Sangre Hostil - Twisted Wonderland

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La ironía plasmada en una amplia sonrisa, un firme pero lento andar dictado por un marcado movimiento de caderas, espalda recta, una postura firme acompañada de una mirada altiva y el brillo de la hostilidad oculta tras unas oscuras gafas de aviador.
D'vorah se abre paso sin mucho esfuerzo entre la población masculina, sin prestarle atención ni a los murmullos ni a las miradas de ¿Miedo? La morena juró ver a más de un estudiante sudar al verla.

¡¿Qué carajos?! ¿Qué tenía? ¿Lepra acaso?

Niños de mierda... —Masculla ella para sus adentros.

Grim quien a cuatro patas camina a la par de nuestra protagonista en un estado total de alerta, moviendo sus bigotes a causa del disgusto ¿Por qué su secuaz es tan problemática? ¡Debió hacerle caso y cubrir aquellas manchas negras! Pero no, ella hace lo que le da la gana.

—¡Humana tonta! — masculla por lo bajo el felino molesto.

—¡Adefesio de circo!

— ¡FUAWWWGG! ¡HUMANA! ¡RETRÁCTATE!— Grim salta en su lugar iracundo haciendo sonreír con sorna a su "Esbirra"

La calle de principal rebosa de estudiantes, al ser sábado mucho de los "pubertos de mierda" como diría D'vorah vagan de un lado a otro, apiñados como hormigas. Cuchicheado entre sí al ver a la morena pasar, posando su mano sobre sus labios y asomándose sobre los hombros de sus "amigas" quienes (Por sus miradas) parece que en vez de ver a una mujer, ven un monstruo de tres ojos.

- En tus putos sueños, bola de pelo, ahora ¿Me explicas eso de: "¡Está maldita!"?- Grim salta hacia atrás, asustado al ver que la mujer pisa con ímpetu el suelo, casi aplastándole la cabeza. Siendo eso una clara amenaza, pero Grim siéndole fiel a su naturaleza estúpida (Según D'vorah) infla su pecho molesto.

—¡Debiste hacerme caso! ¡Eso te pasa por vestirte así! ¿Esperabas menos?

—¡Vaya! Salió machista el gato — La falsa sorpresa sale como un canto de los labios de la azabache ignorando el "Yo no soy mal salchicha" de Grim - ¡¿Pero qué tiene de malo mi ropa!?

La morena baja la cabeza examinando su atuendo: Un short oscuro de mezclilla que se ciñen a sus caderas hasta por debajo de sus muslos, unas botas militares de cuero negras, nótese por la etiqueta de Dr.Martens que fue con las que llego a este mundo; junto a una pulsera de oro con varios dijes que va a juego con el relicario que reposa en su cuello y la cadena militar enrollada en su otra mano. Una ajustada camiseta negra de tirante que cubren sus pechos (carentes de sujetador) hasta la cintura dejando expuesto su marcado abdomen.
Era algo sencillo, revelador, pero sencillo, tampoco es como si tuviese opción, ya que su guardarropa consiste en ropa vieja con hoyos, la túnica ceremonial y su uniforme.

— Si me permite opinar, señorita, creo que el problema no tiene nada que ver con la escasez de tela de su atuendo—La impostada voz de alguien saca a D'vorah de sus pensamientos.

Un adolescente de enorme estatura, de aparente complexión delgada, más por la forma en la que se ciñe tela de su fino y cruzado tuxedo a sus anchos hombros, abrochándose por encima de su estrecha cintura para que la tela coja soltura (Ventaja de ser un saco hecho a medida) delatan ante el ojo crítico de la azabache que ese es un niño que trabaja en su cuerpo con ímpetu.

D'vorah analiza de arriba a abajo a aquel extraño, sea lo que sea el mocoso, no era humano.
Empezando por sus finos rasgos ¡Encantadores!, su piel caucásica, de pómulos altos, nariz aguileña y unos exóticos ojos heterocromáticos que resultan aburridos gracias a las hebras turquesas de su cabello. Un chiquillo bastante atractivo.

Hasta qué vez su estúpido corte asimétrico y sus jodidos dientes en forma de punta — Concluye para sí misma.

— ¿A si? —El falso tono de interés de la chica unido a una mirada despectiva hacen sonreír a Jade.