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Aquella sala de ceremonias guardaba en sus paredes tantas historias pero esta era la mas alocada de todas ellas. Mientras afuera, detrás de esas puertas dobles de madera los lideres y vicelíderes se apresuraban para tener todo listo a tiempo. Adentro, una mujer con el cabello mojado miraba con incredulidad y desagrado a aquel raro felino quien demandaba que la de cabellos azabaches se quitara la ropa.

Podrá ser un sueño, pero esto es estresante —  Piensa la morena ignorando las demandas del animal quien salta ofendido al ser ignorado.

Admirando su alrededor nuestra protagonista nota los ataúdes flotantes que se esparcen por lo largo y ancho de la oscura habitación, esto incluye el suyo que levita a un metro sobre el suelo. Sin pensarlo mucho salta de aquella caja de madera provocando un movimiento idílico con su túnica ceremonial al aterrizar.

La azabache gira sobre si misma tratando de encontrarle un sentido a aquella habitación. Ahí es donde ella se percata de su ropa que consistía en una larga túnica negra con capucha y mangas anchas con diversos bordados en dorado, un grueso cinturón morado con una enorme hebilla en color oro. De las mangas de la túnica sale una tela que forma una especie de guante triangular que se adhiere a las manos al ser sujetada por los dedos medios. Dentro de la túnica y por afuera de sus anchos pantalones una enorme camisa de vestir en color negro con bordados en el cuello, y para terminar, unas botas negras de caballero.

De hecho, la morena parecía un hombre con todo eso puesto.

Hablando de la túnica, esta es jalada por un molesto ser escupe fuego.

– ¡Humana no me ignores!

D'vorah baja su mirada hacia aquel pequeño cuerpo.

– Que rata mas molesta – gruñe ella rodeando a la bola de pelo gris.

El "mapache" no le sentó del todo bien las palabras de la chica. Parándose en sus patas traseras y con una sonrisa orgullosa la bola de pelos se presenta como "El grandioso Grim" pero la fémina ignora todas sus palabras y camina hacia la unica puerta del lugar con Grim pisandole los talones.

"Oye, humana" "¡No me ignores!" Estas eran unas de las tantas cosas que Grim le chillaba a la azabache quien estaba absorta mirando aquellos largos pasillos pesando en cuando fue la última vez que soño algo tan emocionante.

A la mujer se le para el corazón y grita de la sorpresa al verse rodeada de un muro de llamas azules.

Eso no se lo esperaba.

Esta gira a ver al gato quien con una mirada altiva y una gran sonrisa pregunta:

– ¿A que son geniales mis llamas? Nee~ hu-ma-na.

– Como vuelvas a hacer algo como eso juro que no seré tan agradable – advierte la chica bajando una octava a su timbre de voz logrando asustar al felino.

La mujer girando si cabeza admira con asombro dos torres que se alzan a lo lejos del hermoso jardín interno del castillo, este paisaje fue lo suficientemente atractivo hacerla bajar la guardia.

Ella toca una de los viejos pilares de aquel lugar, el sentir del frío tacto rugoso de la piedra la hizo sonreír.
Sin duda alguna ella iba a disfrutar aquella ofrenda que el mundo de los sueños le ofrecía, pero, cuando a su alrededor se manifiesta una muralla azul encandecente... Bueno, digamos que todo su buen genio se fue a la mierda.

"La rata" se para enfrentar de ella con las garras cruzadas sobre su pecho estaba dispuesto a castigar a aquella "humana desobediente" poco sabia Grim que ella era una mujer de palabra. La morena cumpliendo a su promesa (y apelando a que es un sueño) patea al animal con algo de fuerza hacia unos arbustos mandándole literalmente a volar.

Sangre Hostil - Twisted WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora