trataba de no ser escuchada, Tae la abrazó y presionó su rostro contra su pecho, la pareja rogaba no ser descubierta o no sabrían lo que pasaría.

Por otro lado, la persona recorría toda la cafetería mientras reía, podía notar como algunos hicieron el intento de esconderse pero podía verlos y de esa, no se escaparían. Comenzó con los dos chicos que solían burlarse de algunos alumnos, los cuales eran considerados un dolor de cabeza que no podrían deshacerse, pues se trataba de familias influyentes y como en la mayoría de los casos, por supuesto que no le convenía a la universidad dejar pasar unos cuantos euros.

— Me encantaría que ahora mismo miraran sus rostros tan patéticos — Dijo con insolencia, sonrió en grande y se acercó un poco más a esas personas que temblaban del miedo.

Escuchaba los sollozos de diferentes personas por todo su al rededor, también susurros y jadeos de la impresión. Veía todo menos a Amélie.

— ¿Recuerdan las veces que disfrutaban verme sollozar? Todos esos momentos de sufrimiento, cuando me golpeaban sin razón alguna y reían como si se tratara de lo más divertido —Se inclinó un poco hacía delante para mirarlos, los chicos solo podían mirar con sus ojos bien abiertos la gigantesca arma que llevaba con él, aunque no era la única.

— Por... por favor — Susurró uno de ellos, sintiendo la bilis llegar a su garganta.

— Está vez, me toca a mí divertirme, ¿no creen? — Dicho aquello, Namjoon dio el tiro de gracia para ambos chicos que cayeron al suelo de inmediato.

Soltó una carcajada y limpió un poco el rastro del fluido rojizo que había caído a su rostro moreno. Todo lo que estaba sucediendo sería un acontecimiento que marcaría a Francia. Todo comenzaba a transformarse en una carnicería en pocos minutos, habían demasiados cuerpos por todos lados. Namjoon solo había hecho presencia y comenzó a disparar sin fijarse a quien le daba. Decidió que así era más rápido, ademas... se había vuelto loco. Realmente lo que estaba haciendo era terrible y de lo cual, no saldría nunca más de la cárcel.

Recorrió toda la cafetería en busca de su mejor amiga, no acabaría con ella pero si con su novio. Todo el tiempo enamorado de ella y nunca se había dado cuenta, que pesar. Namjoon tuvo que soportarlo por años, verla con novios y ¿él? Lo hacía a un lado cuando más la necesitaba, por más que trataba de tenerlo cierto rencor, no podía. Así que le daría la oportunidad de ser la única que se salve de dicho acontecimiento.

— ¡Amélie! — Gritó con voz ronca, pero no había ni un rastro de la chica por ningún lado.

Caminaba por los pasillos, disparaba algunas veces sin razón alguna hasta que se detuvo frente a la entrada de la cancha de basquetbol, mordió sus labios con ansiedad y entró de golpe. Unos gritos horribles se escucharon cuando había hecho aquello, se trataba de algunos profesores que no les prestó atención, al menos no por el momento. Recargo el arma por segunda vez, y se detuvo en el centro mirando cada rincón del lugar, dándose una idea de donde podía investigar.

Las botas militares resonaron por la cancha, pasos lentos y seguros que le causaron ansiedad a Amélie. Tragó saliva, aferrándose más a Taehyung quien besaba su cabeza, quería susurrarle que todo estará bien pero quería ser silencioso, a pesar de que sabía perfectamente qué tal vez no saliera de aquello.

Pero antes de que Namjoon abriera esa puerta, los policías entraron, habían armado un plan perfecto para prevenir más muertes. La universidad estaba rodeada de miles, así como también padres de familia que parecían desgarrarse pensando qué tal vez sus hijos habían muerto y es que lamentablemente, al menos unas veinte personas si sufrieron de estos hechos. Kim soltó el arma y sonrió, nunca perdió ese gesto de su rostro, ni siquiera cuando lo sacaron de la universidad y se enfrentó a los medios de comunicación junto a los padres que le gritaban miles de palabras.

— No me arrepiento de nada — Declaró frente a una televisora, todo esto con una sonrisa, como si fuera el mejor día de toda su vida. Algo perturbador para ciertas personas.

Él se encontraba con rastros de sangre por algunas partes de su vestimenta oscura, por parte de Amélie, sentía su mundo venirse abajo al ver que el responsable de todo lo ocasionado era su mejor amigo de hace años. ¿Como pudo hacer algo como eso? No podía creerlo, de verdad que sentía la necesidad de soltarse a llorar todo un año.


Kim Namjoon, estudiante extranjero, el cual es proveniente de Corea del Sur, asistía a la mejor universidad de Francia, llegó aproximadamente a las nueve horas de la mañana a dicho plantel, con las intenciones de acabar con la vida de sus compañeros.

Vestuario totalmente oscuro, tres armas y cinco bombas de lacrimógeno, era lo que llevaba este joven dentro de su mochila. Se dice que lo ocurrido fue debido al bullying que recibía por parte de sus compañeros, quienes constantemente lo golpeaban según las fuentes dichas por él mismo. Sus víctimas fueron veintitrés personas, lamentablemente. Actualmente se estará llevando una investigación psicológica del criminal, les estaremos dando más detalles de este acontecimiento donde las redes sociales se han encargado de llamarlo: La carnicería de Kim.

 Actualmente se estará llevando una investigación psicológica del criminal, les estaremos dando más detalles de este acontecimiento donde las redes sociales se han encargado de llamarlo: La carnicería de Kim

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Je t' Observe | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora