Capítulo V

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La mano callosa del caballero real había abandonado su hombro hace un par de segundos pero él aún tenía la sensación de sentir la pesadez sobre su articulación. Quiso mantenerse alerta pero la naturaleza frente a sus ojos lo envolvió y Dabi se esfumó de sus pensamientos.

Los gritos de júbilo tras su espalda no disipaban, incluso creyó que quedaría sordo ante tanto escándalo a su alrededor, pero el movimiento salvaje de aquellos gigantescos arboles a pesar de que estuvieran a varios metros de distancia, le distraían como si estuviera vivenciando la mejor de las batallas.

Katsuki mentiría si dijera que luego de bajar de aquel barco no tuvo ganas de vomitar. La verdad es que sintió un alivio tremendo cuando sus pies pisaron tierra firme, pero ese nudo en su estómago y aquella picazón molesta en su cuerpo no lo dejaba pensar con claridad.

La arena de aquella playa era completamente dorada, siendo hábitat de pequeños insectos marinos que se escondían en su profundidad. Más allá, en el límite de la tierra dorada, comenzaban las malezas y arbustos completamente desconocidos para él y el resto de la tripulación. A sus espaldas, sus compañeros anclaban los barcos y bajaban los elementos que utilizarían para la invasión; pronto debían armar un campamento y estar a la intemperie en la playa no era algo muy estratégico de su parte, pero no iba a negar que no le apetecía interiorizarse más allá a lo desconocido.

Sujetó la empuñadura de su espada cuando el salvaje viento les dio la bienvenida a aquella península desconocida. Pudo jurar que escuchó las montañas gigantescas y espesas rugir en el horizonte mientras el sonido casi imperceptible de las hojas de los árboles se mecían con velocidad.

Sus sentidos se agudizaron y observó con atención cada árbol verde a su alrededor, tupidos arbustos y los infinitos caminos que tenía frente a sus ojos color rubí. Desvió su mirada al resto de los tripulantes y los observó concentrados en sus labores.

Quiso alejarse un poco, se sentía extraño cada vez que observaba directamente al espeso bosque que estaba frente a él, creía que en cualquier momento una criatura de especie desconocida asomaría entre los gruesos troncos y les disparara sin piedad.

Desenvainó su espada en un segundo cuando una figura pequeña comenzó a asomarse entre las ramas de los árboles, se puso en posición de ataque y su corazón comenzó a acelerarse ante lo desconocido. Contuvo el aliento y se preparó para ir de frente ante aquella incógnita y luego gruñó lanzando su espada al suelo descargando su frustración.

El estúpido de Deku le saludó con una sonrisa nerviosa mientras su cuerpo asomaba completamente entre las malezas.

—Imbécil de mierda. — gruñó molesto y levemente avergonzado de haber confundido a Izuku con algún invasor.

—Lo siento, Katsuki, necesitaba orinar. —se disculpó el muchacho con sus mejillas pecosas sonrojadas

El rubio frunció el ceño.

—¿Fuiste hasta allá sin siquiera medir las consecuencias? — preguntó indignado señalando el nacimiento del bosque tras la espalda de Deku.

El muchacho rascó su nuca con nerviosismo y las olas del mar se escucharon con mayor intensidad.

—No podía aguantar, y me da pudor hacer mis necesidades frente a los demás. — murmuró.

—Pues acostúmbrate, parece que este estúpido campo abierto será nuestro hogar por bastante tiempo.

Deku frunció los labios como única respuesta, pero luego decidió concentrarse en el maravilloso espectáculo frente a su alrededor.

—¿No crees que es hermoso? — susurró el heredero mirando a su alrededor. — No tenemos paisajes así en todo el reino de Wessex.

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2021 ⏰

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