Capítulo I

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kohei Horikoshi, en cambio la historia es de mi autoría.

Resumen:

Él, un guerrero nacido y criado para destruir todo a su paso. Ella, una Valkiria dispuesta a proteger a su pueblo. Dos mundos distintos, dos ideologías diferentes, dos corazones sintiéndose.

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El amanecer le daba la bienvenida Inguz, uno de los tres grandes asentamientos nórdicos que poblaban la región desconocida más allá del mar y las montañas, perdida entre espesos bosques que camuflaban la riqueza del pueblo y que colindaba con un ancho y corrientoso rio.

Los ancestros y las sagradas escrituras guardadas entre las murallas de Inguz se encargan de pasar de generación en generación su propia historia; en donde la leyenda relata como el gran dios y creador de todo, Odín, junto a sus hermanos les otorgaron la vida hace miles de años en aquel recóndito lugar del planeta, siendo bendecidos por las riquezas de la naturaleza y los dones.

Fue así como año tras año nacían personas con capacidades que superaban lo extraordinario, desde hacer vibrar la tierra hasta arder los árboles; todo siempre en beneficio para Odín y protección de su gente.

"Los dones son un poder propio de cada persona, regalo de Odín, en donde cada dueño de ese poder debe trabajar y perfeccionar ese don para combatir y proteger sus tierras bendecidas en nombre del gran dios." (El origen, página 12)

La tenue luz de la vela iluminó los ojos de Ochako mostrando como estos resplandecían de emoción y decisión al terminal de leer aquel párrafo del polvoriento libro entre sus manos; con cuidado sopló la vela que iluminaba tenuemente el espacio y recién fue consciente de que había amanecido.

Poco a poco los rayos del sol se iban adentrando a través de las ventanas y el aire estaba levemente humedecido; símbolo del crudo invierno el cual estaba llegando a su fin para dar paso a la cálida primavera.

Su estómago se retorció al ser consiente del día; hoy sería luna llena.

Los vellos de la piel de Ochako se erizaron y una sonrisa nerviosa se esparció en su redondeado rostro; agradeció a Odín en silencio mientras acariciaba la pálida piel de su antebrazo por palmar. Abrió el viejo libro y forzó su vista para leer su párrafo favorito.

"Oh, fuertes y hermosas guerreras son. Las Valkirias danzan en el cielo infinito gracias a las poderosas alas que Freya les dio. Ellas protegen el pueblo creado por nuestro dios Odín y al finalizar su ciclo en la tierra ellas ingresaran al salón magistral del Valhalla victoriosas ante sus triunfos, aclamadas y aplaudidas por el resto de los Hensir, con quienes beberán hidromiel en señal de gratitud. Poderosas y temidas son y serán en la tierra, y a su vez guiaran a los Hensir caídos a encontrar su camino al Valhalla. Oh, poderosas y hermosas guerreras son." (El origen, página 15)

La ceremonia en honor a la diosa Freya para elegir a la próxima generación de Valkirias sería esta noche.

Y ese había sido su más grande anhelo desde que las vio combatir y luchar por su pueblo cuando este fue cruelmente invadido por las personas que viven más allá del mar; fue una época oscura en donde el horror y desesperación los envolvió; viéndose en la necesidad de dejar el espeso bosque en donde se ubicaba su pueblo para adentrarse a las montañas.

Hubieron muchas pérdidas, niños, jóvenes, adultos y ancianos; y sobre todo guerreros y valkirias quienes dieron su vida para proteger lo que Odín había creado; pero su entrenamiento y sus dones no fueron suficientes para combatir la oscuridad que los golpeó; pero sus últimas esperanzas revivieron cuando Yagi Toshinori apareció en el campo de batalla masacrando a la gran mayoría de invasores con el poder de su don.

Valhalla (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora