Capitulo 15

274 17 0
                                    

Mi corazón quería salirse de mi pecho, Sam me había dado la segunda mejor noticia en este día. Había una oportunidad de luchar, pero no sonaba tan prometedor como esperaba. Salí del hotel y conduje a casa, mientras lo hacía, trataba de averiguar cómo decirle a Henry que estaba embarazada, aunque no debía de preocuparme de eso hoy, Henry no regresaría hasta dentro de dos días, y a mi me quedaban ocho semanas antes de que pudiera saberlo con seguridad, y eso parecía mucho tiempo. Cualquier cosa podría pasar. Cuando llegué a casa, subí a mi habitación y me acurruqué bajo el edredón, contenta de que mis náuseas hubieran disminuido por el momento. Me quedé dormida, no volví a despertarme hasta las dos de la mañana. Cuando abrí los ojos, me giré para acariciar el lado de Henry y para mí sorpresa él estaba en ahí en su lado de la cama conmigo, con sus brazos sobre su frente, cubriéndose un ojo. Estaba roncando, lo cual era raro. Debía estar muy cansado. Lo interesante de los hábitos de sueño de Henry, era que ahora dormía más desde que decidí mudarme y luego casarme con él. Ya no daba vueltas y vueltas como antes. Dormía como un bebé. Y hablando de bebés, ni siquiera pensé en lo mucho que cambiarían las cosas al tener uno. Acaricié su rostro, moría por ver su cara cuando le dijera que estaba embarazada. Me levanté con cuidado y fui a la cocina, moría de hambre y eso era una buena señal. Me senté en la barra de la cocina comiendo pepinillos con helado de chocolate. Recuerdo que cuando era niña, mamá me contaba como que tenía bolsas permanentes bajo los ojos porque dormía fatal cuando era bebé. Y después de dar a luz a siete hijos, seguía teniendo un gran cuerpo.
Y me preguntaba si yo estaria preparada para todo lo que conllevaba tener un bebé? Y para que todo mi mundo cambie? Que mi cuerpo cambie? Coloqué una mano sobre mi vientre e inhalé profundamente. Este bebé estaba destinado a ser, llegó cuando menos lo esperábamos, no fue un bebé planeado, y deseaba con todas las fuerzas de mi corazón que sucedería. No quería pensar que algo malo llegará a pasar, y si fuese asi, entonces tenía que enfrentarme a esa verdad cuando llegara... Jessica tenía razón si eso llegase a pasar no podía hacerlo sola. Quería que Henry estuviera ahí para mí. Esta era nuestra semilla. La habíamos plantado juntos, y la afrontaríamos de la misma manera. Juntos.

HENRY

Puede notar que Ángeles está mejor los últimos días, estaba más alegre, hasta su apetito había mejorado, y sus vomitos habían cesado. Me encontraba en mi estudio terminando de leer unos documentos de un nuevo caso, levanté mi vista y entrecerré los ojos cuando ví a Ángeles que estaba parada en la puerta. Me dio una
pequeña sonrisa, pero podía ver en sus ojos llenos de preocupación y supe que algo no estaba bien.

- Hola
- Hola... Puedo pasar?
- Por supuesto

Ángeles se acercó mí y se sentó sobre mi escritorio, se inclinó y me dió un beso.

- Ángeles, qué pasa?
- Nada. Solo que tengo algo que decirte. Te fuiste temprano esta mañana, y no tuve la oportunidad.

Me paré frente a ella, cruzando los brazos.

- Entonces dime qué pasa?

Extendí mis brazos, tomándola por la cintura.
Me agarró las manos y las apretó

- Bien, aquí voy. Sé que dijimos que no debemos tener secretos entre nosotros, pero hay algo que te he estado ocultando los últimos días.

Mis cejas se juntaron.

- Qué es? - pregunté

Ángeles suspiró y me arrastró hasta mi silla, me hizo sentar y luego se sentó en mi regazo.

- Bueno, recuerdas cuando dije que iba almorzar con Jessica?
- Sí?
- Bueno, no solo almorzamos. Me acompaño a ver un nuevo ginecólogo.
- Qué? Por qué? - pregunté.
- Porque... Cómo sabes no me he sentido bien los últimos días, cuando estabas fuera de la ciudad. Miranda compró una prueba de embarazo, y cuando me la hice... dio positivo.

La Señora Cavill 🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora