5.

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Por clara lógica de encontrarse en tal situación, comenzó a forcejear para zafarse de aquel agarre.
Pero sus manos fueron liberadas casi al instante, y cuando se volteó para golpear a la otra persona, casi no se detuvo al ver su rostro.

— Tiene que ser una puta broma Potter.

— Casi no me doy cuenta de que estás aquí, pero dejaste tu ropa en el cuarto de lavado—se limitó a decir el azabache, quien se encontraba cruzado de brazos, viendo con una expresión de reproche al contrario.

— ¿De qué mierda hablas?

— Y mis pasos fueron de regreso por el pasillo, no hacia el living. Y cuando cierran la puerta se escucha, y tampoco pasó eso antes de que salieras.

— Estás demente, pude haberte... —fue interrumpido.

— Podrías haberme nada, Malfoy, si no sabías que estaba aquí. Debes escuchar atentamente la próxima vez.

— ¿Próxima? ¿Planeas seguir jugando a asustarme? ¿Te divierte?

— Tienes que aprender, pero ya no puedo quedarme a practicar, luego.

El más bajo trata de irse, pero el rubio lo toma de la muñeca.

— ¿Por qué debo aprender? ¿Por qué no es seguro aquí?

— No tengo tiempo para esto—bufó, tratando de soltarse.

— Tendrás que tenerlo. Dime, es mi puta vida, Potter—exigió viéndolo a los ojos.

— Sigue el protocolo que te he dado, y si sigues aquí para cuando regrese, te contaré todo-prometió serio, sosteniendo la mirada a su contrario.

Finalmente, Draco lo liberó y asintió levemente con su cabeza. Harry se acomodó la camisa, y volvió a desaparecer por la puerta.
Otra vez solo, pero era diferente, pues su mente se vio ocupada rápidamente con otras incógnitas.

¿Por qué mierdas Potter andaba tan misterioso y paranoico?
¿Que luego le "explicaría todo"?
¿Qué tanto, y qué era ese "todo"?
Y más extraño aún... ¿Por qué tenía un protocolo para ocultar que no estaba solo?
¿A quién se lo ocultaba?
¿Por qué?

Entre tantas dudas, el ex-mortífago comenzó a dudar si realmente estaba más a salvo en el mundo muggle que en el mágico.
De un lado, podían enviarlo a Azkaban.
Del otro, evidentemente podían descubrir que estaba con Potter y... ¿Y? ¿Qué iba a pasar? ¿De quién debía ocultarse? ¿Por qué?

El cara-rajada recién se había ido, y faltaban horas y horas hasta que regresara muy seguramente.
Por lo que tomó la decisión de arrojarse boca arriba sobre el sillón.
El cansancio de no haber conciliado el sueño la noche anterior se hizo presente, generandole un extenso bostezo.

Pero no podía dormirse.
Verdad o no, prefería no tentar más su suerte como para dormirse tan a la vista, y ser visitado por un intruso que fuera real.
Pero no había otro lugar que no fuera la cama del héroe con zapatos hondos...
¡No! De ninguna manera dormiría ahí.
Sólo debía hacer algo para que pasara rápido el tiempo y así escuchar la explicación de Harry Potter cuanto antes. Y principalmente que éste se encontrara en el lugar para así poder dormir en paz.

Pero... ¿Qué podía hacer?

Se sentó entonces, y giró su cabeza sobre su propio eje. Tenía que encontrar algo que pudiera mantenerlo activo.
Comenzó entonces a merodear por todo el lugar. Al llegar al cuarto de lavado se encontró con su ropa ya limpia, pero mojada y hecha un bollo en el interior de un canasto.
La tomó, y la llevó consigo al balcón para tenderla donde Potter le había indicado.

Harry Potter y Un Futuro Diferente. | Harco +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora