—Vaya... Sí que estás en tu mejor momento, ¿eh?—comentó la joven azabache dirigiéndose hacia las escaleras con tal de descansar un poco después de esa cansada batalla.
Debía admitir que, desde que su contrincante empezó a salir de forma romántica con su amiga de ojos azules, todo en él había mejorado. Sus notas, sus ataques en esgrima, hasta tenía un poco más de libertad y ya no renegaba de lo cansado que era modelar, o de todo lo que le mandaba a hacer su padre.
Simplemente, su amigo Adrien era más feliz así, y Marinette no se quedaba atrás, ella hasta parecía menos torpe y distraída de lo normal.
—¿Cómo no estarlo?—respondió él.—Más tarde veré a Marinette.
Al sacarse la careta, se dio cuenta de que tenía una sonrisa boba en la cara, aunque ella ya se lo imaginaba.
Es como si fuesen la motivación del otro, como si solo por ese motivo se despertaran cada día.
—Entiendo.—se limitó a contestar.
Pero no, no entendía casi nada.
Kagami nunca había tenido amigos hasta que apareció Marinette, y nunca había tenido algún interés amoroso hasta que conoció a Adrien. Ser cursi tampoco es para ella. Y cuando creyó tener algo con el joven Agreste, casi se sintió como si para eso despertara.
Casi, porque ella sabía que Adrien no estaba enamorado de ella, eso la detenía. No fue correspondida.
—¡Adrien! ¡Kagami! — escucharon a lo lejos.
Se encontraron con la imagen de Marinette en la puerta del instituto, agitando su mano por encima de su cabeza, muy animada. Y tal vez por un impulso involuntario, pero correcto de su cuerpo, Adrien le mandó un beso volado para después guardar sus cosas con rapidez.
—Iremos a la casa de Luka en un rato.—le informó el rubio.—¿Quieres venir?
—No, no, gracias. Tengo un compromiso con mi madre. —mintió.
—Oh... Está bien, suerte, adiós Kagami. —colgó su bolso en el hombro para después empezar a caminar hacia su chica.
—Gracias... Y saluda a Marinette de mi parte. — ella trató de sonreír.
En verdad le hacía feliz que ellos estuvieran juntos. Aunque al principio tuvo algo de envidia, pudo entender, aunque no superar.
Vio cómo Marinette se paraba de puntitas, apoyándose en los hombros de Adrien para darle un beso en los labios, mientras él rodeaba su cintura con sus brazos.
Kagami casi puso una cara de asco, no entendía cómo podían besarse y abrazarse estando Adrien todo sudado.
Los observó irse agarrados de la mano y empezó a sentir náuseas, sentía como si no pudiera respirar. Dejó todo de lado y corrió lo más rápido que pudo hasta el baño, segura de que iba a vomitar.
Últimamente se sentía así cada vez que los veía juntos, como si verlos la enfermaran, y no hablaba de mala manera. Por un momento recordó a ese chico Luka y se preguntó si él se sentía igual.
Pensaba que eso era el dolor que causaba el ver al chico del que está enamorada con una de sus primeras amigas. Aunque, Kagami empezó a desechar esa idea cuando vio que había vomitado flores.
Flores con sangre. Claro, muy normal, ¿verdad? Incluyendo el hecho de que casi no podía hablar o respirar por el inmenso dolor que sentía en su pecho y tráquea.
🌺🌺🌺
Luka veía desde una considerada distancia, cómo Adrien tocaba en el piano una canción para Marinette, quien lo obsverbaba toda embobada.
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🥀 Hanahaki 🥀 \Two-Shot AU\
Short Story|| Enfermedad de Hanahaki || Lo causa un amor no correspondido, dicha enfermedad consiste en que tus pulmones y corazón se llenen de flores, haciendo que empieces a vomitarlas y sientas un dolor casi insoportable en el pecho y te lastimes la tráquea...