"Entonces." Daya golpeó su cuerpo contra el casillero, anunciando su molesta llegada con un golpe metálico. Me estremecí ligeramente, sin voltearme a mirarla mientras seguía sacando mis libros. "¿Qué tal estuvo tu cita?"
Puse los ojos en blanco, suspirando fuertemente. Sabía que no debía decírselo, pero prácticamente me obligó a hacerlo. "Bien." Dije simplemente.
"¿En serio? ¿Qué hiciste? ¿Te pusiste la chaqueta de oliva que te dije que llevaras porque es súper sexy? Dios mío, ¿qué usó él? ¿Volviste a su casa...o él volvió a la tuya? Oh Dios mío, ¿le agradó a tu madre—?"
"Daya." Siseé, haciéndola callar. "Fuimos al cine, me puse mi chaqueta de fútbol y volvimos a su casa."
Hizo una pausa, mirando sus zapatos pensativamente, "Huh. Tengo que decir que no soy fan. No es una gran idea para una cita, yo habría optado por ir a recoger fresas o..."
"Ni siquiera es temporada de fresas." Señalé. "Además, era una película de miedo-"
Ella jadeó, "Oh, Dios mío, ¿se asustó? Eso es adorable, ¡lo hiciste a propósito! Tommy me llevó a ver una película de terror en una de nuestras primeras citas, pero le salió el tiro por la culata, ya que estaba mucho más asustado que yo—"
"Daya, ¿puedes dejar de hablar tanto?" Me quejé. "Estuvo bien...más que bien". Sonreí con orgullo para mí mismo.
"Mierda, ¿lo hiciste?" Susurró bajando la voz.
"No, no, no...eso. Sólo...cosas." Me encogí de hombros, abriendo rápidamente la boca para cambiar de tema antes de que ella pudiera husmear más, "Entonces, ¿lo invitaste a pasar el rato con nosotros?"
"Sí. Será divertido, no te preocupes. Todos lo queremos."
"Ni siquiera ha conocido a Tommy y Phoenix." Le recordé. "Sólo...no seas rara. No es como ustedes."
Antes de que ninguno de los dos pudiera decir otra palabra, Theo se había acercado hacia nosotros, con la cara ardiendo en rojo sangre por la vergüenza mientras sostenía algo en la mano. "¿Estás jodidamente loco?" Siseó. Sin tartamudear.
"¿Qué?" pregunté inocentemente, apoyándome en mi casillero con indiferencia, sonriendo para mí.
Él levantó una pequeña bolsa de regalo abierta, "¿D-dejaste esto en mi casillero?" Desafió amenazadoramente, pero sólo lucía más adorable.
"Oh, sí, eso." Me reí, decidiendo seguirle el juego un poco más. "Es un regalo. Todo para ti".
"¿A-alguna vez has oído hablar de flores o chocolates o algo así?" Él replicó. "No un puto lubricante."
Nunca lo había visto así, me hizo sonreír. Todos estos lados diferentes de él que estaba descubriendo, significaba que estábamos evolucionando lentamente en algo real - eso me hizo feliz. Daya estalló en carcajadas a mi lado, doblándose para agarrarse el estómago mientras las risas irradiaban de su pecho, "Oh, wow." Se rió, recuperando el aliento. "Ustedes chicos son muy lindos pero súper raros."
Theo abrió la boca para regañarme un poco más antes de que Tommy y Phoenix se acercaran y todos nos pusiéramos rígidos, aclarando nuestras garganta torpemente. "Eh, chicos, este es Theo." Presenté apresuradamente, "Este es Phoenix y ese es Tommy." Le dije.
Todos murmuraron sus saludos mientras la cara de Theo se ponía visiblemente más caliente a cada segundo, con el paquete aún sujeto en su mano. Una vez que el silencio nos rodeó, los ojos de Phoenix se posaron en las manos de Theo. Quizá sólo buscaba una excusa para romper el hielo, pero tomó la tonta decisión de preguntar, "¿Qué es eso?"
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El Chico Holandés [BxB]
Teen FictionUn incendiario con una chaqueta de cuero y un sexy acento holandés. Y un chico timido de escuela que trabaja en la tienda local de mascotas. La idea de este par cruzándose - o incluso formando cualquier tipo de relación - era casi cómica. Y aun así;...